01 diciembre 2010

Wikileaks: Informante o lavadora de cara imperial




¿Es realmente Wikileaks una fuente de información seria o es una burda lavadora de cara imperial? ¿Es Julián Assange un informante o es un agente con una misión definida? ¿Están siendo Wikileaks y Assange utilizados en su buena fe o son una “herramienta barata”(1) de una potencia mundial?.

Desde que el portal Wikileaks “filtró” el 27 de Julio de 2007 el video "Collateral Murder"(2), -gracias al soldado Bradley Manning- en el que desde un helicóptero de los invasores a Irak asesinaban a 12 civiles (entre ellos dos niños y dos periodistas de la agencia Reuters), los medios de comunicación internacional corrimos a hacer el despliegue que la noticia ameritaba aunque el mundo ya sabía que ocurría muy a menudo. Julian Assange, director del portal Wikileaks, hablaba de “la mentalidad de video juego”(3) de los soldados invasores que disparaban a diestra y siniestra contra objetivos civiles que no representaban una amenaza. Obviamente el video era cruel evidencia que mostraba ante el mundo la masacre de un pueblo inerme cuyo pecado era estar asentado en un territorio rico en petróleo. Las imágenes del video ocuparon por varias semanas los titulares de todos los medios de comunicación del orbe. Yo mismo le dediqué un segmento de mi columna “Notas de ANNCOL”(4) de abril. En ese momento me dije: “por fin un abanderado del periodismo independiente aparecía en escena con semejante plato para desenmascarar las atrocidades de una de las aventuras bélicas de un imperio delirante y sus aliados”.

De tiempo atrás, Michael Moore(5), publicaba en su página web cartas y fotografías que soldados apostados en Irak (y luego en Afganistán) le enviaban. Parte de ese material le sirvió para producir el documental Fahrenheit 9/11 en el 2004. Pero también le sirvió al Pentágono para poner controles estrictos en la correspondencia, correos electrónicos y uso de videos por aquello de “la Seguridad Nacional”(6).

En julio 25 de 2010, otra vez Wikileaks sorprendía al mundo con el “Afghan War Diary”, la filtración más grande de documentos de guerra desde “los Papeles del Pentágono” hecha por Daniel Ellsberg(7) sobre los pormenores de la invasión a Vietnam.

Aquí es bueno detenernos: Si ponemos en una balanza lo que representaron los documentos filtrados por Ellsberg frente a los de Wikileaks, los segundos quedan en deuda. Es decir, no aportan nada diferente a lo ya conocido y denunciado por organizaciones humanitarias, medios independientes y hasta por las mismas cartas publicadas por Moore. Lo que llama la atención es que otra vez(8) el impenetrable Pentágono, tal vez el sitio más inexpugnable en la tierra, vuelve a fallar en sus controles internos. Pueden ver la marca de los zapatos de un objetivo militar desde un satélite a miles de kilómetros de la tierra; pueden escuchar y decodificar comunicaciones desde un cómodo sillón en Virginia; pueden bloquear y desbloquear páginas web enteras por meses; pero no pueden impedir que “documentos secretos” salgan a la luz pública con enorme facilidad. De verdad que a simple vista uno no cae en cuenta y se deja llevar como cordero al punto de aplaudir la “filtración”. Pero al momento de valorar la información filtrada quedamos desilusionados.

Hay un hecho que quiero resaltar antes de entrar en el tópico de las recientes “filtraciones diplomáticas” de Wikileaks, y es la forma del cómo se establecen “verdades” en los medios de comunicación, en las aulas de clase, en las conferencias internacionales.

Cuando la gran depresión de 1929 en los Estados Unidos, de los pocos puestos que se conservaron fueron los de maestros y bibliotecarios. Esto no era gratuito. La educación era parte vital del proceso de reactivación económica y para ello había que cambiar metodologías de estudio, programas académicos y evitar que la corriente conservadora religiosa nublara las mentes para aceptar el cambio.

