12 junio 2010

Forjando la Memoria: Nuble Yic




Parte del Acta original de la denuncia ante la Comisión Parlamentaria de Derechos Humanos. Sesión del día 22/10/2008

SEÑORA PRESIDENTA (Alba Cocco Soto): Habiendo número, está abierta la sesión.
La Comisión de Derechos Humanos tiene el agrado de recibir a la señora Marys Yic, a la doctora Pilar Elhordoy, a la delegación del grupo "Memoria en Libertad", a la doctora Carolina Seade, a la señora Nélida Fontora y el señor Nelson García.

Sra. MARYS YIC: En esta oportunidad me acompaña la Dra. Elhordoy patrocinante de la causa por el homicidio político de mi padre. Agradezco la oportunidad que nos dan de recibirnos. Es para nosotras en lo personal, una gran satisfacción y, a su vez, una inmensa responsabilidad estar hoy aquí. Desde ya, muchas gracias a todos ustedes.

Es nuestro deseo dejar asentado en la órbita parlamentaria este testimonio y esta denuncia. Es esta una más de las tantas otras puertas a las que hemos llegado. Si me permiten, voy a pasar a leer un breve texto con relación a quién fue mi padre y a la oscura época que me tocó vivir durante los años del terrorismo de Estado. Son dos historias complementarias que representan otras vivencias paralelas, porque hay cientos de situaciones similares en su esencia.

Residíamos en el Cerro, mi padre era obrero de los frigoríficos de la zona y militaba en el Partido Comunista de Uruguay. Era un hombre que no estaba indiferente a la situación social y política del país, por lo tanto, aportaba lo mejor de sí para ayudar a construir una sociedad más justa y digna. Trabajaba por y para la causa de la clase obrera. Solidario, alegre, disciplinado y comprometido políticamente en defensa de sus ideales progresistas. Éstos son algunos de los rasgos que destacan sus compañeros y amigos. También era para su familia, un buen esposo y excelente padre de cuatro hijas.

Corre el año 1971, Carlos Rivera Yic, hermano de mi padre, que pertenecía al MLN, es expulsado del país luego de varios años de cárcel. Llegó a Chile y vivió allí hasta el golpe de Estado, luego, pasa a la Argentina donde permanece en la clandestinidad hasta vuelta la democracia en Uruguay.

Año 1973: Se desata la huelga general como respuesta al golpe de Estado, mi padre resiste desde el Frigorífico Nacional, mientras tanto mis hermanas mayores participan de las marchas estudiantiles en defensa de la democracia. Por esos años había muchos allanamientos, a veces eran en todo el barrio, otras, en nuestra casa. Llegaban soldados armados a cualquier hora, entraban y revolvían todo, inclusive los cuadernos de la escuela y los juguetes.

Año 1974: Una de mis hermanas parte al exilio. Mi prima Stella tenía 20 años cuando es detenida en abril. Estuvo 8 años presa en condiciones crueles, inhumanas y degradantes. Ese mismo día, acribillan a balazos a su hermana Silvia mientras dormía en su casa junto a otras 2 compañeras; Silvia tenía 19 años y estaba embarazada de 3 meses. En setiembre, Washington, esposo de Silvia, es secuestrado en Argentina y desaparecido.

Año1975: En la madrugada del 22 de octubre de 1975 desperté con los golpes que parecían derribar la puerta, 6 personas armadas entran a la casa, en el operativo encapuchan y esposan a mi padre, otros revisan y otros saquean y roban lo que pueden. Lo detienen ilegalmente y se lo llevan con destino desconocido. Por ese entonces, hacía reposo por un reciente infarto cardíaco. Quedamos en casa con mi madre y mi abuela, al poco tiempo llega mi hermana mayor, se habían llevado a su esposo, viene con una niña de 2 años y un bebé recién nacido que luego cuidaríamos para que ella pasara a la clandestinidad. A partir de ese momento desperté a una realidad que me era ajena, estaba de cara a un mundo que desconocía y debía tener la capacidad de sobreponerme a las adversidades para ocupar posiciones y responsabilidades de adultos. Tenía 10 años de edad.

