A partir de ayer, el escritor colombiano Gabriel García Márquez tiene material para un capítulo más en su autobiografía en curso Vivir para contarla. Según reveló ayer el diario mexicano El Universal, a partir de archivos gubernamentales desclasificados, el escritor y Premio Nobel de Literatura 1982, residente en México, fue espiado por la hoy desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) desde 1960 hasta 1985. A partir de esa fecha los archivos continuaron siendo clasificados en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
Según se desprende de los archivos de la DFS, los agentes seguían con atención los encuentros de García Márquez con líderes europeos, como el francés François Mitterrand, y activistas de izquierda latinoamericanos, principalmente de Chile, Colombia y El Salvador, así como su apoyo a Cuba y su relación personal con Fidel Castro.
“García Márquez, además de ser procubano y soviético, es un agente de propaganda al servicio de la Dirección de Inteligencia de ese país (Cuba)”, señala uno de los reportes de los servicios de inteligencia mexicana fechado en 1982 y reproducido por el rotativo. “El escritor de nacionalidad colombiana informó a Jorge Timossi, director de la agencia de noticias cubana Prensa Latina, que todos los derechos del libro ‘Crónica de una muerte anunciada’ pertenecen al gobierno de Cuba, porque él se los obsequió”, figura en otro de los informes. De acuerdo con los archivos hasta ayer inéditos, el autor de Cien años de soledad estuvo sometido a una vigilancia estricta y, aunque ella no llegó a penetrar en su círculo íntimo para obtener información, sí fue víctima de espionaje telefónico. “La casa de Gabo era un consulado alternativo”, señala la publicación mexicana que anunció para hoy una segunda entrega sobre las relaciones entre el escritor y Fidel Castro.
Fuente: Página 12
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