Sin embargo, durante las dos últimas décadas el sistema educativo en los Estados Unidos viene en franco deterioro no sólo por la arremetida de sectores ultraconservadores que promueven su agenda estrecha, sino también por falta de contenido. Así lo han sostenido personajes como Michael Moore, Noam Chomsky, Gore Vidal y los fallecidos Howard Zinn y George Carlin.(9)

Durante la presente “crisis” fue diferente. Los primeros puestos sacrificados fueron precisamente el de los maestros y bibliotecarios, sumado al recorte presupuestal para la educación pública y el incremento desmesurado de los costos para los estudiantes. Lo curioso es que los maestros despedidos fueron las mentes más liberales, demócratas e independientes en el pensamiento. Los más conservadores se preservaron en sus puestos, como bien lo denunció Charles Ferguson en su documental “Inside Job”(10). Las políticas económicas de “reactivación” son dictadas por quienes fueron responsables de la crisis y respaldadas por las fichas estratégicamente repartidas en los espacios académicos, medios de comunicación y centros de pensamiento (“Think Tanks”). Estos son, por ejemplo, quienes abogan por recortes a los salarios, eliminación de beneficios sociales, recorte de impuestos a los más ricos y plenas garantías presupuestarias para el Complejo Industrial Militar. Esta vez la corriente ultraconservadora religiosa, el Partido del Té, pretende recoger el descontento general, igual como ocurrió en Alemania durante 1932 cuando Hitler ganaba las elecciones para luego tomar el poder en 1933. Por simple teoría económica el círculo vicioso se cierra si se debilita el consumo pues pierden también las empresas debido a que no venden y si no venden, entonces despiden trabajadores.

Otra forma de crear “verdades” es el acceso a la “información privilegiada” para destruir la reputación de las personas (“Character Assassination”). Por ejemplo, cuando las denuncias de Thierry Meyssan en “la Gran Mentira” se diseminó por todo el mundo la descalificación como “el francés teórico de la conspiración Thierry Meyssan”.(11)

Recordemos cómo a Rigoberta Menchú la calificaron de mentirosa y la gran respuesta de nuestro Eduardo Galeano(12):

“Desde los Estados Unidos, faltaba más, se ha desatado esta nueva guerra química de intoxicación masiva.”

La cosa empezó cuando un antropólogo norteamericano consagró 10 años de su vida a la investigación de las contradicciones de Rigoberta y la responsabilidad de la guerrilla en la represión que los indígenas han sufrido. «Vino a Guatemala, a estudiarnos como si fuéramos insectos», comenta el escritor Dante Liano: «En su libro invoca testigos y archivos. ¿Qué archivos hay sobre la guerra reciente? ¿Le abrió sus archivos el ejército?». Hace poco tiempo, el diputado Barrios Klee intentó consultar esos archivos, y apareció con un tiro en la cabeza. El obispo Juan Gerardi, que también lo había intentado, terminó con el cráneo partido a golpes de piedra.

The New York Times dio difusión mundial al asunto. El diario confirmó y publicó las conclusiones del antropólogo: el testimonio «Yo, Rigoberta Menchú», publicado hace veintipico de años, contiene «inexactitudes y falsedades». Por ejemplo, el hermano de Rigoberta, Patrocinio, no fue quemado vivo: fue fusilado y arrojado a una fosa común. O, por ejemplo: «Ella asistió, durante tres años, a un colegio privado», lo que suena a internado suizo, pero se refiere a una escuelita de Chichicastenango. Y así por el estilo, otros pelos en la leche.

Conectando todo esto con las nuevas “revelaciones diplomáticas” de Wikileaks, resulta muy interesante la forma de acceso a la información (nadie sabe quién es la fuente porque bajo el criterio de Wikileaks no se revela su nombre. Pero se cree que es el soldado Bradley Manning, de 23 años de edad, quien se enlistó en el ejército en el 2007 como “analista de inteligencia” y Manning confirmó que sacó la información del Diario de Guerra en Afganistán en un disco compacto de Lady Gaga.

