22 abril 2011

Luis Puig: La ley interpretativa nos pone en camino de luchar contra la cultura de la impunidad en Uruguay

Entrevistado por el programa "Sonia Entrevista" de Canal 5, el pasado domingo 17 de abril, el diputado Luis Puig habló sobre la Ley interpretativa, el debate parlamentario de la misma, y la cultura de la impunidad en Uruguay.

Nos parece una exposición muy clara en torno al tema y por ello los invitamos a escuchar la entrevista.

Uruguay: Carta de la familia del Gral. Víctor Licandro


El 30 de marzo, después de una muy larga enfermedad, murió nuestro “querido tío Toto”, el general Víctor Manuel Licandro. Desgraciadamente, además del dolor inmenso de perder a quien fuera el centro de referencia y el facto de cohesión afectivo más cálido de nuestra familia, pareciera como si con él hubiéramos perdido, también, a uno de los últimos hombres que asumieron, en el Frente Amplio, un compromiso político transparente y sin dobleces. Esta impresión ha sido reforzada por las palabras del presidente José Mujica en su audición del 31 de marzo en M24.

Los que firmamos esta carta pensamos que las referencias y la utilización hecha por el Presidente de la República de su figura implica en grado sumo la práctica de una hipocresía del juego político tradicional que es diametralmente opuesta y enemiga de la postura que como hombre y como militante caracterizó al general Licandro.

Para empezar, Mujica recordó a Licandro como a un “Quijote militar”, una imagen retórica que no necesitamos analizar aquí para entender que, en lenguaje político vulgar, denomina al idealista que lucha contra molinos de viento, es decir al hombre honesto y bien intencionado que se maneja, sin embargo, en esferas más bien utópicas.

En su discurso de 20 minutos, Mujica le adjudicó un poder enorme y decisivo al aparato militar. Describió a las Fuerzas Armadas como a una institución poderosa y al parecer, autónoma, cuyas decisiones “pueden hacer de puerta o sepultureros a una sociedad”. Es decir que las Fuerzas Armadas serían una especie de aduana o peaje por el que es necesario o inevitable pasar si uno quiere entrar o seguir en democracia, y con que conviene estar en buenas relaciones. También habló de “ganar para la democracia” a esa fuerza, es decir, de un trabajo político de persuasión y negociación que es necesario hacer para que ellas sean fieles a los poderes del Estado. Sin embargo, no se refirió a la fidelidad de las Fuerzas Armadas al Poder Ejecutivo, ni mencionó en ningún momento la subordinación que las mismas deben tener por mandato constitucional al presidente de la República, ni a su propia responsabilidad como comandante en jefe de dichas fuerzas. Paradójicamente, repitió lo que ha afirmado otras veces: que las Fuerzas Armadas de hoy no son las de ayer.

Pues bien, es ampliamente conocido que el general Licandro opinaba lo opuesto. Para empezar que las Fuerzas Armadas debían ser depuradas de elementos criminales y su organización democratizada. Para el impensable que los oficiales responsables de delitos de lesa humanidad continuaran ocupando puestos en esas filas. Licandro, opinaba también, que buena parte de la oficialidad superior actual continuaba profesando la doctrina de seguridad nacional, doctrina que unió ideológicamente a las dictaduras del cono Sur en el Plan Cóndor. Es más, el aseguraba que las nuevas generaciones de oficiales continuaban siendo educadas en esas ideas. Por tanto, para él existía una clara continuidad entre las Fuerzas Armadas de hoy y las de ayer. A su entender, estas Fuerzas Armadas de hoy habían demostrado una y otra vez no estar dispuestas a colaborar con el gobierno democrático y mucho menos con la dilucidación de los crímenes que sus integrantes habían cometido durante la dictadura. Opinaba que las Fuerzas Armadas no podían continuar siendo un poder autónomo dentro del Estado con actividades y relaciones acerca de las cuales no se consideraban obligadas a informar al gobierno, que su número de efectivos continuaba sobredimensionado y que no debían ser persuadidas de nada sino acatar total y completamente a los poderes del Estado. En una entrevista publicada por el semanario Brecha el 12-X-10 expresó: “En un gobierno del Frente Amplio (las Fuerzas Armadas) deben estar subordinadas al gobierno y no precisan ningún acercamiento sino cumplir con la Constitución y las leyes”. Licandro dejó todos estos análisis e ideas asentados en documentos que han circulado ampliamente.

Por si eso fuera poco, Mujica visitó a Licandro poco antes de asumir la Presidencia y se informó personalmente acerca de sus puntos de vista con respecto a diferentes temas, pero muy especialmente el tema militar. Es evidente entonces, que el Presidente no desconoce en absoluto cual era su pensamiento. Decir que “la libertad posible necesita honda fidelidad de los brazos armados que se expresan en el Estado. Y esto es una verdad evidente, y estas son las lecciones más profundas que nos deja la trayectoria y la vida de un general como Licandro” es una reducción que abstrae, simplifica y falsea las ideas de Licandro. Porque todos sabemos que él dejó lecciones mucho más concretas que ese deslavado eufemismo. Pero dado que las verdaderas ideas de Licandro no le sirven para fundamentar su propia posición frente a los militares, Mujica se ha visto obligado a deformar su pensamiento, ocultándolo tras un lugar común.

Lo más doloroso y lo más lamentable fue que el Presidente hiciera esto al otro día, precisamente, de su muerte. Su supuesto homenaje se volvió así una afrenta soberbia e inescrupulosa a su memoria. Juntar el homenaje, el saludo al compañero muerto, con la utilización de su prestigio para sumar rédito político a la posición particular de Mujica frente a las Fuerzas Armadas nos parece algo que sobrepasa todo calificativo. Consideramos esta maniobra un insulto a su memoria, a sus familiares y a todos los frenteamplistas que respetaron la lucidez y la entereza moral del general Licandro.

José Luis Licandro

Sergio Altesor Licandro

Juan Pablo Licandro




Venezuela dice adiós a Comunidad Andina de Naciones


Una nueva etapa marcará el retiro de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), bloque subregional formado además por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, países con los que ya se definieron relaciones bajo diferentes parámetros legales.

El 19 de abril de 2006 el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció durante una reunión efectuada en Asunción, Paraguay, la salida de su país de la CAN como consecuencia directa de los perjuicios inmediatos que le causarían los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Colombia y Perú con Estados Unidos.

Para Chávez, la firma de esos convenios precipitó la caída de la CAN, organismo que consideró herido de muerte desde hace años al servirle a las élites, a las transnacionales, pero no a los indios, a los negros o a los pobres. "No le sirve a nuestro pueblo y no sólo no le sirve, les afecta".

Los antecedentes de la CAN, a la que Venezuela se integró en 1973, se remontan a 1969, cuando Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú suscribieron el Pacto Andino para establecer una unión aduanera en 10 años.

A pesar de su anunciado retiro de la CAN, Venezuela debió mantener durante cinco años más las ventajas comerciales con los países miembros que incluían la eliminación de los aranceles y el impulso del libre comercio.

A medida que se acercaba el fin comenzaron a firmarse acuerdos sustitutivos de Cooperación y Complementación Económica con las cuatro naciones andinas, con las que se fue implementando hasta hoy un nuevo marco de relaciones, económicas, productivas y comerciales.

El canciller venezolano, Nicolás Maduro, subrayó que con Bolivia y Ecuador se suscribieron textos que recogen los principios de solidaridad y complementariedad productiva y comercial de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

En el caso de Ecuador, se optó por canalizar la mayor parte del comercio bilateral con el uso del Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), moneda virtual de intercambio llamada a superar la dependencia del dólar.

También se sentaron las bases de complementariedad económica con Perú y Colombia, y con esta última nación se alcanzaron en fecha reciente 16 convenios en materia de lucha contra el narcotráfico, salud, turismo, energía, industria, agricultura y desarrollo fronterizo.

Ahora Venezuela está a la espera de integrarse al Mercado Común del Sur (Mercosur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

En opinión del ministro de Relaciones Exteriores venezolano se trata de ir buscando un marco sólido y de nuevo tipo para la construcción de relaciones beneficiosas mutuas en el contexto de la integración suramericana.

En julio de 2006 Venezuela entra al Mercosur, pero sigue pendiente la aprobación del Senado de Paraguay, en el que diputados opositores condicionaron la entrada del país y obligaron al gobierno a retirar la solicitud de ingreso.

El presidente venezolano se pronunció por la creación de un mecanismo de integración que en realidad le sirva a los pueblos, establezca la apertura económica hacía adentro y afuera y permita integrar los mercados por medio de instituciones y políticas comunes.

Para el presidente del Grupo venezolano al Parlamento Latinoamericano, Rodrigo Cabezas, la incorporación al Mercosur permitirá la creación del mercado común más poderoso de América Latina, con 78 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y casi el 65 por ciento de la población.

Cabezas destacó que además de lograr acuerdos más robustos desde el punto de vista comercial, social y de cooperación política, se abre la posibilidad de acceder a productos y bienes mucho más económicos, que mejorarían los niveles de vida de nuestros pueblos.

Enfatizó que se aspira a una América Latina con una estructura financiera autónoma que permita utilizar los recursos propios para financiar el desarrollo y luchar contra las asimetrías. A pesar de la reticencia de sectores de la oposición, el ingreso de Venezuela al Mercosur y la salida de la Comunidad Andina de Naciones permitirán una nueva correlación económica y comercial que apunta hacia un mayor desarrollo regional.

Doris Calderón Terry

Fuente: PL

Matando un mundo: paradojas imperiales

Ilustración: Latuff


El otro día, ante un micrófono que creyó apagado, el presidente Obama dijo: creen que somos bobos, en referencia a las maniobras republicanas para reducir los muy adelgazados programas sociales, entre ellos los seguros médicos en Estados Unidos. No hace falta ser el jefe de un estado poderoso para usar expresión parecida a la suya en lo que respecta a los pasos seguidos en la guerra contra Libia.