Comienza la búsqueda, 5 meses recorriendo cuarteles, comisarías, dependencias del SID y de la OCOA, jefatura, juzgado militar y todo lo que estuviera al alcance. Mientras mi madre buscaba, mi padre era conducido por diferentes centros de detención y tortura; Casa de Punta Gorda, Cárcel del Pueblo, Batallón 13 “el Infierno”, y el Batallón de Infantería en el km. 14 de Camino Maldonado, durante ese periplo conoció y vivió lo peor a igual que todos sus compañeros.
Un día, mientras aún estaba desaparecido, autorizan a llevar ropa y alimentos a una casona en el Prado. Aunque nosotras pasábamos hambre, tratábamos de juntar todos los alimentos posibles, y a la semana, en el cambio de bolso, nos devolvían la ropa ensangrentada y los alimentos descompuestos, la medicación para su corazón jamás llegó.

Aprendí a convivir con el miedo día a día, no tenía certeza de nada, solo dudas y mucha confusión. Dolor, angustia, soledad, abandono, impotencia, incertidumbre, eran los componentes de lo que me hacía vivir aterrorizada, siempre esperando el momento que irían a buscar a mi madre y quedaríamos abandonadas o al cuidado de algún vecino solidario.

Los días pasaban sin saber de mi padre, mientras un nudo apretado en la garganta me impedía nombrarlo, su ausencia iba dejando huellas imborrables que luego se tradujeron a fracasos personales.

El 14 de marzo de 1976 autorizan la primer visita, consiste en media hora con una gran mesa separando y guardias armados alrededor. Una soldado me lleva para la revisación, me ordena sacar toda la ropa, inclusive la ropa interior, tremenda humillación para dejarme unos minutos allí, hacerme vestir y esperar mi turno en la vereda de enfrente al cuartel, casi desmayo de miedo, pensé que mi madre y mi hermana no saldrían vivas de allí. Cuando entré me impactó ver en las condiciones físicas que estaba mi padre. Quería decirle muchas cosas para alentarlo pero no podía dejar de llorar. He vivido sintiendo mucha culpa por no haberle dicho cuánto lo quería y que él quedara con "esa imagen de mi debilidad".

En esa corta visita le cuenta a mi madre sobre las torturas que estaban siendo sometidos todos, y sabiendo que era probable que no saliera vivo de aquello, le pide expresamente que denuncie esa situación.

El día 15 sacan a los detenidos en fila a un espacio abierto al fondo del cuartel, soldados armados marcan el límite, en esa instancia muere de un infarto cardíaco provocado por las severas sesiones de torturas y las malas condiciones de reclusión. Tenía 47 años.- El día 16 llega a casa una camioneta del ejército con un compañero detenido", esposado y encapuchado. Él es el que tiene que dar la noticia a la familia, mi madre se encontraba haciendo un trámite en el BPS, así que la van a buscar y allí mismo le comunican la muerte de su esposo, luego son llevados al cuartel de 'La Paloma' donde quedan detenidos mientras mi hermana es conducida al Hospital Militar a retirar el cuerpo. Ya en el lugar pide verlo, pero solo le muestran la cara. El velatorio se realiza con la orden de no abrir el ataúd. Pese a todo, funcionarios de la empresa fúnebre, algunos amigos y nosotras, vimos y constatamos las marcas del horror en su cuerpo. El sepelio estaba vigilado por militares, pero el profundo dolor que sentíamos era más fuerte que el terror que ellos querían imponernos.

Después vinieron días y noches oscuras, un padre asesinado, una familia desmembrada y crecer en dictadura. Aprender a sobrevivir. El terrorismo de Estado también condenó a niños y adolescentes, y 3 décadas más tarde muchos seguimos pagando las consecuencias de aquello. Es importante transmitir las dificultades humanas, familiares, sociales y económicas que estos hechos producen. De un día para otro nos encontramos arrancados abruptamente de nuestro medio natural, con una gran conmoción a nivel emocional y graves efectos psicológicos. La represión dejó secuelas y muchas veces el daño fue irreparable. El 16 de octubre del año 2007, dando cumplimiento al pedido de mi padre, presenté en la justicia la denuncia penal contra los mandos militares, policiales y civiles de la época. El expediente está a cargo del Sr. Juez, Dr. Luís Charles y de la representante ante el Ministerio Público la Sra. Fiscal, Dra. Elsa Machado.