Cuando Daniel Ellsberg filtró los “Papeles del Pentágono”, tenía 38 años, un doctorado en economía y llevaba cinco años de servicio en el Pentágono. Se movía en las altas esferas civiles y militares.

No pretendo demeritar lo que hizo el joven Manning. Ni más faltaba. Dentro de su capacidad mental, experiencia y preparación académica, el muchacho hizo lo que consideraba importante que el mundo conociera. Y eso es lo que tanto Ellsberg como Michaell Moore y otros pacifistas le han valorado. Porque para el pueblo de los Estados Unidos, que está alienado por sus propios medios de comunicación y sistema educativo, es una “novedad” ese tipo de información, pues generalmente poco o nada llegan a saber.

Sin embargo, lo que hasta el momento hemos visto de los cacareados documentos diplomáticos no son más que chismes de Marujas y comentarios de revistas rosa que bien podrían quedar en la primera página de tanto medio farandulero que pulula en este mundo. Como contenido, lo de Wikileaks es una tontería. En el mundo diplomático se hace eso y hasta mucho más. Y el mundo sigue sin parar.

Decía El País de España, noviembre 29 de 2010(13): “Queda en evidencia, por ejemplo, la sospecha norteamericana de que la política rusa está en manos de Vladimir Putin, a quien se juzga como un político de corte autoritario cuyo estilo personal machista le permite conectar perfectamente con Silvio Berlusconi. Del primer ministro italiano se detallan sus "fiestas salvajes" y se expone la desconfianza profunda que despierta en Washington. Tampoco muestra la diplomacia estadounidense un gran aprecio por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a quien se sigue con gran meticulosidad acerca de cualquier movimiento para obstaculizar la política exterior de Estados Unidos”.

¿Qué hay de nuevo en lo anterior que un ciudadano medianamente informado no conozca? Tal vez esa comidilla de chismes del mundo diplomatic le sirviera a doña Corin Tellado (si no hubiese fallecido) para armar otra de sus novelas de corazón.

Siguen las “importantes revelaciones”(14):

“Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China, cuyo predominio en Asia se da casi por aceptado, o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez”.

“La propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha telefoneado en las últimas horas a los Gobiernos de los países más importante afectados por esta fuga de información, entre otros los de China, Alemania, Francia y Arabia Saudí, para alertarles de lo sucedido y ofrecer algunas justificaciones”.

“El Departamento de Estado, que ha negociado con uno de los periódicos que hoy publican los cables algunos contenidos particularmente lesivos para sus intereses o peligrosos para ciertas personas, está especialmente preocupado por el daño que esto puede causar en la guerra contra Al Qaeda en algunas regiones en la que la libran de forma encubierta, como Yemen o Pakistán, así como los efectos que puede tener para las difíciles relaciones con otras potencias, como Rusia y China”.

“Los documentos -251.287 mensajes que cubren un periodo hasta febrero de 2010 y, en su mayor parte, afectan a los dos últimos años- fueron facilitados por WikiLeaks hace varias semanas, además de a EL PAÍS, a los diarios The Guardian, de Reino Unido; The New York Times, de Estados Unidos; Le Monde, de Francia, y al semanario Der Spiegel, de Alemania. Estos medios han trabajado por separado en la valoración y selección del material, y pondrán a disposición de sus lectores aquellas historias que cada uno considere de mayor interés; en algunos casos serán coincidentes, en otros no”.

En lo anterior no hay nada que no se conozca. No se aporta nada nuevo que nos permita y amerite un análisis. Si la señora Clinton negoció con un periódico, más bien parece que lo hubiese hecho con los cinco escogidos por el señor Assange, pues los cinco escribieron en sus portales de internet cosas bien parecidas y en el mismo orden. Repito, más bien parece esto diseñado para un público ingenuo y mal informado. Más bien parece esto un lavado de cara que Wikileaks, consciente o no, hace de la política exterior de Estados Unidos.