Desde el inicio se realizaron ataques aéreos contra puentes y objetivos no militares, pese a que la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU tuvo, se supone, el objetivo de proteger a la población civil.

De entrada, ese dictamen peca de viciado. Entre sus contradicciones o insuficiencias legales puede citarse que “la protección de civiles se refiera a las zonas rebeldes del oriente de Libia cuando son tan civiles los libios que viven en Trípoli como los que viven en Bengasi. Mientras que Trípoli está siendo bombardeado, Bengasi está siendo protegido”. (Gustavo Morales, revista War Heat).

Con todo y su dividida o abstenida votación, el texto no autoriza respaldar a una de las partes en conflicto, aunque se hizo y se hace, pese a que en la posterior Conferencia de Londres, donde Occidente se puso de acuerdo sobre cómo actuarían durante y después de la ofensiva, tuvieran que sugerir a los insubordinados libios que crearan una “coalición lo más amplia posible de líderes políticos” que incluyera a la “sociedad civil, a líderes locales”. ¿Estaban admitiendo, acaso, que el Consejo Nacional de Transición libio, no representa a todo el país? Parece que sí.

El texto de marras puede ser vago, mas resulta muy preciso cuando excluye “una fuerza extranjera de ocupación bajo cualquier forma y en cualquier parte del territorio libio”. La decisión de Gran Bretaña, Francia e Italia, de situar consejeros y asesores militares para entrenar y darle organicidad a la logística de los insubordinados, ¿contraría o no ese dictamen? Si, otra vez.

“Estamos moviéndonos para autorizar bienes y servicios no letales por valor de hasta 25 millones de dólares para apoyar al Consejo Nacional de Transición de Libia y sus esfuerzos por proteger a los civiles y a las áreas pobladas que se encuentran bajo el ataque de su propio gobierno”, dijo a su vez Hillary Clinton horas atrás, luego que el vicepresidente norteamericano Joseph Biden dijera que Estados Unidos no lo puede hacer todo, aludiendo a que no planean participar de las acciones terrestres.

Al calificar al gobierno libio de ese modo, la secretaria de estado, acepta -se lo propongan o no- su legitimidad como administración del país. Eso me hace preguntar sobre lo legítimo de cuanto ejecutan los principales socios de la OTAN, mirado con el lente de la Resolución 1973 o si se aprecia con los del derecho internacional.

Casi todos los analistas que comentan el asunto están convencidos que tras esos asesores, irán tropas. Sobre todo por cuando ya está visto que las cosas no les salieron como pensaban. Alain Juppé, canciller galo, admitió que subestimaron a Gadafi y sus leales. (No es imposible que les ocurra algo similar en otras correrías donde anda metido el Paris de Sarkozi)
Cuanto ha ocurrido en Libia hiede a divergencias internas (dos terceras partes de los “insurgentes” más notables ocuparon altos cargos bajo Gadafi) y apesta también a un oportunismo político exterior que gestó y lleva a extremos, circunstancias puramente locales, para convertirlas en controvertido acontecimiento de gran alcance.

A estas alturas es casi profano e insulso hacer referencia a dobles raseros. Noticias procedentes de Bahrein aluden a declaraciones oficiales que parecen justificar actos represivos actuales y futuros, sobre acciones destinadas a “reforzar la seguridad de los países del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico”. Es decir, no solo ese pequeño país, sino el grupo que conforma el pacto. El diario británico The Guardian, publicó informes precisos con testimonios sobre detenciones de sindicalistas, políticos y profesionales de la sanidad, e incluso de deportistas, entrenadores y árbitros, todos localizados a partir del estudio minucioso de las fotos hechas durante las manifestaciones antigubernamentales.

Se criminaliza a quienes hayan participado de las protestas o hasta que un médico atendiera a un herido. Según los informes, el gobierno de Bahrein, con el apoyo de tropas sauditas, escarmentaron a los manifestantes y extienden el castigo al personal médico, solo por cumplir con el deber de su profesión y en extremos como irrumpir en una sala de operaciones. Hay varios desaparecidos. Ya se sabe lo que significa, pues según los trascendidos, están aplicando medidas parecidas a las de la era Bush y su cruzada antiterrorista, negándoles asistencia legal a quienes encarcelan.

Los actos de las ex metrópolis coloniales o de los sultanatos se parecen demasiado. Pero ¡ojo! Se hacen en, por y para la ¿democracia?

Elsa Claro

Fuente: CubaDebate

Lo de Playa Girón

Se han cumplido 50 años de la fallida invasión a Cuba que dirigió la CIA con el objetivo de derrocar a Fidel Castro: empezó con bombardeos aéreos el 15 de abril de 1961 y el 17 desembarcaban más de 1500 exiliados cubanos. En octubre del mismo año, el inspector general del servicio, Lyman Kirkpatrick, preparó una evaluación de los hechos en 150 páginas impiadosas e involuntariamente irónicas. El documento exhibe un claro top secret al pie de cada folio y fue obtenido, convenientemente “higienizado”, por The National Security Archive en virtud de la Ley de libertad de información (FOIA, por sus siglas en inglés). La crítica del inspector es incluyente: analiza las condiciones políticas y militares del fracaso desde los preparativos de la invasión (http://www.gwu.edu/, 14-4-2011).

Kirkpatrick comienza señalando que el “frente” (sic) de los exiliados cubanos se formó a instancias de la CIA “pero estaban en desacuerdo entre ellos o con los agentes de la Agencia encargados” de las operaciones políticas y militares. Transcurrían momentos de cambio de la administración: “El presidente Eisenhower aprobó la operación el 29 de noviembre (de 1960) y la confirmó el 3 de enero de 1961”. El 20 de enero John Kennedy asumió la presidencia y el 28 autorizó a la CIA a “continuar sus actividades y le prescribió que debía presentar el plan paramilitar táctico al Estado Mayor para que lo analizara”. El grupo de la Agencia al mando ya había adquirido botes y aviones, establecido campos de entrenamiento en Guatemala y Nicaragua, negociado con gobiernos extranjeros, lanzado una campaña propagandística preparatoria y discutido la posibilidad de un gobierno provisional en la isla. En Miami funcionaba una base de apoyo.

El plan consistía en apoderarse de unos 70 kilómetros de playa en la Bahía de los Cochinos y había armamentos preparados para los 30.000 opositores que –se calculaba– iban a unirse a la invasión. Kennedy ordenó cesar los bombardeos el Día D y a esto se atribuye la derrota que desembocó en la muerte de más de 100 invasores y la prisión de otros 1200. Kirkpatrick no pensaba lo mismo: “La causa fundamental del desastre fue la incapacidad de la Agencia de darle al proyecto, a pesar de su importancia y del inmenso potencial de peligro que entrañaba para EE.UU., el manejo que requería: organización apropiada, empleo de personal muy calificado y dirección y control permanentes de la mayor calidad”. Las insuficiencias en estas áreas, agrega, se tradujeron en “errores y omisiones operativos graves... y en graves errores de juicio”.

El autor del informe enumera cuatro: fallas en procurar “una apreciación fría y objetiva” del proyecto; la incapacidad de “advertir al Presidente en el momento apropiado que el éxito era dudoso, recomendar la cancelación de la operación y volver a estudiar la cuestión de derrocar a Castro”; la incapacidad de “reconocer que el proyecto se había ampliado y que el esfuerzo militar se había convertido en algo demasiado grande para ser manejado sólo por la Agencia”; el fallo de no llevar al papel los planes y dejar copias oficiales “al Presidente y sus asesores y solicitar su aprobación y confirmación por escrito”. Señala, además, que un escrutinio objetivo y oportuno del material de inteligencia hubiera demostrado a los agentes de la CIA “que no existía un movimiento clandestino controlado y listo para unirse a la fuerza invasora y que la capacidad de Castro de responder (al ataque) y de avasallar a la oposición interna había aumentado considerablemente”.

Pasaban cosas. Kirkpatrick refiere que siete veces se lanzaron en paracaídas armas, municiones y equipo para los opositores que “fueron totalmente o en gran parte recuperadas por las fuerzas de Castro...; de 75 toneladas (de armamento) transportadas por aire, los agentes paramilitares sólo consiguieron unas 12”. Un avión sobrevoló dos veces sobre un grupo anticastrista sin soltar su carga y “esto alertó al ejército de Castro, que atacó al grupo y lo dispersó”. Tampoco hubo un plan efectivo para introducir hombres y equipo utilizando botes pequeños. Y fue deficiente el entrenamiento de exiliados cubanos en Guatemala para que, una vez en la isla, pudieran entrenar a otros. Había comenzado el 29 de noviembre de 1960, unos cinco meses antes de que el 16 de abril del ’61 Fidel Castro proclamara que Cuba era un país socialista.

El inspector general de la CIA reprocha a la Agencia que pasara de organizar guerrillas clandestinas a emprender una operación militar abierta, no sin antes preocuparse por los gastos de la invasión: el presupuesto inicial de 4,4 millones de dólares terminó en una inversión de 46 millones. La regaña porque “falló en reunir información adecuada sobre las fuerzas del régimen de Castro y el verdadero alcance de la oposición y falló en evaluar correctamente la información disponible”. Pareciera que no todas las críticas de Lyman Kirkpatrick cayeron en saco roto.

Juan Gelman

Fuente: Página 12

21 abril 2011

Uruguay: Megapena



La prensa los bautizó “megaoperativos”. Son así: unos 70 agentes de la seccional local, la Policía Montada, la Guardia de Coraceros, la Metropolitana, de Investigaciones y del plantel de perros, asistidos por el Comando de la Jefatura de Montevideo en pleno, se hacen presentes en una de las 350 zonas de la capital a las que se ha dado en llamar “rojas” mientras la sobrevuela un helicóptero de la Fuerza Aérea. Los oficiales, enmascarados, avanzan en formación. La cosa impresiona. En cada uno de los tres operativos realizados se detuvo a medio centenar de personas. Pero los procesados no pasaron de cinco. Muchos vecinos se quejan del arresto de gente honesta y la distorsión de la actividad normal en sus barrios.

