20 diciembre 2010

El imperialismo: único culpable


Foto: Roberto Ruiz


Los jóvenes progresistas del mundo se dieron cita en la actividad más trascendental del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, para levantar el dedo en posición acusadora contra el responsable de tantos dolores dispersos: el imperialismo.

Han pedido la palabra para acusar a un único culpable, ese que a su conveniencia ha pretendido organizar este mundo, y lo que ha provocado es una cadena extensa de desgracias.

Por esa ruta larga preñada de angustias y de dolores dispersos, transitó la jornada de este domingo, en la que representantes de varias nacionalidades levantaron su dedo contra el culpable de tantos crímenes en el Tribunal Antiimperialista.

En este espacio, devenido encuentro esencial de estas citas, dejaron escuchar sus voces las víctimas de Cuba, Honduras, Sahara Occidental, Corea del Norte, Vietnam y Palestina, entre otros países.

Luis Manuel Ruiz Morales habló en nombre de nuestros muertos y de los del mundo, de todo el daño que ha causado el enemigo a la familia cubana.

Subió al estrado para compartir el sentimiento de todo un pueblo que aún llora por el acto terrorista de Barbados, donde este joven perdió a su abuelo Luis Alfredo Morales.

En su comparecencia hizo referencia a los 3 478 cubanos que han muerto a causa del ensañamiento del Norte con la Isla, y al hacerlo reconocía el dolor profundo y las desgarraduras de tantas familias que han perdido a sus seres queridos como consecuencia de esta brutal política.

Entre las claves de su discurso condenatorio estuvieron también las casi 2 100 víctimas que también han sufrido toda su vida las secuelas del odio del gobierno norteamericano contra un pueblo que decidió desplegar sus alas un 1 de enero.

Su exposición fuerte y enérgica nos colocó en las costas de Barbados, en aquel día aciago en que Posada Carriles encarnó todas las maldades de este planeta que habitamos, e hizo una secuencia de las miles de acciones que han desarrollado para exterminar a la mayor de las Antillas.

«A pesar del sufrimiento causado, Posadas admite que no siente remordimientos. Y lo más insólito, es que viviendo en un país que irónicamente se ha proclamado como la punta de lanza contra el terrorismo, se pasea libremente por las calles de Miami como un héroe», dijo rotundo.

El joven explicó a los presentes que a la hoja de servicio de este mercenario que mató a su abuelo y a sus compañeros, se suma el propósito que tuvo de exterminar al líder de la Revolución cubana.

En su sentida exposición delante de los magistrados de este Tribunal Antiimperialista, Luis Manuel argumentó que para estos sanguinarios no fueron suficientes los años de dolor en los que sumió a estas familias, sino que se han dedicado a crear el pánico y a diseñar nuevas variantes genocidas.




El dolor de cinco familias cubanas

Después de doce años, la injusticia y el dolor siguen golpeando a cinco familias cubanas. Desde diversas latitudes, miles le acompañan y piden al presidente de Estados Unidos alguna cuota de justicia, aunque se sabe que ya eso es imposible, porque cinco hombres inocentes y defensores de la vida no merecían estar en prisión.

Parecía que se le iba la vida en esa denuncia. Con todo su dolor, Irma González, hija de René, uno de nuestros luchadores antiterroristas, defendió la nobleza de su padre, quien junto a Ramón, Antonio, Fernando y Gerardo partió un día a Estados Unidos para infiltrar organizaciones terroristas que planificaban crímenes contra Cuba.

Contó que fue testigo del odio de esos hombres de la ultraderecha de Miami que solo pensaban en cómo asesinar a Fidel o poner bombas en la Isla. Sin embargo, mientras estos asesinos siguen libres cinco hombres están presos por combatir a esos criminales, comentó la joven.

Irmita, como cariñosamente la conocen muchos en Cuba y el mundo, narró las constantes violaciones de derechos humanos a los que fueron sometidos los Cinco, los chantajes de la Fiscalía para que su padre firmara un documento que hiciera constar que él y sus compañeros estaban espiando al gobierno de los Estados Unidos; o la confinación en el hueco durante 17 meses, humanamente insoportable durante todo ese tiempo, porque los enemigos de Cuba querían resquebrajar su dignidad y su determinación.

