25 mayo 2011

Chile: Mapuches al límite


Ramón Llanquileo, fue trasladado a un centro asistencial

La inanición que desde hace más de 70 días sostienen cuatro mapuche chilenos presos (foto) en reclamo por la anulación del juicio que los condenó a 25 años de cárcel está haciendo estragos en su estado de salud. Uno de ellos, Ramón Llanquileo, fue trasladado a un centro asistencial durante algunas horas. “La Gendarmería dice que lo trasladaron para hacerle chequeos, pero no estamos seguros de que eso sea así. Tememos que haya sufrido una descompensación. No pudimos verlo”, expresó con urgencia Natividad Llanquileo, hermana y vocera de los mapuches en huelga de hambre. La medida busca llamar la atención de la dirigencia política, de la Justicia y de la sociedad chilena en general sobre su situación: “Exigen la nulidad del juicio en el que fueron condenados, un proceso que se basó en la utilización de recursos sólo contemplados por la Ley Antiterrorista chilena, que el propio gobierno de Chile se comprometió a dejar de lado”, continuó la joven. La defensa de los cuatro hombres presentó un pedido de nulidad ante la Corte Suprema que será definido la semana próxima. El Estado, por su parte, aseguró que está atento a la salud de los mapuches.

Los huelguistas bajaron más de 20 kilos y padecen cefaleas, insomnio y mareos. Desde que comenzaron con la medida, cuentan con la asistencia de la enfermería del penal en el que purgan las penas que el tribunal de Cañete les impuso a fines de marzo, que rondan entre los 20 y los 25 años. Pero, además, cuentan con un monitoreo diario de un profesional independiente al sistema penitenciario chileno. “Logramos que la Justicia aceptara que los cuatro huelguistas sean revisados una vez al día por un médico independiente –Juan Carlos Reinao Marilao–. Su último informe advirtió severamente sobre el grave estado de salud de los comuneros y sobre la urgencia de mantenerlos monitoreados las 24 horas, cosa que aún no se cumplió”, añadió Llanquileo.

A finales de la semana pasada, Reinao Marilao alertó sobre pequeñas descompensaciones que Ramón Llanquileo y Héctor Llaitul habían comenzado a experimentar, tras más de dos meses de ingerir sólo líquidos. Ayer, Llanquileo pasó algunas horas en un centro asistencial. “Estuvo en el hospital, pero regresó a la cárcel. Tiene complicaciones cardíacas”, expresó su hermana, que duda de que el traslado del preso haya sido a raíz de una descompensación cardíaca.

En ese sentido, los familiares y amigos de los mapuches en huelga exigieron al Estado que preste atención a la salud de los comuneros: “Pedimos que nos aseguren que, en caso de necesitarlo, sean trasladados a un hospital y no a la enfermería de una cárcel. Marilao advirtió que eso no sirve porque no cumple con las condiciones que requiere el delicado estado de salud de los presos”, añadió la vocera.

Llanquileo se quejó de que desde el Estado no hubo nunca ninguna reacción ante la huelga de hambre. Tras conocerse el traslado temporario del preso a un centro asistencial, el ministro de Salud de Chile, Jaime Mañalich, dio la cara: “Existe una enorme preocupación por el estado de los reos. Siempre que Gendarmería nos solicitó ayuda, se la brindamos”, analizó.

La crisis, en la que los mapuches acusan al gobierno de no cumplir su palabra, estalló luego de que la autoridad prometiera cambiar la norma que permite los juicios dobles en Chile, pero luego reclamara su cumplimiento ante los tribunales. La Ley Antiterrorista chilena, cuestionada por Naciones Unidas, permite que las personas sean sometidas a juicios dobles en las justicias militar y civil, impide las excarcelaciones durante los juicios y habilita la existencia de testigos secretos.

En huelga de hambre, los comuneros aguardan la respuesta de la Corte Suprema a su pedido formal de nulidad de su jucio, que llegará el 3 de junio próximo. La Corte también podrá ratificar, o no, la absolución que recibieron los presos en el marco del juicio militar que se les siguió por el mismo delito por el que se los condenó. “La Justicia militar no usó testigos secretos. La civil sí”, concluyó Llanquileo.

Ailín Bullentini

Fuente: Página 12




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