Luego de la primera incursión, que se llevó a cabo el jueves 7 en el área llamada Chacarita de los Padres, un juez penal explicó a El País que la Policía no había registrado “elementos probatorios de una conducta delictiva” y que “casi todos” los detenidos lo fueron “por falta de documentación”. Tras la segunda, siete días después en La Cruz de Carrasco, otro, o el mismo, juez penal dijo a ese diario: “No sé por qué se hacen estos procedimientos. No sé cuál es el objetivo. Hablando claro, se trata de razzias”. Ayer, jueves, otro magistrado (o el mismo) dijo al portal Observa que la Policía “debe” hablar “con el juez de turno, informando a la Justicia lo que hace” antes de implementar estas intervenciones.

Esta semana, el diputado blanco Javier García opinó que se trata de una “operación mediática” del gobierno. El senador Carlos Moreira, también nacionalista, anunció que convocará al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, para que explique los procedimientos. En cambio, el senador y secretario general del Partido Colorado, Ope Pasquet, se mostró satisfecho por los “megaoperativos” y los anotó como un triunfo de su sector: “Tuvo que salir el Partido Colorado a plantear el tema directamente a la ciudadanía para que se salga a controlar”, dijo a Observa, en referencia al proyecto infanticida de reforma constitucional.

El objetivo de estas irrupciones policiales es “llevar el peso del Estado a todos los rincones”, según dijo Miguel Iraola, director de Seguridad del Ministerio del Interior, a El Espectador. “La reacción es la esperada y la de siempre. Cuando hay policías cerca desaparece […] toda la actividad delictiva y las cosas vuelven al cauce”. Aplauso, medalla y beso.

Este razonamiento encierra la admisión de un fracaso: el Estado está ausente en las zonas donde se han realizado y se realizarán los “megaoperativos”. Cabe dudar si es acertada la pretensión de restaurar su presencia con tal espectacularidad, por sorpresa, armado hasta los dientes y enmascarado. Que semejante “alegría” vaya por barrios alimenta la previsión de que el Estado vuelva a abandonar una “zona roja” para atender otras. La esmirriada proporción de procesados entre tantos detenidos abona otras dudas alarmantes: o la Policía malgasta sus limitados recursos arrestando inocentes o la aqueja una notoria incompetencia para cumplir con las formalidades que exige la remisión de supuestos delincuentes a la Justicia.

En su informe al Parlamento el 1º de marzo, el presidente José Mujica afirmó que en su primer año de gobierno había “sentado las bases de un nuevo modelo de seguridad pública”. Este “modelo” tendrá aciertos, pero sus fallas son flagrantes. La Policía reprimió con exceso los festejos de hinchas de Peñarol en mayo pasado: 290 detenidos y apenas dos procesados. El Poder Ejecutivo se lavó las manos ante el incendio que acabó con 13 vidas en la cárcel de Rocha. Bonomi sembró tantas suspicacias sobre el trabajo del Observatorio Nacional de la Violencia y la Criminalidad que su titular, Rafael Paternain, se vio obligado a renunciar, lo que les restó credibilidad a las estadísticas sobre las que se debería establecer la política de seguridad. El oficialismo accedió al pedido de mantener los registros de antecedentes de los adolescentes en conflicto con la ley después de los 18 años de edad. Los “megaoperativos” parecen confirmar una línea, que se resume en dos palabras: mano dura. No se sabe si para aplacar a una oposición que halló en la sensación de inseguridad su mejor herramienta o a un público que, como decía la ex ministra Daisy Tourné, quiere un policía vigilando cada casa.

Sea como fuere, la política de seguridad del gobierno baila al ritmo que le marca la oposición. Como consecuencia, muchas personas honestas corren riesgo de sufrir abusos policiales, de ser encarceladas sin razón, de perder sus empleos y jornadas de trabajo. Barrios enteros quedarán marcados como criminales. Para los predicadores de la “mano dura” y la “tolerancia cero”, serán células sanas extirpadas en el necesario tratamiento contra el cáncer de la delincuencia. Bajas colaterales de una guerra que será televisada.

Marcelo Jelen

Fuente: La Diaria





Educando con el ejemplo


La escuela del mundo al revés es la más democrática de las instituciones educativas. No exige examen de admisión, no cobra matrícula y gratuitamente dicta sus cursos, a todos y en todas partes, así en la tierra como en el cielo: por algo es hija del sistema que ha conquistado, por primera vez en toda la historia de la humanidad, el poder universal. En la escuela del mundo al revés, el plomo aprende a flotar y el corcho, a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos.

Los modelos del éxito

El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: la injusticia, dicen, es ley natural. Milton Friedman, uno de los miembros mas prestigiosos del cuerpo docente, habla de "la tasa natural de desempleo". Por ley natural, comprueban Richard Herrnstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus negocios, John D. Rockefeller solía decir que la nuturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles; y más de un siglo después, muchos dueños del mundo siguen creyendo que Charles Danvin escribió sus libros para anunciarles la gloria.

¿Supervivencia de los más aptos? La aptitud más útil para abrirse paso y sobrevivir, el killing instinct, el instinto asesino, es virtud humana cuando sirve para que las empresas grandes hagan la digestión de las empresas chicas y para que los países fuertes devoren a los países débiles, pero es prueba de bestialidad cuando cualquier pobre tipo sin trabajo sale a buscar comida con un cuchillo en la mano. Los enfermos de la patología antisocial, locura y peligro que cada pobre contiene, se inspiran en los modelos de buena salud del éxito social. Los delincuentes de morondanga aprenden lo que saben elevando la mirada, desde abajo, hacia las cumbres; estudian el ejemplo de los triunfadores y, mal que bien, hacen lo que pueden para imitarles los méritos. Pero "los jodidos siempre estarán jodidos", como solía decir don Emilio Azcárraga, que fue amo y señor de la televisión mexicana. Las posibilidades de que un banquero que vacía un banco pueda disfrutar, en paz, del fruto de sus afanes son directamente proporcionales a las posibilidades de que un ladrón que roba un banco vaya a parar a la cárcel o al cementerio.

Cuando un delincuente mata por alguna deuda impaga, la ejecución se llama ajuste de cuentas; y se llama plan de ajuste la ejecución de un país endeudado, cuando la tecnocracia internacional decide liquidarlo. El malevaje financiero secuestra países y los cocina si no pagan el rescate: si se compara, cualquier hampón resulta más inofensivo que Drácula bajo el sol. La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.

El arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento. En los suburbios del mundo, los jefes de estado venden los saldos y retazos de sus países, a precio de liquidación por fin de temporada, como en los suburbios de las ciudades los delincuentes venden, a precio vil, el botín de sus asaltos.

Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. Los asaltantes, al acecho en las esquinas, pegan zarpazos que son la versión artesanal de los golpes de fortuna asestados por los grandes especuladores que desvalijan multitudes por computadora. Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles. En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las em- presas que lo aniquilan. Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.

Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.

¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas amenazadas, nuestra única libertad posible? El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.



Los alumnos

Día tras día, se niega a los niños el derecho a ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.

Los de arriba, los de abajo y los del medio

En el océano del desamparo, se alzan las islas del privilegio. Son lujosos campos de concentración, donde los poderosos sólo se encuentran con los poderosos y jamás pueden olvidar, ni por un ratito, que son poderosos. En algunas de las grandes ciudades latinoamericanas, los secuestros se han hecho costumbre, y los niños ricos crecen encerrados dentro de la burbuja del miedo. Habitan mansiones amuralladas, grandes casas o grupos de casas rodeadas de cercos electrificados y de guardias armados, y están día y noche vigilados por los guardaespaldas y por las cámaras de los circuitos cerrados de seguridad. Los niños ricos viajan, como el dinero, en autos blindados. No conocen, más que de vista, su ciudad. Descubren el subterráneo en Paris o en Nueva York, pero jamás lo usan en San Pablo o en la capital de México.

Ellos no viven en la ciudad donde viven. Tienen prohibido ese vasto infierno que acecha su minúsculo cielo privado. Más allá de las fronteras, se extiende una región del terror donde la gente es mucha, fea, sucia y envidiosa. En plena era de la globalización, los niños ya no pertenecen a ningún lugar, pero los que menos lugar tienen son los que más cosas tienen: ellos crecen sin raíces, despojados de identidad cultural, y sin más sentido social que la certeza de que la realidad es un peligro. Su patria está en las marcas de prestigio universal, que distinguen sus ropas y todo lo que usan, y su lenguaje es el lenguaje de los códigos electrónicos internacionales. En las ciudades más diversas, y en los más distantes lugares del mundo, los hijos del privilegio se parecen entre sí, en sus costumbres y en sus tendencias, como entre sí se parecen los shopping centers y los aeropuertos, que están fuera del tiempo y del espacio. Educados en la realidad virtual, se deseducan en la ignorancia de la realidad real, que sólo existe para ser temida o para ser comprada.

Fast food, fast cars, fast life: desde que nacen, los niños ricos son entrenados para el consumo y para la fugacidad, y transcurren la infancia comprobando que las máquinas son más dignas de confianza que las personas. Cuando llegue la hora del ritual de iniciación, les será ofrendada su primera coraza todo terreno, con tracción a cuatro ruedas. Durante los años de la espera, ellos se lanzan a toda velocidad a las autopistas cibernéticas y confirman su identidad devorando imágenes y mercancías, haciendo zapping y haciendo shopping. Los ciberniños navegan por el ciberespacio con la misma soltura con que los niños abandonados deambulan por las calles de las ciudades.

Mucho antes de que los niños ricos dejen de ser niños y descubran las drogas caras que aturden la soledad y enmascaran el miedo, ya los niños pobres están aspirando gasolina o pegamento. Mientras los niños ricos juegan a la guerra con balas de rayos láser, ya las balas de plomo amenazan a los niños de la calle.