Finalmente y no abusando más de su tiempo y gentileza, como hija de un excelente hombre como fue mi padre, en representación de los hombres y mujeres que siendo niños, niñas y adolescentes fueron víctimas del terrorismo de Estado, en su nombre y en el nombre de todas las víctimas que hoy no pueden estar aquí, con el mayor de los respetos les solicito a ustedes, humildemente pero con firmeza y convicción: 1) Que la justicia llame a declarar a los mandos medios, que aunque están amparados por la Ley de Caducidad igualmente pueden ser citados como testigos.- Sé que ustedes no pueden como Comisión Parlamentaria intervenir con el Poder Judicial, ni es mi intención pedir otra cosa, pero creo que se puede hacer saber, que sin la palabra de los mandos medios o inferiores no habrá nunca verdad ni justicia. 2) Anulación de la Ley de Caducidad. Solicitamos que ustedes realicen los mayores esfuerzos dentro del marco de sus posibilidades, para ayudarnos a concientizar a la población sobre la importancia de plebiscitar esta ley. Debemos recomponer la marcha de nuestra sociedad hacia una cultura integral de Derechos Humanos, hay que recobrar la dignidad nacional y anular esta normativa que impide juzgar los crímenes de lesa humanidad para comenzar a construir una sociedad sobre valores y principios.
3) Que aparezcan, se abran, desarchiven y desclasifiquen todos los archivos de la dictadura. Es hora de asegurar el derecho a todos los ciudadanos de acceder a los documentos de la represión y de poner a disposición del Poder Judicial todo lo concerniente a la dictadura y sus consecuencias. La ocultación de la información, para nosotros, no es una opción. 4) Que se mantenga la memoria y se busque la verdad, individual y colectiva. Aspiramos a que los lugares que en otra época se usaron para el suplicio y el horror que vivió nuestro país pasen a ser centros de memoria histórica y cultural. Olvidar los crímenes del pasado se convertiría en un nuevo crimen sobre el género humano. 5) Que se convierta en ley la Reparación Integral para todas las víctimas.- Reafirmamos que es este un derecho de las víctimas y una obligación del Estado. 6) Como último, dar una extensa mirada hacia el día del Nunca Más. Lo que pasó no puede ser entendido como un enfrentamiento entre hermanos, eso es amparar la teoría de los dos demonios, de dos bandos enfrentados, cosa que rechazamos profundamente. Exigir verdad y justicia es luchar por el presente y el futuro, para que Nunca Más el terrorismo de Estado cometa tan aberrantes crímenes. Que el Nunca Más sea un compromiso, que sea una vuelta brillante y compasiva hacia tanta miseria y dolor, hacia la pesadumbre y desesperanza acumulada sobre tantos seres indefensos.- Así pues, memoria, verdad, justicia, sanar, reparar, garantías de no repetición y el perdón público del Estado son los componentes fundamentales para que todos los uruguayos podamos sanar las heridas y tener una convivencia pacífica, unidos a las necesidades y a la felicidad de nuestro pueblo.

Ante los restos de mi padre me comprometí y hoy pretendo cumplir o intentarlo. No escondo ni disimulo la expectativa que tengo. Les agradezco su tiempo y la atención prestada quedando a sus órdenes. Muchas gracias.




Sra. FONTORA: Yo no vengo en nombre de Nélida Fontora sino de mi colectivo que es Crysol, la asociación de ex presos políticos, en apoyo a nuestros queridos compañeros y queridos hijos. Ella es una hija más de todo lo que ha pasado en este país. La aplicación del terrorismo de Estado ha tenido las siguientes particularidades: práctica sistemática de la tortura, desaparición forzada, prisión política prolongada, homicidios, aniquilación de personas en su integridad psicofísica, exilio político, destierro de la sociedad. Por eso es necesaria la verificación de los hechos y la revelación de la verdad hecha pública. Para esto, la justicia no puede tener ningún tipo de obstáculo; tiene que actuar con total libertad para encontrar la verdad y aplicar el castigo que corresponda.

Es este un testimonio que no solo muestra un caso en particular sino que es la realidad que vivieron muchos menores que sufrieron en carne propia la aplicación del terror por parte del Estado. El daño físico y mental, el dolor, el sufrimiento, los trastornos emocionales, son consecuencias que se acumulan y se trasmiten por generaciones. Por eso, es necesario hoy, para avanzar en la profundización de la democracia y la memoria colectiva, anular la Ley de Caducidad y promulgar una ley de reparación integral que contemple a todas las víctimas del terrorismo de Estado. Muchas gracias.

