22 mayo 2010

Julio Anguita: "la Transición que hemos vivido en un montaje artificial"




El ex secretario general del Partido Comunista de España, Julio Anguita advierte en una entrevista de algunos de los males de la actualidad e insiste en la necesidad de una Tercera República que sea ante todo “el acuerdo entre la inmensa mayoría de los ciudadanos para afrontar la crisis económica” ante un modelo que ha fracasado. Recuerda su enfrentamiento con el obispo de Córdoba en sus tiempos de regidor y advierte que “Franco era hijo del franquismo”, es decir, de los poderes que sustentaban al dictador, y en este sentido alerta que “la Transición fue una gran ilusión” y el franquismo sigue “serpenteando en las estructuras del Estado”.

En una entrevista a El Día de Córdoba, Anguita rememora los roces que tuvo con el obispo Infantes Florido cuando era alcalde y niega que pueda parecerse a la “caricatura” de las obras del italiano Guereschi en las que se enfrentaban el alcalde y el cura del pueblo. Explica así “por primera vez” que su primer enfrentamiento como alcalde con el obispo fue cuando medió para que quitara una “inmunda lápida” de la Catedral con la lista de “los sacerdotes muertos por la revolución comunista”.

“Le tuve que decir al obispo que aquí nunca hubo una revolución comunista, que aquello era históricamente una calumnia, una falsedad. Me dijo que no y tuvimos ya el primer atranque porque en aquel debate hubo ya palabras tensas”, explica Anguita. Otro de los enfrentamientos estuvo motivado por la negativa del obispo a permitir que mandatarios árabes rezaran en el mihrab de la mezquita.

Anguita vuelve a reivindicar la Tercera República, entendida como “el acuerdo entre la inmensa mayoría de los ciudadanos para afrontar la situación de la crisis económica porque hay un modelo de economía que ha fracasado” y hace falta “corresponsabilidad, ética, derechos, deberes y restablecer esa legitimidad rota”.

Y es que Anguita cree que “la Transición fue una gran ilusión, los grandes problemas no se han afrontado”. Explica así que “Franco es hijo del franquismo” ya que con el dictador “estaba toda la jerarquía de la Iglesia, todos los obispos, estaba el capital, estaba la banca y un grupo nutrido de la clase trabajadora media e incluso del pueblo”. Así, advierte sobre la Transición que “hemos vivido en un montaje artificial” y el franquismo sigue “serpenteando en las estructuras del Estado”.

Esos poderes se reflejan en los que denuncia como causantes de la crisis económica. “Los culpables son los bancos norteamericanos y en España, donde no había hipotecas subprime, las cajas de ahorros se han endeudado por prestarlo todo en la fiebre del ladrillo. Aquí tienen nombre y apellido todos los señores que evaden a Hacienda y el poder inmenso de la Banca con Botín y González al frente”. Y también apunta a los “distintos gobiernos” que “no han hecho reformas fiscales como debieran para que pague más el que más tiene” y “han ido desmantelando el sector público español”.

El ex secretario general del PCE también señala como responsables de la crisis desde los diferentes gobiernos “a aquellos que dijeron, ministros como Eguigaray, que la mejor política industrial es aquella que no existe; como Solchaga, que dijo que España es el mejor país para hacer negocios y como el gobierno de Aznar que hicieron contrarreformas fiscales”. “A este país lo han sometido a varios timos de la estampita y uno de ellos era decir que la modernidad y progreso eran destruir tejido productivo”, lamenta.

Fuente: elplural.com


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