En América latina, los niños y los adolescentes suman casi la mitad de la población total. La mitad de esa mitad vive en la miseria. Sobrevivientes: en América latina mueren cien niños, cada hora, por hambre o enfermedad curable, pero hay cada vez más niños pobres en las calles y en los campos de esta región que fabrica pobres y prohíbe la pobreza. Niños son, en su mayoría, los pobres; y pobres son, en su mayoría, los niños. Y entre todos los rehenes del sistema, ellos son los que peor la pasan. La sociedad los exprime, los vigila, los castiga, a veces los mata: casi nunca los escucha, jamás los comprende.

Esos niños, hijos de gente que trabaja salteado o que no tiene trabajo ni lugar en el mundo, están obligados, desde muy temprano, a vivir al servicio de cualquier actividad ganapán, deslomándose a cambio de la comida, o de poco más, todo a lo largo y a lo ancho del mapa del mundo. Después de aprender a caminar, aprenden cuáles son las recompensas que se otorgan a los pobres que se portan bien: ellos, y ellas, son la mano de obra gratuita de los talleres, las tiendas y las cantinas caseras, o son la mano de obra a precio de ganga de las industrias de exportación que fabrican ropa deportiva para las grandes empresas multinacionales. Trabajan en las faenas agrícolas o en los trajines urbanos, o trabajan en su casa, al servicio de quien allí mande. Son esclavitos o esclavitas de la economía familiar o del sector informal de la economía globalizada, donde ocupan el escalón más bajo de la población activa al servicio del mercado mundial:
en los basurales de la ciudad de México, Manila o Lagos, juntan vidrios, latas y papeles, y disputan los restos de comida con los buitres; se sumergen en el mar de Java, buscando perlas; persiguen diamantes en las minas del Congo; son topos en las galerías de las minas del Perú, imprescindibles por su corta estatura, y cuando sus pulmones no dan más, van a parar a los cementerios clandestinos; cosechan café en Colombia y en Tanzania, y se envenenan con los pesticidas; se envenenan con los pesticidas en las plantaciones de algodón de Guatemala y en las bananeras de Honduras; en Malasia recogen la leche de los árboles del caucho, en jornadas de trabaio que se extienden de estrella a estrella; tienden vías de ferrocarril en Birmania; al norte de la India se derriten en los hornos de vidrio, y al sur en los hornos de ladrillos; en Bangladesh, desempeñan más de trescientas ocupaciones diferentes, con salarios que oscilan entre la nada y la casi nada por cada día de nunca acabar; corren carreras de camellos para los emires árabes y son jine tes pastores en las estancias del río de la Plata; en Port-au-Prince, Colombo, Jakarta o Recife sirven la mesa del amo, a cambio del derecho de comer lo que de la mesa cae; venden fruta en los mercados de Bogotá y venden chicles en los autobuses de San Pablo; limpian parabrisas en las esquinas de Lima, Quito o San Salvador; lustran zapatos en las calles de Caracas o Guanajuato; cosen ropa en Tailandia y cosen zapatos de f útbol en Vietnam; cosen pelotas de fútbol en Pakistán y pelotas de béisbol en Honduras y Haití; para pagar las deudas de sus padres, recogen té o tabaco en las plantaciones de Sri Lanka y cosechan jazmines, en Egipto, con destino a la perfumería francesa; alquilados por sus padres, tejen alfombras en Irán, Nepal y en la India, desde antes del amanecer hasta pasada la medianoche, y cuando alguien llega a rescatarlos, preguntan: "¿Es usted mi nuevo amo?"; vendidos a cien dólares por sus padres, se ofrecen en Sudán para labores sexuales o todo trabajo.

Por la fuerza reclutan niños los ejércitos, en algunos lugares de África, Medio Oriente y América latina. En las guerras, los soldaditos trabajan matando, y sobre todo trabajan muriendo: ellos suman la mitad de las víctimas en las guerras africanas recientes. Con excepción de la guerra, que es cosa de machos según cuenta la tradición y enseña la realidad, en casi todas las demás tareas, los brazos de las niñas resultan tan útiles como los brazos de los niños. Pero el mercado laboral reproduce en las niñas la discriminación que normalmente practica contra las mujeres: ellas, las niñas, siempre ganan menos que lo poquísimo que ellos, los niños, ganan, cuando algo ganan.

La prostitución es el temprano destino de muchas niñas y, en menor medida, también de unos cuantos niños, en el mundo entero. Por asombroso que parezca, se calcula que hay por lo menos cien mil prostitutas infantiles en los Estados Unidos, según el informe de UNICEF de 1997. Pero es en los burdeles y en las calles del sur del mundo donde trabaja la inmensa mayoría de las víctimas infantiles del comercio sexual. Esta multimillonaria industria, vasta red de traficantes, intermediarios, agentes turísticos y proxenetas, se maneja con escandalosa impunidad. En América latina, no tiene nada de nuevo: la prostitución infantil existe desde que en 1536 se inauguró la primera casa de tolerancia, en Puerto Rico. Actualmente, medio millón de niñas brasi leñas trabajan vendiendo el cuerpo, en beneficio de los adultos que las explotan: tantas como en Tailandia, no tantas como en la India. En algunas playas del mar Caribe, la próspera industria del turismo sexual ofrece niñas vírgenes a quien pueda pagarlas. Cada año aumenta la cantidad de niñas arrojadas al mercado de consumo: según las estimaciones de los organismos internacionales, por lo menos un millón de niñas se incorporan, cada año, a la oferta mundial de cuerpos.

Son incontables los niños pobres que trabajan, en su casa o afuera, para su familia o para quien sea. En su mayoría, trabajan fuera de la ley y fuera de las estadísticas. ¿Y los demás niños pobres? De los demás, son muchos los que sobran. El mercado no los necesita, ni los necesitará jamás. No son rentables, jamás lo serán. Desde el punto de vista del orden establecido, ellos empiezan robando el aire que respiran y después roban todo lo que encuentran. Entre la cuna y la sepultura, el hambre o las balas suelen interrumpirles el viaje. El mismo sistema productivo que desprecia a los viejos, teme a los niños. La vejez es un fracaso, la infancia es un peligro. Cada vez hay más y más niños marginados que nacen con tendencia al crimen, al decir de algunos especialistas. Ellos integran el sector más amenazante de los excedentes de población. El niño como peligro público, la conducta antisocial del menor en América, es el tema recurrente de los Congresos Panamericanos del Niño, desde hace ya unos cuantos años. Los niños que vienen del campo a la ciudad, y los niños pobres en general, son de conducta potencialmente antisocial, según nos advierten los Congresos desde 1963. Los gobiernos y algunos expertos en el tema comparten la obsesión por los niños enfermos de violencia, orientados al vicio y a la perdición. Cada niño contiene una posible corriente de El Niño, y es preciso prevenir la devastación que puede provocar. En el Primer Congreso Policial Sudamericano, celebrado en Montevideo en 1979, la policía colombiana explicó que "el aumento cada día creciente de la población de menos de dieciocho anos, induce a estimar una mayor población POTENCIALMENTE DELINCUENTE". (Mayúsculas en el documento original.)

En los países latinoamericanos, la hegemonía del mercado está rompiendo los lazos de solidãridad y haciendo trizas el tejido social comunitario. ¿Qué destino tienen los nadies, los dueños de nada, en países donde el derecho de propiedad se está convirtiendo en el único derecho? ¿Y los hijos de los nadies? A muchos, que son cada vez más muchos, el hambre los empuja al robo, a la mendicidad y a la prostitución; y la sociedad de consumo los insulta ofreciendo lo que niega. Y ellos se vengan lanzándose al asalto, bandas de desesperados unidos por la certeza de la muerte que espera: según UNICEF, en 1995 había ocho millones de niños abandonados, niños de la calle, en las grandes ciudades latinoamericanas; según la organización Human Rights Watch, en 1993 los escuadrones parapoliciales asesinaron a seis niños por día en Colombia y a cuatro por día en Brasil.

Entre una punta y la otra, el medio. Entre los niños que viven prisioneros de la opulencia y los que viven prisioneros del desamparo, están los niños que tienen bastante más que nada, pero mucho menos que todo. Cada vez son menos libres los niños de clase media. "Que te dejen ser o que no te dejen ser: ésa es la cuestión", supo decir Chumy Chúmez, humorista español. A estos niños les confisca la libertad, día tras día, la sociedad que sacraliza el orden mientras genera el desorden. El miedo del medio: el piso cruje bajo los pies, ya no hay garantías, la estabilidad es inestable, se evaporan los empleos, se desvanece el dinero, llegar a fin de mes es una hazaña. Bienvenida, clase media, saluda un cartel a la entrada de uno de los barrios más miserables de Buenos Aires. La clase media sigue viviendo en estado de impostura, fingiendo que cumple las leyes y que cree en ellas, y simulando tener más de lo que tiene; pero nunca le ha resultado tan difícil cumplir con esta abnegada tradición. Está la clase media asfixiada por las deudas y paralizada por el pánico, y en el pánico cría a sus hijos. Pánico de vivir, pánico de caer: pánico de perder el trabajo, el auto, la casa, las cosas, pánico de no llegar a tener lo que se debe tener para llegar a ser. En el clamor colectivo por la seguridad pública, amenazada por los monstruos del delito que acecha, la clase media es la que más alto grita. Defiende el orden como si fuera su propietaria, aunque no es más que una inquilina agobiada por el precio del alquiler y la amenaza del desalojo.

Atrapados en las trampas del pánico, los niños de clase media están cada vez más condenados a la humillación del encierro perpetuo. En la ciudad del futuro, que ya está siendo ciudad del presente, los teleniños, vigilados por niñeras electrónicas, contemplarán la calle desde alguna ventana de sus telecasas: la calle prohibida por la violencia o por el pánico a la violencia, la calle donde ocurre el siempre peligroso, y a veces prodigioso, espectáculo de la vida.

Fragmento de "Patas arriba - La escuela del mundo al revés"
de Eduardo Galeano

19 abril 2011

Loa de la duda



Loada sea la duda! Os aconsejo que saludéis
serenamente y con respeto
a aquel que pesa vuestra palabra como una moneda falsa.
Quisiera que fueseis avisados y no dierais
vuestra palabra demasiado confiadamente.

