18 diciembre 2010

Así no, compañeros de ADEOM


Foto: Sorgin


Compañeros de ADEOM:

No me resulta fácil escribir esta nota, pero siento que es la única manera de ser consecuente con lo que pienso: decirlo con fraternidad, pero sin vacilaciones.

Cuando tu lucha le hace daño a tu hermano, algo está mal. Y tus medidas gremiales, adoptadas en las últimas semanas, están lesionando nuestros derechos y nuestra vida. No voy a discutir la justeza de tus reivindicaciones. Sí sé que las posturas de la mayoría de tus dirigentes deja poco margen a la negociación, cuando manifiestan en discursos encendidos la resolución de exigir y obtener todo o nada; cuando en esos discursos tus dirigentes definen que se consigue el 100% de lo que se pide o se va a un enfrentamiento total. No voy a poner en duda la legitimidad de tus asambleas ni tu derecho a detener las actividades laborales. Para mí tu lucha es soberana y tu herramienta, el sindicato, es razón de principio de mi respeto irrestricto.

Lo que quiero decirte es que cuando tu lucha te pone en contra a tus propios hermanos de clase, tenés que revisar esos métodos. Cuando tu lucha te separa de tu pueblo con el que siempre debés estar unido, tenés que revisar esos métodos. Cuando tus iguales empiezan a sentir rechazo hacia el trabajador municipal y su sindicato, tenés que revisar tus procedimientos porque ahí se empieza a lesionar lo más preciado: la propia herramienta sindical. Cuando las palabras de algún grupo político que nutre de ideas a alguno de tus dirigentes dicen que “con este accionar, están rompiendo la unidad del movimiento obrero, para hacerle los mandados al gobierno” acusando así a los Coordinadores de nuestra Central, también le hacen un enorme daño a tu propio sindicato porque lo separan del resto de los trabajadores, lo separan de la herramienta unitaria más preciada que hemos construido entre todos: nuestra Central.

Acá nadie le hace los mandados a nadie. Muchas veces oímos propuestas del tenor de que “el PIT-CNT se pronuncie contra el decretazo represivo, y convoque a un inmediato paro generalen defensa del derecho de huelga y en apoyo a las reivindicaciones obreras”, como si el PIT-CNT estuviera afuera de los sindicatos y federaciones y no fuera formado por ellos mismos, como si no estuviera luchando siempre por defender el derecho de huelga y apoyando las reivindicaciones de cada sector. Esos discursos empobrecen al movimiento, separan a ADEOM del resto de los trabajadores y del pueblo, plantean un espiral ascendente de enfrentamiento, de división, de aislamiento, de pérdida de credibilidad y de desprestigio del sindicato municipal, del trabajador municipal y de la labor social del trabajador municipal.

Creo que tenemos que luchar por nuestro Programa y nuestras reivindicaciones, sí. Pero también debemos defender lo que hemos logrado hasta ahora y seguir peleando espacios para acceder a una mayor participación en los cambios profundos. Eso es posible hoy porque tenemos un gobierno progresista por el que hemos luchado tantos durante tanto tiempo. Con seguridad alguno de tus dirigentes no luchó por estos objetivos y no ve la posibilidad de construir nuevos horizontes que busquen “la pública felicidad”. Esto no tiene nada que ver con la independencia de clase.

¿Sabés qué entiendo yo por independencia de clase? Darnos la organización, los debates y las ideas para construir nuestro Programa, como hicimos en 1965 con el Congreso del Pueblo, o en 2008 con el 2do Congreso del Pueblo, cuyo Programa incidió y mucho en el Programa de la fuerza de gobierno, el FA, y en el de nuestra Central. Nosotros, los trabajadores, queremos ser parte de la construcción de las transformaciones nacionales y departamentales con sentido socialista. No hacerlo es perder una preciosa oportunidad histórica y condenarnos a un infantilismo que sólo nos reduce a integrar herramientas gremiales reivindicativas, confundiendo la lucha permanente que construye, con el enfrentamiento en permanente fricción. ¿Deben participar los sindicatos en la construcción y la gestión del poder popular? Sí, definitivamente. ¿Deben plantear hoy sus reivindicaciones? Sí, con firmeza, pero sin lesionar un ápice la unidad de los trabajadores ni rebajar su altura con palabras hirientes que agravien compañeros ni utilizando los medios masivos como única tribuna, sino conversando fraternalmente en procura de las ideas y las acciones comunes, buscando el punto de convergencia para seguir andando juntos.

Ignacio Martínez

Fuente: El Popular


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