¿Por qué el señor Assange no le envió la información a un periódico en China, o en Rusia, o en Irán o en Corea del Norte, o en Venezuela, o en Brasil o en Libia o en Siria? ¿Por qué a medios occidentales y no precisamente críticos del imperialismo estadounidense?

El famoso cable del embajador imperial en Honduras, Hugo Llorens, no se compadece con la realidad histórica del papel que ha jugado la primera potencia en los golpes de Estado en América Latina, ni mucho menos con los acontecimientos previos y posteriores al golpe que han sido denunciados por el pueblo que sigue en las calles.

Una de dos: O Hillary Clinton ocultó el cable al presidente Obama (recuérdese que Obama hablaba de golpe y Hillary lo negaba), o Estados Unidos estuvo implicado y “sembró” este cable para que el soldado Manning lo enviara y así limpiar su imagen internacional (especialmente en América Latina).

Ocurre lo mismo con el otro cable sobre los países árabes que piden el bombardeo a Irán. ¿Es cierto eso? ¿O se quiere hacer que Irán reaccione contra esos países para arrojarlos al lado de la idea de Estados Unidos e Israel de bombardearlo? (Al menos Israel ya dijo que se sentía “aliviado” con los países árabes).

Realmente, ¿cuál es el papel de Wikileaks? ¿Cómo se puede descifrar este juego? ¿Quién manipula a quién?

Abrá que leer un poco más para llegar a las respuestas, pero hasta el momento esto parece todo un montaje bien orquestado.

Daniel Ellsberg dijo hoy, a través de Democracy Now(15), que la información presentada hasta el momento no representaba mayor daño e importancia a la política exterior de los Estados Unidos. Pienso igual. Lejos de perjudicar, parece más bien un buen lavado de cara.

Juan Carlos Vallejo
Escritor y analista político internacional

Notas:
1) Término acuñado por el periodista sueco, Dick Emanuelsson, corresponsal del Flamman en Latinoamérica al referirse a un funcionario de la embajada de Colombia en Suecia, quien espiaba a los exiliados colombianos de la Unión Patriótica durante una visita del buque Gloria a Estocolmo. El concepto ‘herramienta barata” se circunscribe en utilizar a una persona con poco seso para realizar un trabajo sucio a cambio de nada o de muy poco. http://www.seinforma.ca/dickesp.html
2) http://www.youtube.com/verify_age?next_url=http%3A//www.youtube.com/watch%3Fv%3D5rXPrfnU3G0%26feature%3Dplayer_embedded
3) Democracy Now entrevista a Julian Assange, director de Wikileaks, abril 6 de 2010.
4) “Crimen de lesa humanidad en vivo y en directo”. Notas de ANNCOL, abril, 2010. http://anncol.eu/en-cortas-palabras/10/notas-de-anncol-4589
5) http://en.wikipedia.org/wiki/Fahrenheit_9/11
6) Democracy Now, agosto 8 de 2008. http://www.democracynow.org/2008/8/8/headlines
7) http://en.wikipedia.org/wiki/Pentagon_Papers
8) Thierry Meyssan. La gran mentira. http://www.effroyable-imposture.net/sommaire-en.php
9) http://www.dailymotion.com/video/xd87z_george-carlin-education-and-the-eli_sport
10) http://trailers.apple.com/trailers/sony/insidejob/
11) http://www.america.gov/st/webchat-lish/2009/April/20050628163417atlahtnevel0.1261103.html
12) http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/disparen.sobre.rigoberta.htm
13) Diario El País, España, noviembre 28 de 2010
14) Ibídem
15) Democracy Now, noviembre 29, 2010 http://www.democracynow.org/

Fuente: ArgenPress


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