Leed la historia. Ved
a ejércitos invencibles en fuga enloquecida.
Por todas partes
se derrumban fortalezas indestructibles,
y de aquella Armada innumerable al zarpar
podían contarse
las naves que volvieron.

Así fue como un hombre ascendió un día a la cima inaccesible,
y un barco logró llegar
al confín del mar infinito.
¡Oh hermoso gesto de sacudir la cabeza
ante la indiscutible verdad!
¡Oh valeroso médico que cura
al enfermo ya desahuciado!

Pero la más hermosa de todas las dudas
es cuando los débiles y desalentados levantan su cabeza
y dejan de creer
en la fuerza de sus opresores.

¡Cuánto esfuerzo hasta alcanzar el principio!
¡Cuántas víctimas costó!
¡Qué difícil fue ver
que aquello era así y no de otra forma!
Suspirando de alivio, un hombre lo escribió un día en el
libro del saber.

Quizá siga escrito en él mucho tiempo y generación tras
generación
de él se alimenten juzgándolo eterna verdad.
Quizá los sabios desprecien a quien no lo conozca.
Pero puede ocurrir que surja una sospecha, que nuevas
experiencias
hagan conmoverse al principio. Que la duda se despierte.

Y que, otro día, un hombre, gravemente,
tache el principio del libro del saber.
Instruido
por impacientes maestros, el pobre oye
que es éste el mejor de los mundos, y que la gotera
del techo de su cuarto fue prevista por Dios en persona.
Verdaderamente, le es difícil
dudar de este mundo.
Bañado en sudor, se curva el hombre construyendo la casa
en que no ha de vivir.

Pero también suda a mares el hombre que construye su
propia casa.
Son los irreflexivos los que nunca dudan.
Su digestión es espléndida, su juicio infalible.
No creen en los hechos, sólo creen en sí mismos. Si llega el
caso,
son los hechos los que tienen que creer en ellos. Tienen
ilimitada paciencia consigo mismos. Los argumentos
los escuchan con oídos de espía.

Frente a los irreflexivos, que nunca dudan,
están los reflexivos, que nunca actúan.
No dudan para llegar a la decisión, sino
para eludir la decisión. Las cabezas
sólo las utilizan para sacudirlas. Con aire grave
advierten contra el agua a los pasajeros de naves
hundiéndose.

Bajo el hacha del asesino,
se preguntan si acaso el asesino no es un hombre también.
Tras observar, refunfuñando,
que el asunto no está del todo claro, se van a la cama.
Su actividad consiste en vacilar.
Su frase favorita es: «No está listo para sentencia.»
Por eso, si alabáis la duda,
no alabéis, naturalmente,
la duda que es desesperación.

¿De qué le sirve poder dudar
a quien no puede decidirse?
Puede actuar equivocadamente
quien se contente con razones demasiado escasas,
pero quedará inactivo ante el peligro
quien necesite demasiadas.
Tú, que eres un dirigente, no olvides
que lo eres porque has dudado de los dirigentes.
Permite, por lo tanto, a los dirigidos
dudar.


Bertolt Brecht

18 abril 2011

A la colonia uruguaya en Suecia


Preocupación en Suecia por el presunto nombramiento de nueva Embajadora de Uruguay ante los paises nórdicos

Si querés firmar la carta dirigida al ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, comunicalo a : uruguayosresidentesensuecia@hotmail.com


Suecia, abril de 2011


”Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana” José G. Artigas


Señor Canciller de la Republica Oriental del Uruguay

Don Luis Almagro

Los uruguayos residentes en Suecia hemos seguido con honda preocupación a través de la prensa de Uruguay los acontecimientos en torno al nombramiento de la Sra. Zulma Delia Guelman como embajadora de nuestro país ante el Reino de Suecia

Como es de vuestro conocimiento los uruguayos que vivimos en Suecia llegamos aquí por razones políticas y/o económicas, víctimas de las políticas de persecución y exterminio de la dictadura uruguaya y de posteriores administraciones. Desde el año 1974 no hemos dudado en participar en campañas internacionales en defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión, el derecho a organizarnos libremente, el voto en el exterior asi como la permanente denuncia contra la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. A lo largo de treinta y siete años, tampoco dudamos en prestar nuestro apoyo solidario a comedores y ollas populares, hospitales, intendencias, organizaciones civiles que luchan por un futuro mejor en una sociedad más justa. Tampoco podemos olvidar la actitud solidaria de la sociedad sueca para con los uruguayos perseguidos durante varias décadas y el rol económico importante que este país tiene en el mercado mundial.

A raíz de todo lo expresado es que entendemos de suma importancia poder compartir el razonamiento que conduce a la denominación de la Sra. Zulma Delia Guelman que tiene antecedentes que la sitúan como integrante del aparato civil de la dictadura que asoló nuestro país.

Estaremos muy atentos al desarrollo de la situación confiando que la Comisión de Internacionales de la bancada del Frente Amplio, acceda a información que nostros actualmente no tenemos. Lo que si tenemos es nuestra memoria.

Esperando una respuesta a nuestras inquietudes y que se entiendan las razones de las mismas saludamos a usted atentamente

Uruguayos residentes en Suecia

La bomba de tiempo japonesa

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, insiste en recortar las consecuencias del problema nuclear que estalló en Fukushima. “La crisis se está estabilizando paso a paso, pero no hay razones para el optimismo” (www.businessinsider.com, 12-4-11). No obstante, señaló que la gente debe vivir como de costumbre, no incurrir en autorrestricciones y consumir los productos de las zonas afectadas “para darles apoyo”. El gobierno nipón, sin embargo, elevó el nivel del riesgo a 7, el máximo, el mismo de Chernobyl, según las categorías establecidas por el Organismo Internacional de Energía Atómica para evaluar el alcance de las catástrofes nucleares, y sus funcionarios declaran que el material radiactivo que escapó de los reactores de Fukushima sólo constituye un décimo del que emitió la planta rusa. No es una opinión compartida.

El físico nuclear Michio Kaku destacó que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (Tepco, por sus siglas en inglés), dueña de las instalaciones de Fukushima, “ha tratado de minimizar el impacto de este accidente nuclear... que ya ha liberado algo así como 50.000 billones de bequereles de radiación (de uranio). Esto equivale a la mitad del nivel 7, pero los reactores siguen emitiéndolos. La situación no es para nada estable... el menor accidente –un nuevo sismo, la ruptura de un conducto, la evacuación de los equipos que trabajan en Fukushima– podría desatar una fusión en tres de las estaciones nucleares de una dimensión mucho mayor que la de Chernobyl” (www.democracynow.org, 13-4-11).

El accidente ha despedido hacia la atmósfera una enorme cantidad de yodo radiactivo (I-131), un 10 por ciento en relación con Chernobyl, que es soluble en agua. La lluvia lo deposita en tierra, las vacas comen pasto y su leche se contamina. Los granjeros de la zona la tiran porque es demasiado radiactiva. Se ha descubierto agua contaminada en Tokio y algunos de sus habitantes han abandonado la capital, advertidos por las contradicciones de los anuncios oficiales y la clara voluntad de acallar los alcances del desastre. Occidente calla, pero EE.UU. prescribió que su personal debe alejarse 80 kilómetros de Fukushima, ni 20, ni 30, ni 40, y el gobierno francés aconseja a sus ciudadanos que abandonen del todo Japón. También esas son medidas del peligro, aunque no tengan un enunciado matemático.

Cabe preguntarse el porqué de los ocultamientos del gobierno japonés. ¿Para evitar el pánico de la población? Tal vez. ¿Para no ahondar la crisis económica que el terremoto y el tsunami agravaron de manera extraordinaria? Quizá. Pero los especialistas se preguntan por qué no se recurre al método empleado en Chernobyl, que consistió en encerrar o enterrar el reactor número 4 bajo toneladas de concreto en vez de intentar desmantelarlo, y en cerrar la central nuclear por tiempo indefinido.

Juan Gelman

Fuente: Página 12

MPP desmiente a Últimas Noticias


El Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento de Participación Popular desmiente absolutamente la versión de prensa, publicada en la jornada del domingo 17 de abril, que afirma que esta organización política "quiere revisar el proyecto que anula la Ley de Caducidad" y que sus legisladores solicitarán más "tiempo para hacer un nuevo análisis".

Paralelamente respaldamos al diputado Esteban Pérez que denunció haber sido víctima de un operativo de prensa de un medio que utilizó su nombre para sembrar confusión.

El MPP ratifica a través de este medio que sus diputados votarán afirmativamente la normativa aprobada en la Cámara Alta que anula la Ley de Caducidad.

17 abril 2011

No apto para incrédulos: MPP quiere revisar el proyecto que anula la ley de Caducidad


Hoy, 16 de abril, se cumplen 27 años del asesinato del Dr. Vladimir Roslik a manos del terrorismo de Estado. Sus asesinos siguen impunes. La ley interpretativa recientemente aprobada en el Senado, habilitaría que los criminales de lesa-humanidad sean llevados ante la justicia, y entre ellos los asesinos del Dr. Roslik.

Pero justamente hoy, nos encontramos con la noticia que adjuntamos. Es por lo menos vergonzoso e indignante -si bien podríamos agregarle otros términos- que el MPP, a falta de argumentos, hable de "apuro" por aprobar el proyecto, que ha sido largamente discutido en el seno del Frente Amplio y luego en las Cámaras. Curiosamente es el mismo sector que no incluía en sus sobres de votación las papeletas del SI rosado en el plebiscito por la anulación de la ley de impunidad. Qué se esconde detrás de todo esto??? Síndrome de Estocolmo o pacto???

Hemos esperado demasiados años, con todo el dolor que ello acarrea, vemos como los compañeros se nos van muriendo en muchos casos sin conocer la Verdad y en todos sin alcanzar la Justicia. Cuánto más cree el MPP que se puede dilatar esta espera??? Ni las víctimas, ni sus familias, ni el pueblo uruguayo se merecen esto. No nos cansaremos de repetir, una y otra vez, el justo reclamo de MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA.

