16 octubre 2009

Honduras: A la hora señalada



Foto: Rel-UITA


A las doce de la noche exactas el plazo impuesto por el presidente derrocado Manuel Zelaya terminaba y con él el diálogo con los golpistas. Algunos ya lo dan por muerto, otros se aferran a sus últimas esperanzas.

Algunos ya lo daban por muerto, otros se aferraban a sus últimas esperanzas. Anoche los hondureños habían entrado en una cuenta regresiva que podría desembocar en un acuerdo para restablecer la democracia. Como niños, los zelayistas y los militantes de la resistencia popular miraron durante todo el día el reloj, contando las horas. A las doce de la noche exactas el plazo impuesto por el presidente derrocado Manuel Zelaya terminaba y con él el diálogo con los golpistas. “A la medianoche sabremos si hay un acuerdo o si otra vez el régimen de facto se niega a aceptar la vuelta del presidente Zelaya”, resumió el asesor del mandatario, Rasel Tomé, en diálogo telefónico con este diario.

En la embajada brasileña, donde el círculo íntimo de Zelaya se refugia hace casi tres semanas, el hermetismo ayer era total. No querían adelantar nada, por miedo a que la dictadura lo utilizara en su contra. El mandatario derrocado dio apenas una breve conferencia de prensa por la mañana, en la que pidió paciencia y ratificó que no continuará prolongando el diálogo. “Hoy (por ayer) sigue la mesa de diálogo. El clima es sumamente delicado y peligroso. Mantenemos nuestro plazo que vence este jueves a las 12 de la noche”, aseguró el hombre que fue sacado del Palacio de Gobierno en medio de la madrugada y en pijama por un comando militar.

Ayer era el Día D, después de tres meses y medio de dictadura, pero no se notaba. La noche anterior la selección de fútbol hondureña había clasificado a último minuto para el mundial de Sudáfrica. Hacía 27 años que eso no pasaba y ni la crisis política ni la inminencia del plazo de Zelaya pudo frenar la marea humana que tomó las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula, la segunda ciudad del país y el hogar del principal estadio de fútbol. El dictador Roberto Micheletti hizo suya la alegría y decretó asueto nacional y preparó todo en el Palacio de Gobierno para recibir a los nuevos héroes de Honduras, el equipo nacional.

“Todos estamos contentos por la clasificación, pero la verdad es que nos llegó en el peor momento posible”, reconoció el candidato presidencial del partido progresista Unión Democrática, César Ham. “El gobierno de facto incitó a salir a celebrar y con eso logró invisibilizar la crisis política en los medios, pero también en las calles”, agregó.

El dirigente pasó el día pegado a la televisión y con su celular en la mano, ansioso por noticias frescas. “Por ahora lo que sabemos es que el señor Micheletti ha desautorizado a su comisión negociadora. En vez de ratificar el preacuerdo que ya habían alcanzado en la mesa de diálogo, los mandó de vuelta a negociar”, explicó Ham.

El preacuerdo que fue anunciado por los zelayistas el jueves aún es un secreto para todos los hondureños, excepto el círculo íntimo de Zelaya y Micheletti; sin embargo, algunos detalles empezaron a salir a la luz. “Sabemos que las dos comisiones negociadoras habían acordado en restituir al presidente Zelaya. Ahora, entendemos, que la situación pasa por decidir cómo y cuándo; pero la verdad es que estamos muy escépticos”, explicó el líder progresista, que encabezó las manifestaciones de la resistencia popular desde el primer día.

Una vez más la pelota la tuvieron los golpistas, y si no la entregaron, a Zelaya sólo le quedará pedir más sanciones internacionales y esperar a ver hasta dónde llega la voluntad de Micheletti y sus aliados.

Fuente: Página 12

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