Recuerda que su padre no flaqueó ni cuando lo chantajearon con deportar a su esposa a Cuba, si no mentía diciendo que era un espía. Lleva muy bien guardado el recuerdo de la primera vez que fue a verlo, y su hermana mucho más pequeña, al verlo esposado dijo que su papá parecía un perrito, así como la respuesta de René: el perro no soy yo. Tampoco olvida la agresividad de la prensa de Miami, que buscaba azuzar el odio contra Cuba para que fuesen juzgados con la mayor condena.

Precisamente, contó sobre nuevas evidencias que utilizarán en el habeas corpus -último recurso legal- que dejan claro que la prensa era financiada por el gobierno para crear en la comunidad de Miami un ambiente de hostilidad contra los Cinco.

Posteriormente, Ailí Labañino, hija de Ramón, leyó un mensaje de su padre a los jóvenes del mundo que participan en el XVII Festival, exhortando a la juventud a luchar por la solución de los grandes problemas que enfrenta hoy la Humanidad.

También, Gerardo hizo llegar a los jóvenes, a través de un amigo canadiense de la solidaridad, un mensaje inscrito en una tarja que le fue entregada a Tiago Vieira, Presidente de la Federación Mundial de Juventudes Democráticas.




Los crímenes de Marruecos

La Corte Antiimperialista también juzgó a Marruecos y las potencias que apoyan al reino alauí en la colonización del Sahara Occidental, y mantienen silencio en torno a las permanentes violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados. Mientras los testigos saharauis describían la crueldad con la que son maltratados a diario en la parte ocupada por la monarquía de Rabat, en una gran pantalla se develaban los rostros de los torturados, con las secuelas del ensañamiento y la crueldad de los colonialistas.

Sultana Jaya, una joven a la que Marruecos le tiene prohibido la entrada a los territorios ocupados, narró cómo un soldado magrebí la golpeó brutalmente en la cabeza hasta sacarle un ojo. «Vi el ojo caerme en la mano empapada en sangre. No me dieron ningún tratamiento médico, ni ningún médico vino a verme, pues ellos forman parte de la policía marroquí».

Mientras, Sukena Jadahlu Sid, presidenta de la Federación de Mujeres Saharauis manifestó el temor de que a su regreso a los territorios ocupados, la policía marroquí secuestre, encarcele y torture a los delegados saharauis que vinieron de los territorios ocupados para participar en el XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, pues antes de salir a Sudáfrica, los gendarmes de Rabat encarcelaron a once de ellos.

Un joven, llamado Mohamed, también contó su historia, que en su opinión, es solo una mínima parte de lo que sufre a diario su pueblo. En una ocasión, un oficial marroquí ordenó a un conductor de una guagua a lanzarse a toda velocidad contra él y sus demás compañeros de la Universidad. Al igual que Sukena, tampoco ha recibido tratamiento médico y hoy tiene inmovilizado uno de sus brazos. «Son unos criminales», sentenció.


Foto: Roberto Ruiz


Honduras y Vietnam

La complicidad del gobierno estadounidense en el golpe de Estado en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya a mediados del pasado año también fue denunciada en este espacio.

Grecia Luna, delegada de la nación centroamericana, refirió los terribles momentos vividos por el pueblo tras la asonada militar y recordó cómo Zelaya fue sacado de su casa en la madrugada del 28 de junio de 2009 y llevado a otro país.

En nuestra propia tierra nos enfrentamos a maltratos físicos, torturas psicológicas y a una gran manipulación por parte de los medios de comunicación masiva al servicio de los golpistas, encabezados por Roberto Michelleti, expresó.

Por otra parte, vietnamitas acusaron a Estados Unidos por los crímenes cometidos contra su pueblo y se presentó ante el tribunal una víctima del llamado agente naranja, de 24 años de edad e hija de una campesina expuesta directamente al ataque.

De acuerdos con cifras mencionadas este domingo, más de tres millones de personas sufrieron y sufren los efectos de esa salvaje contaminación.

A varias décadas de la agresión estadounidense contra un pueblo que quería ser independiente y nada más, todavía continúan naciendo niños afectados por el agente naranja, manifestaron dos jóvenes del país asiático.

La muchacha afectada, con la pérdida de sus extremidades inferiores y el brazo izquierdo, apuntó que está a punto de graduarse en la universidad, pero otros, lamentó, permanecen postrados en cama.

Con información de Juventud Rebelde y PL


Ya dejaste tu graffiti?