Silvia



Los diputados del MPP plantearán a la bancada del Frente Amplio (FA) que se tome "tiempo" para analizar el proyecto interpretativo de la Caducidad y efectuar modificaciones para "mejorarlo". El sector mayoritario de la coalición de izquierda no está dispuesto a acatar el "apuro" marcado por algunos sectores que quieren aprobar el proyecto antes del 20 de mayo y consideran que se pueden efectuar cambios.

"Yo soy muy escéptico en que la aprobación de esta ley permita lograr los objetivos trazados. No se llega al esclarecimiento de la verdad a través de modificaciones legislativas", dijo a Ultimas Noticias el diputado Esteban Pérez.

El año pasado, cuando el FA comenzó a trabajar sobre el primer proyecto interpretativo, el MPP planteó su oposición a la vía parlamentaria. Si bien el sector estaba de acuerdo con el resto del FA en la necesidad de sacar la norma del ordenamiento jurídico, entendía que debían respetarse los plebiscitos. Sin embargo, quedó en minoría frente a los sectores y bases que impulsaban la eliminación de los efectos de la norma y resolvió acatar.

Si bien la sesión en la Cámara Baja está prevista para el 4 de mayo, en el MPP se considera necesario "tener tiempo" para analizar el tema. "Cuando una ley viene desde el Senado, no es para votarla sin discusión. Yo entiendo la postura de quienes entienden que votarla antes del 20 de mayo tendría un carácter emblemático, pero no descarto la posibilidad de hacer nuevos ajustes o incluso contemplar otras alternativas. Ahora empieza el debate. Nosotros vamos a plantear mejorarla", apuntó Pérez.

Sin embargo, aclaró que "el mandato del FA es claro. Mientras eso no cambie, modificada o no, hay que votarla". Si el sector no logra las mayorías necesarias para demorar el tema en la bancada para su estudio, acatará lo que se resuelva y los diputados levantarán sus manos.

Uno de los aspectos que preocupa a los legisladores del FA es la posible andanada de denuncias de inconstitucionalidad. El propio presidente José Mujica expresó en los últimos días su preocupación al respecto, ya que el tema también fue considerado por numerosos catedráticos consultados por la izquierda.

A eso se suma el peso de la opinión pública, que en la última encuesta realizada por la consultora Factum dejó claro que la mayoría de los ciudadanos no quiere una solución parlamentaria y pretende que se respeten los plebiscitos. Según reveló el jueves Telenoche, el 70% está "a favor de mantener lo que decidió el pueblo", mientras que el 25% está de acuerdo en "juzgar las violaciones a los derechos humanos" y un 5% permanece indeciso.

Las opiniones profundizan la tendencia que había comprobado la consultora Equipos/Mori en noviembre pasado, cuando el 48% estaba en contra del proyecto interpretativo, frente a un 31% a favor y un 21% no tenía posición adoptada. En aquel momento se trataba del primer proyecto interpretativo. Tras el fracaso en el Senado por la negativa de los senadores Jorge Saravia, Eleuterio Fernández Huidobro y Rodolfo Nin Novoa a acompañarlo, las posturas se profundizaron.

Las críticas efectuadas por Fernández Huidobro y la renuncia en el Senado también inciden sobre la decisión del MPP de plantear la necesidad de tomar un tiempo para estudiar el tema en Diputados y efectuar cambios si fuera necesario. El jueves, en la reunión del Secretariado Ejecutivo del FA, dirigentes de todos los sectores reconocieron que coincidían con gran parte de los planteos de Huidobro y elogiaron su actitud de priorizar la unidad del FA, aunque consideraron que sus críticas afectaron la imagen de la izquierda.

Mensajes de unidad

El proyecto interpretativo de la ley de Caducidad a estudio del Parlamento llegó al Senado con el voto unánime del Frente Amplio (FA). Sin embargo, las divisiones estaban desde el origen. Más allá de las diferencias que impidieron avanzar con la primera versión, cuando se votaron las modificaciones en el Plenario hubo seis dirigentes que se negaron a acompañarlas. Cinco delegados de la Alianza Progresista que se habían opuesto a la ley y un representante de las bases de San José se abstuvieron. La unanimidad se alcanzó cuando se consideró necesario dar un mensaje de unidad.

Fuente: Últimas Noticias

16 abril 2011

Uruguay: Las organizaciones de derechos humanos responden a militares


Organizaciones de derechos humanos rechazaron ayer las declaraciones del general (r) Ricardo Galarza, quien sostuvo que estos organismos actualmente están reemplazando a grupos terroristas.

Respondieron que los militares están estancados en los procesos de autocrítica y de diálogo democrático, así como mantienen "los estilos aplicados en dictadura".

Voceros de la organización Familiares de Detenidos y Desaparecidos, Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), Ielsur y el PIT-CNT se expresaron sobre las acusaciones formuladas por el general (r), Ricardo Galarza, en el acto en recuerdo de los militares y policías caídos en "defensa de las instituciones democráticas y de la libertad".

En la ocasión, el militar retirado afirmó que las ONG de DDHH "reemplazaron a los organismos terroristas, y continuaron la persecución sistemática judicial y de desprestigio, para minar la moral de los militares al máximo".

El vocero de la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, Ignacio Errandonea respondió a las acusaciones del ex militar Galarza. Replicó que fueron ellos quienes aplicaron el terrorismo de Estado, "en tanto nosotros somos familiares de sus víctimas en la dictadura. Ellos impusieron el terror, asesinaron, torturaron, violaron y todavía mantienen secuestrados a nuestros familiares. Esas afirmaciones sobre que somos la continuidad del terrorismo por parte del general Galarza, es una demostración que ahora tienen miedo por tener que ir a la Justicia. Eso les hace decir disparates".

El representante de Ielsur, Martín Pratts dijo que escuchó efímeramente las declaraciones del militar retirado y que seguramente después de Semana de Turismo, el instituto estará analizando las declaraciones y posiblemente emitiendo un comunicado al respecto.

Por su parte, Raúl Olivera, asesor en derechos humanos del PIT­CNT afirmó que el problema de los militares es que siguen posicionándose en democracia tal como lo hacían en dictadura. "Siguen hablando con un discurso y una conducta que es coherente con la que tenían en el pasado", indicó.

Olivera destacó que a estos ex soldados les molesta que existan organizaciones que enfrenten el totalitarismo militar también en democracia.

En ese sentido, dijo el activista por los derechos humanos, "que cuando las organizaciones son más fuertes, se controla que desde el Estado se cometan conductas delictivas".

Sobre las expresiones específicas del general (r) Ricardo Galarza de que las organizaciones de derechos humanos son una continuidad de las organizaciones terroristas, Olivera aclaró que "si somos la continuación, eso habla bien de lo que llama como organizaciones terroristas".

Acerca de la aprobación en el Senado del proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad, el asesor en derechos humanos del PIT-CNT, dijo que "a partir de ahora se abre una nueva etapa, quedando los casos en manos del Poder Judicial".

Reconoció que podrán darse más recursos, "pero todo se remite a la Justicia".

Aclaró que quienes argumentan que la aprobación de este proyecto afecta el instrumento de la conducta ciudadana, con esta iniciativa se demuestra que hay derechos inherentes a las personas que no son plebiscitadas.



Video gentileza de El Muerto


"Están desesperados"

Defendió el accionar de la Corte Interamericana de Derechos Humanos al sostener que no es imperialista, porque actuó en las dictaduras de Bolivia, Perú, Argentina y Uruguay.

Sergio Goicoechea, miembro de la organización Familiares, dijo que con esas expresiones, estos militares demuestran que "no se apartan de los viejos esquemas y estilos". Aclaró que con la aprobación del proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad prevén escuchar "cualquier tipo de locura, porque están desesperados".

Considera que los militares que se reunieron con el presidente Mujica fueron a pedir que vete la ley.

Enfatizó que estos militares retirados utilizan las armas que aplicaron toda su vida: el fascismo.

En tanto, Serpaj (Servicio Paz y Justicia) emitió ayer un comunicado en respuesta a los comentarios realizados por el general (r) Galarza.

En el mismo se aclara que un país "que no los garantiza (a los derechos humanos) no puede desarrollar un tejido social sano para la convivencia plural y pacífica".

La declaración sostiene que "la persistencia de representaciones sociales que conceptualizan a quienes disienten como enemigos, hoy encarnados en la figura de terroristas, da cuenta de un estancamiento en los procesos de autocrítica y diálogo democrático. A esta señal ya grave se suman las reiteradas prácticas de amedrentamiento y amenazas de "quiebre institucional", cada vez que la sociedad uruguaya ha dado algún gesto de avance frente a la consecución de los derechos a la verdad y la justicia".

Advierte que la historia señala que "el terrorismo en nuestro país ha sido una práctica del Estado (mediante la tortura, la violación, el asesinato, la desaparición forzada y la apropiación de niños a cientos de miles de uruguayas y uruguayos dentro y fuera del territorio nacional), desarrollada ­entre otros­ por aquellos sectores que hoy denostan a las organizaciones de derechos humanos".

Fuente: La República



Comunicado de Serpaj en respuesta a comentarios realizados por militares el 14 de abril

El Servicio Paz y Justicia (SERPAJ - Uruguay) ante comentarios realizados por integrantes de las asociaciones de retirados militares en medios de prensa y en el marco de sus conmemoraciones del día 14 de abril, al referirse a las organizaciones de derechos humanos como “grupos terroristas” expresa:

SERPAJ es una organización de promoción, educación y defensa de los derechos humanos que durante 30 años ha trabajado por la estabilidad, la profundización del Estado de Derecho y la institucionalidad del país, entendiendo que los avances en la materialización de los derechos humanos son indicadores claves del grado democrático del mismo.

Los derechos humanos son un todo integral, indivisible e interdependiente por cuanto la conculcación de alguno de ellos vulnera el sistema en su totalidad. La verdad y la justicia son derechos humanos. Un país que no los garantiza no puede desarrollar un tejido social sano para la convivencia plural y pacífica.

