20 diciembre 2010

Un Mundo sin Peces: El fin de la Línea (The End of the Line)



Imagina un océano sin peces.
Imagina una alimentación sin pescado.
Imagina las consecuencias globales.
Éste será nuestro futuro si no nos detenemos,
pensamos y actuamos.




La Fundación MarViva hace un llamado a actuar frente a los efectos de la pesca desmedida y la presión que está afectando los recursos marinos y costeros. Este es uno de los temas que aborda el documental The End of the Line, un mundo sin peces, ante el inminente riesgo que representa el agotamiento del recurso pesquero en los océanos de todo el mundo por sobrepesca.

Este documental basado en el libro de Charles Clover, producido por la Fundación Marviva, que implicó dos años de grabaciones por todos los mares del mundo y que sacó ampollas en Europa, tiene la intención de ponernos a pensar sobre su principal conclusión: después de una hora de imágenes entendemos que los recursos marinos están colapsando.

Y no por pescarlos, sino porque el ser humano ha hecho todo lo contrario: sobrepescarlos y extraerlos sin control. Un físico podría describir este conflicto como una lucha entre materia y antimateria, que van a terminar aniquilándose con el tiempo.

La ONU advierte que la defunción del alimento que el mar nos provee y una hambruna a gran escala estarían a menos de 40 años. Una solución: promover la pesca sostenible y sólo comprar productos marinos extraídos responsablemente. Así, el final de la línea estará cada vez más lejos.




El final de los alimentos del mar para el 2048

Los científicos prevén que si continuamos pescando al ritmo actual, los peces y los crustáceos se habrán agotado en 2048. The End of the Line – Un Mundo sin Peces revela:

■ la aniquilación de la población de bacalao más abundante del mundo en las costas de Terranova y sus impactos sociales;
■ la inminente extinción del atún rojo, provocada por la creciente demanda en el mundo occidental de sushi;
■ las actividades de un número minoritario de empresas que, con una flota de pesqueros equipados con la última tecnología, están ganando cantidades ingentes de dinero y saquean nuestros recursos;
■ la destrucción de la forma de vida de comunidades de pescadores locales;
■ los desequilibrios que causa la desaparición de especies y el impacto de la superpoblación de medusas sobre la vida marina;
■ el despilfarro que supone devolver anualmente al mar siete millones de toneladas de peces muertos, capturados con redes de arrastre, al no tener salida comercial;
■ la incongruencia de establecer unas cuotas pesqueras muy por encima del nivel de regeneración, y muy por debajo de los niveles de pesca ilegal que se dan en la realidad;
■ y el mito de cierto tipo de piscifactorías como solución al problema.




La película señala como responsables a los pescadores que violan las cuotas pesqueras y pescan de forma ilegal, a la industria pesquera mundial que no reacciona ante el desastre que se avecina, a los políticos que hacen caso omiso a las advertencias de los científicos, y a los consumidores que compran especies amenazadas.



Fuente: Fundación Mar Viva

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