La persistencia de representaciones sociales que conceptualizan a quienes disienten como enemigos, hoy encarnados en la figura de terroristas, da cuenta de un estancamiento en los procesos de autocrítica y diálogo democrático. A esta señal ya grave se suman las reiteradas prácticas de amedrentamiento y amenazas de “quiebre institucional”, cada vez que la sociedad uruguaya ha dado algún gesto de avance frente a la consecución de los derechos a la verdad y la justicia.

La historia señala por cierto, que el terrorismo en nuestro país ha sido una práctica del Estado (mediante la tortura, la violación, el asesinato, la desaparición forzada y la apropiación de niños a cientos de miles de uruguayas y uruguayos dentro y fuera del territorio nacional), desarrollada -entre otros- por aquellos sectores que hoy denostan a las organizaciones de derechos humanos.

Por último, esta organización de derechos humanos quiere recordar que siempre sostuvo que a las personas juzgadas -o pasibles de serlo- por las violaciones a los DDHH cometidas en nuestro pasado reciente, debe garantizárseles el debido proceso y todas las garantías jurídicas que dicta la normativa vigente, a las cuales sus víctimas no tuvieron acceso.

Montevideo, 15 de abril de 2011

Playa Girón, hace medio siglo


En la madrugada del 15 de abril de 1961, aviones de combate camuflados como si fueran cubanos bombardearon los principales aeropuertos militares de Cuba. Las agencias de noticias del imperio informaban que se había producido una sublevación de la fuerza aérea “de Castro” y el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Adlai Stevenson –expresión del ala más “progresista” del Partido Demócrata, ¡menos mal!– trató de que el Consejo de Seguridad de ese organismo emitiera una resolución autorizando la intervención de Estados Unidos para “normalizar” la situación en la isla. No tuvo respaldo, pero el plan ya estaba en marcha.

Aquel bombardeo fue la voz de orden para que una brigada mercenaria, que con absoluto descaro la CIA y el Pentágono habían preparado durante más de un año, desembarcara en Bahía de Cochinos, con el declarado propósito de precipitar lo que en nuestros días los melifluos voceros de los intereses imperiales denominarían eufemísticamente como “cambio de régimen”. En marzo de 1960 –apenas transcurrido poco más de un año del triunfo de la Revolución Cubana– el presidente Eisenhower había firmado una orden ejecutiva dando vía libre para desencadenar una campaña terrorista en contra de Cuba y su Revolución. Bajo el amparo oficial de este programa se organizó el reclutamiento de unos mil quinientos hombres (un buen número de los cuales no eran otra cosa que aventureros, bandidos o lúmpenes que la CIA utilizaba, y utiliza, para sus acciones desestabilizadoras) dispuestos a participar de la inminente invasión, se colocó a las organizaciones contrarrevolucionarias bajo el mando de la CIA (es decir, la Casa Blanca) y se crearon varias “unidades operativas”, eufemismo para no llamar por su nombre a bandas de terroristas, escuadrones de la muerte y paramilitares expertos en atentados, demoliciones y sabotajes de todo tipo. Más de tres mil personas murieron en Cuba, desde los inicios de la Revolución, a causa del accionar de estos delincuentes apañados por la autoproclamada democracia norteamericana.


Apenas ayer, uno de los más conspicuos criminales al servicio del imperio, Luis Posada Carriles –terrorista probado y confeso, autor intelectual entre muchos otros crímenes de la voladura del avión de Cubana en 1976, con 73 personas a bordo– fue absuelto de todos sus cargos y disfruta de la más completa libertad en los Estados Unidos. Como si eso fuera poco, tampoco lo extraditan para ser juzgado en Venezuela, país cuya nacionalidad había adoptado durante el transcurso de sus fechorías. Barack Obama, indigno Premio Nobel de la Paz, protege a los verdugos de nuestros pueblos hasta el final de sus vidas mientras mantiene en prisión, en condiciones que ni se aplican a un asesino serial, a los cinco luchadores antiterroristas cubanos. Gesto ignominioso el de Obama, pero que tiene un lejano antecedente: en 1962, luego de la derrota sufrida por el ejército invasor reclutado, organizado, entrenado, armado y financiado por los Estados Unidos, los prisioneros que habían sido capturados por las milicias revolucionarias cubanas fueron devueltos a los Estados Unidos ¡para ser recibidos y homenajeados por otro “progresista”, el presidente John F. Kennedy! El fiscal general de los Estados Unidos, Robert Kennedy, para no ser menos que su hermano mayor, invitó a esa verdadera Armada Brancaleone de matones y bandidos a integrarse al ejército norteamericano, cosa que fue aceptada por gran parte de ellos. No sorprende, por lo tanto, que periódicamente aparezcan horripilantes historias de atrocidades y vejaciones perpetradas por soldados estadounidenses en diversas latitudes, las últimas conocidas hace apenas un par de días en Afganistán y antes en Abu Ghraib; o que durante la administración Reagan –uno de los peores criminales de guerra de los Estados Unidos, según Noam Chomsky– un coronel del Marine Corps y asesor del Consejo de Seguridad Nacional, Oliver North, hubiera organizado una red de narcotraficantes y vendedores de armas desde su despacho, situado a pocos metros de la Oficina Oval de la Casa Blanca, para financiar a la “contra” nicaragüense. No le fue tan mal a North después de estallado el escándalo: se libró de ir a la cárcel y en la actualidad se desempeña en varios programas de la ultraconservadora cadena Fox News Channel. Estos episodios revelan con elocuencia el clima moral que prevalece en las legiones imperiales.

La derrota de la invasión, lejos de aplacar al imperio, exacerbó aún más sus instintos asesinos: la respuesta fue la preparación de un nuevo plan, Operación Mangosta, que contemplaba la realización de numerosos atentados y sabotajes tendientes a desarticular la producción, destruir cosechas, incendiar cañaverales, obstaculizar el transporte marítimo y el abastecimiento de la isla y amedrentar a los eventuales compradores de productos cubanos, especialmente el níquel. En pocas palabras: preparar lo que luego sería el infame bloqueo integral que sufre Cuba desde ese momento. Huelga decirlo pero el pueblo cubano –patriótico, consciente y organizado– frustró una vez más los miserables designios de la Operación Mangosta. Al día siguiente del bombardeo aéreo, en el homenaje que el pueblo de Cuba rendía a sus víctimas, Fidel proclamaría el carácter socialista de la Revolución Cubana. Y el 19 de abril, en Playa Girón, se libraría el combate decisivo que culminaría con la primera derrota militar del imperialismo en tierras americanas. La camarilla contrarrevolucionaria estaba a la espera en Miami, presta para trasladarse a Cuba una vez que los invasores controlasen por 72 horas una “zona liberada” que les permitiera constituirse como “gobierno provisional” y desde allí solicitar el reconocimiento de la Casa Blanca y la OEA y la ayuda militar de Estados Unidos para derrotar a la Revolución. Parece que todavía siguen esperando.

Atilio A. Boron

Fuente: Página 12

¿Quién mató a Vittorio?


Vittorio Arrigoni fue un activista y cooperante italiano miembro del ISM (Movimiento de Solidaridad Internacional). Un internacionalista en toda regla que llegó a Gaza por primera vez en un barco de la Freedom Flotilla en Agosto de 2008.

Sobrevivió junto a Alberto Arce y otros compañeros a los trágicos bombardeos y masacre a Gaza de la Operación Plomo Fundido en Diciembre de 2008 y Enero de 2009. Luego de la masacre volvió en otro barco a Gaza en Agosto de 2009 y a reflejar mediante sus crónicas y vídeos la realidad social y humanitaria de los habitantes de la Franja. Desde entonces, vivía en Gaza...

El periodista Alberto Arce autor del documental "To shot an Elefant" entre sentimientos de impotencia, tristeza y humana rabia, dice en su última entrada a su blog:

"Salí corriendo de allí por culpa de lo mismo que ahora le está sucediendo a él. Por culpa de una panda de inconscientes que no entienden nada. Por culpa de una panda de animales que ven a un extranjero y piensan que puede servirles de algo".

¿Qué pasó con Vittorio?

El miércoles 13 escribía su última entrada en su blog y lo colgaba en su Facebook a las 19:12. Al día siguiente era secuestrado por un grupo salafista que opera en Gaza. En un vídeo de Youtube se le puede ver a Vittorio maniatado y con cinta negra cubriendo sus ojos, mientras un brazo le sostiene la cabeza. Se puede ver a Vittorio herido e inconsciente. Este grupo salafista exige a Hamas la liberación de algunos líderes presos por la autoridad en Gaza. Ponen un límite de 30 horas o ejecutan al secuestrado. El tiempo corre y vence a las 16 hs. del viernes 15.

Pero curiosamente en la madrugada de hoy, las fuerzas especiales de Hamas irrumpen en la casa del secuestro y se encuentran a Vittorio muerto desde hacía horas por el método de las asfixia. Logran detener a 2 sospechosos del asesinato y un tercero se escapa.

¿Quién mató a Vittorio?

¿Por qué lo mataron antes del tiempo límite? ¿Por qué 30 horas? Como a Juliano Mer Khamis, hace dos semanas, a Vittorio lo mató el poder. Un poder que en este caso, pretende pasar un mensaje contundente en oposición a todos los internacionalistas que luchan por la causa palestina. Un poder que no tiene bandera ni religión. Un poder que hace rato opera en el mundo islámico y es financiado por oscuros intereses. Un poder que no tiene ninguna relación con el verdadero sentir de los palestinos, del pueblo árabe, de los musulmanes. Que nada tiene que ver con el Islam profesado por la inmensa mayoría de los musulmanes del mundo.


Haciendo memoria

En Agosto de 2009, las fuerzas especiales de Hamas aplastan a un grupo extremista salafista. Su saldo es de 24 muertos, 130 heridos y en la operación matan a su líder: Abdelatif Musa.

En aquel entonces un miembro de Hamas acusó a la ANP de estar detrás de estos grupos salafistas que operan en Rafah (sur de Gaza) a fin de acabar con el movimiento islámico en el poder y sembrar la división, en convergencia con oscuros intereses sionistas que también operan en la Franja.

Y es que en aquel entonces el propio Mahmoud Abbas criticaba los métodos de Hamas para combatir a estos grupos salafistas en la Franja.

No es de extrañar teniendo en cuenta que estas prácticas han sido utilizadas también por Mubarak en Egipto, "apoyando" a un grupo salafista como el llamado Hizbut Tahrir (cuyo emblema parece ser el mismo que aparece en el vídeo del secuestro de Vittorio) en su lucha contra los HHMM (Hermanos Musulmanes), seria oposición de Mubarak en Egipto.

Método que también pudimos ver en Líbano a raíz de la lucha entre un grupo salafistas llamado Fateh Al Islam y Hezbollá, con el claro objeto de dividir Líbano y a la legítima resistencia al sionismo por parte del movimiento que dirige Nasrralá.

Ciertas fuentes afirman que todos estos grupos salafistas estarían siendo financiados por grupos de poder que operan en Arabia Saudita, Israel y EEUU.

En cualquier caso, lo que queda meridianamente claro es que los beneficiarios de la muerte del internacionalista Vittorio Arrigone, así como de la muerte hace dos semanas del actor y director Juliano Mer Khamis... parecen ser los mismos. Y ninguno de ellos parece estar con la causa palestina... muy por el contrario.

Fernando Casares
casares.fernando@gmail.com

Fuente: Rompiendo Muros

Rumbo a Gaza: Seguimos siendo Humanos


La Flotilla de la Libertad cambia el nombre del viaje en honor a Vittorio Arrigoni

El asesinato del activista por los derechos humanos, Vittorio Arrigoni, es una tragedia para su familia, para aquellos de nosotros que le conocíamos y para los palestinos que le amaban y admiraban. La coalición internacional de la segunda Flotilla de la Libertad condena este asesinato sin sentido y a las personas que están detrás de él. Se llevaron la vida de uno de los más apasionados partidarios de la justicia para Palestina. Este asesinato está dañando la lucha palestina por la libertad y la justicia, así como nuestro trabajo en apoyo de esta lucha.

En su honor, vamos a nombrar nuestro próximo viaje, FLOTILLA DE LA LIBERTAD-SEGUIMOS SIENDO HUMANOS

Nada de lo que escribamos puede captar al hombre que estaba tan lleno de la alegría de la vida, un hombre con la pipa en la boca y el sombrero de capitán siempre inclinado en el ángulo de la cabeza. El hombre de gran sonrisa y naturaleza amable, alguien que utilizó su fuerza física para coger a los niños pequeños en sus brazos, a veces varios a la vez. Sus risas y sus últimos comentarios de la última vez que lo vimos sonarán en todos nuestros oídos cuando embarquemos para regresar a Gaza a finales de mayo.

“Seguimos siendo humanos”, diría él, para a continuación, sonreír y apretar su pipa entre los dientes.

Vittorio navegó con nosotros en el primer barco pesquero que salió de Grecia con destino a Gaza en el verano de 2008, uno de los 44 activistas que navegaron para protestar por el bloqueo ilegal impuesto por Israel contra los 1,5 millones de palestinos que viven en Gaza.

Haremos nuestro mayor esfuerzo, Vik, para llevar a cabo el trabajo que tú has hecho. La flotilla volverá a Gaza en tu honor.

Fuente: Rumbo a Gaza

Cuba: Comienza el IV Congreso del PCC - Actualización del socialismo cubano en tres tiempos


Cuba continúa este 16 de abril, con la celebración del VI Congreso del Partido Comunista, un proceso de actualización de su socialismo en las condiciones, internas y externas, del siglo XXI y cuyos resultados, sobre todo prácticos, esperan el conjunto de la sociedad cubana y los pueblos que en América Latina libran hoy, en distintos grados y niveles, batallas por la emancipación.

En todo el proceso, más allá de su asistencia física al Congreso y la Conferencia- está presente la fuerza política y moral de Fidel Castro, quien en los últimos meses ha dejado de ocuparse públicamente en sus habituales reflexiones sobre la problemática interna, para concentrar su esfuerzo en las graves amenazas que acechan al mundo por el carácter irracional del imperio.

Alejados de una mirada de corto plazo, quizá apuntar que el proceso de actualización del sistema cubano se está desarrollando en tres tiempos y en un contexto internacional complejo en la que se advierte una abierta polarización entre el esfuerzo de varios pueblos y gobiernos del mundo, particularmente en América Latina, de encontrar los caminos para construir un centro de convergencia de los múltiples proyectos emancipatorios y una contraofensiva política y militar imperial que amenaza, con la OTAN como instrumento, de intervenir cualquier lugar del planeta y por el motivo que sea. A todo eso habrá que sumar el peligro que corren todas las formas de vida en el planeta por los desequilibrios producidos por el desarrollo incontrolable del capitalismo y su sed de lucro.

Una primera etapa se ha cumplido entre noviembre y febrero con la discusión en seminarios y talleres de “Los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”. Un amplio debate se ha producido en todos los sectores y se estima que no menos de 3 millones de hombres y mujeres, en reuniones de cerca de 100 personas, han participado activamente en el conocimiento y discusión del documento, cuyas recomendaciones y propuestas se encuentran siendo sistematizadas en las últimas semanas para su tratamiento en el Congreso.

El 16 de abril, con la inauguración del Congreso del PCC -donde participarán unos 1.000 delegados elegidos en reuniones y asambleas- arranca la segunda etapa. Como no se lo hizo hasta ahora, las sesiones del congreso serán dedicadas exclusivamente al análisis y aprobación de las medidas económicas y sociales -de las cuales algunas ya se están poniendo en marcha-, para corregir problemas estructurales como la baja productividad, la desvalorización del papel del trabajo y el salario, así como el burocratismo.

Las medidas están orientadas a encontrar el camino, desde una perspectiva no neoliberal, de una nueva forma de articulación del carácter estatal de la economía -que seguirá siendo la principal, aunque con tendencia a la descentralización- con otras formas “no estatales” de organización de la producción como las cooperativas (ya vigentes en el área rural), otras iniciativas asociativas y el trabajo por cuenta propia.

El Estado, como ha ocurrido desde el principio de la revolución, seguirá jugando un papel central en garantizar los niveles de igualación social (lo que no implica igualitarismo como ha subrayado varias veces Raúl Castro) conquistados en más de medio siglo. Eso implica, según el diseño, retirar progresivamente la libreta (un primer nivel de acceso a alimentos básicos de la canasta que llega a todos) para luego pasar de subvencionar los productos a subvencionar a los ciudadanos de carne y hueso, con nombre y apellido (dado que hay segmentos que ya no lo necesitan). Nadie estará desprotegido, se ha asegurado.

El objetivo central de todos las medidas, según se puede inferir, es construir las bases materiales de la revolución -lo que ha enfrentado obstáculos permanentes por el bloqueo económico estadounidense, la baja disponibilidad de recursos naturales e importantes grados de ineficiencia y corrupción-, que hagan posible mantener y elevar la calidad de la educación, la salud y otros servicios que le dan a los hombres y mujeres de ese país, en esos campos, niveles que incluso no se ven en países del capitalismo central.

La tercera etapa de este proceso, necesario y urgente para que el socialismo no se hunda, como ha sostenido Raúl Castro, se llevará a cabo alrededor de agosto o septiembre de este mismo año para aprobar medidas de perfeccionamiento de la democracia socialista, lo cual implica un ajuste al funcionamiento del PCC -que continuará desempeñando el papel de dirección política e ideológica del Estado y la sociedad-, un separación de roles del Partido y el aparato estatal y la activación de nuevas formas de participación social.

Tanto el Congreso como la conferencia se convierten en verdaderas pruebas para la renovación en los diferentes niveles de la conducción partidaria y estatal ya que, como lo dijera el actual presidente cubano, es probablemente la última participación de la “generación histórica” que hizo posible el derrocamiento de la dictadura militar y la derrota del plan imperial de revertir la revolución en Girón en 1961, así como construyó la primera sociedad socialista en América Latina.

La ruta seguida por el PCC está siendo observada de cerca por todo el mundo. Unos, con la expectativa de realimentar esperanzas en un momento en que el capitalismo se presenta como la única “verdad universal” y otros a la espera de que las medidas adoptadas orienten a ese país hacia un horizonte capitalista. Lo primero está en la cotidianidad de los pueblos de América Latina, sobre todo de los que protagonizan cambios más radicales. Este es el caso de las configuraciones estatales y sociales de Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua, así como del conjunto de los países miembros del ALBA. Esto se explica, haciendo una mirada objetiva, el ejemplo y la referencia que Cuba representa, desde enero de 1959, para otros estados y pueblos del mundo.

De los peligros que se enfrentan está conciente la dirección y el pueblo cubano que, advirtiendo sobre el desafío que significará la implementación de las medidas adoptada en el Congreso el presidente cubano sostuvo el 18 de diciembre pasado: “Si queremos salvar la Revolución hay que cumplir lo que acordemos, y no permitir después del Congreso -como ha sido hasta ahora en muchos casos muy elocuentes- que los documentos vayan a dormir el sueño eterno de las gavetas, como se estuvo explicando en estos días de discusiones, fructíferas, democráticas y verdaderamente profundas. Así es como queremos que el pueblo continúe discutiendo esos lineamientos, cerca de 100 días hay para eso. O rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos, como dijimos con anterioridad, el esfuerzo de generaciones enteras, desde el indio Hatuey, que vino de lo que hoy es la República Dominicana y Haití -el primer internacionalista en nuestro país-, hasta Fidel, que nos ha conducido genialmente por estas situaciones tan complicadas desde el triunfo de la Revolución”.

Lo segundo, que se esté marchando en una dirección capitalista, ha sido varias veces negado por Raúl Castro, cuando el 1 de agosto de 2009 en la Asamblea Nacional de Poder Popular sostuvo: “A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo”.

Fuente: CubaDebate