Sr. GARCÍA: Fui compañero hasta el momento de la muerte, de Nuble. Murió a mi lado. Yo no voy a hacer ningún planteo político. Voy a hablar para que sepan los aquí presentes cuál y por qué fue el destino final de Nuble.

Caímos el mismo día. No nos conocíamos. Fuimos sometidos a tratos brutales. Cuando digo "tratos brutales", digo colgamientos, submarinos, picana, plantones eternos. Para quien sufría del corazón, como era el caso de Nuble, hubiera sido un milagro sobrevivir. Fueron meses aislados del mundo, recorriendo desde la casa de Punta Gorda, al lado del Hotel Oceanía, pasando "en reparación provisoria", porque estábamos destrozados, en lo que era la Cárcel del Pueblo, en Juan Paullier. Y tuvimos el honor de inaugurar el 300 Carlos, el 2 de noviembre de 1975.

Yo en el juzgado dije que me sentía con mucha suerte y no me sentía como un ex preso político sino casi como un sobreviviente y que la excepción, si uno se pone a mirar a qué éramos sometidos, era sobrevivir. Cargamos con eso hasta el día de hoy; nuestros hijos cargan con eso y también los nietos, quienes los tienen.

Lo que me importa no es reivindicar una cuestión política sino que la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes sepa que Nuble Yic murió a consecuencia de las torturas a las que fue sometido, independientemente del momento puntual, de si entregaron el cuerpo y no fue un desaparecido. Nuble Yic hoy no es un desaparecido porque hubo una visita en el medio. De lo contrario, hubiera desaparecido. Pero hubo una visita, sus hijas y su esposa lo vieron, y ya no lo podían hacer desaparecer. Pero ahí hay responsables; no es difícil saber quiénes eran los jefes militares de la época.

Además, a mi juicio, hay un ejemplo emblemático que demuestra que el Estado uruguayo toma en cuenta ciertos elementos. El dictador Bordaberry, responsable en ese momento de las Fuerzas Armadas, como Presidente, por una cuestión bronquial hoy tiene prisión domiciliaria. A Nuble Yic, que venía de un infarto, se le sometió a tratos brutales, al igual que a todos nosotros, sin ningún examen médico, porque el único examen médico que existía se hacía por parte de un enfermero y era para saber si podíamos seguir siendo torturados, y nada más. Hoy el Estado le reconoce a Bordaberry el derecho a cuidarse en su casa familiar. Eso no lo tuvo Nuble; si lo hubiera tenido, hoy estaría vivo.

Insisto en que este no es un planteamiento político ni implica reivindicar nada; para eso hay otros organismos. Digo esto, simplemente, como testigo vital de lo que fue la vida, el sufrimiento, el martirologio y la muerte de Nuble.

Sra. SEADE: Yo conviví con los compañeros que estábamos allí y no conocía a Nuble Yic previamente. Luego de las declaraciones de Rama debo decir que me expreso, simplemente, por un tema humano. Nuble murió allí porque quiso seguir viviendo. Él fue torturado bárbaramente, al igual que todos nosotros, con los más inenarrables vejámenes realmente in-narrables, sin distinción de sexo, edad, ni nada. Y eso lo trasmitimos a nuestros hijos y nietos, estando absolutamente de acuerdo con lo que dice Rama. Nosotros somos sobrevivientes, sin duda. En dos situaciones en particular por abundar un poco más, porque mucha gente no sabe lo que sucedió, fui dada por muerta. Pero la vida y los genes quisieron que siguiera viviendo, y he podido seguir luchando, trabajando y brindándome a la sociedad y a mis hijos y nietos en todo lo que puedo.

Fue tremenda la barbarie, y Nuble murió porque quiso seguir viviendo. Él quiso salir a ese "recreo", a pesar de que nos vendaban y nunca sabíamos a dónde íbamos a ir a parar. Ese día se planteó que los varones fueran a un partido de fútbol, y él fue uno de los primeros que se ofreció para salir a jugar. Era desesperante la necesidad que teníamos de sentir el aire y el sol de saber que seguían existiendo el aire, el sol y quizás los árboles, y de poder ver algo más allá de nuestras vendas impenetrables, desde las que solo sentíamos el dolor de nuestros propios compañeros y nuestro propio dolor. Ese fue otro acto más de valentía de Nuble Yic, a quien reitero que no conocía previamente. Pero conocí su arrojo, sus ganas de vivir y de querer compartir con los demás compañeros algo que no se sabía muy bien qué era, simplemente esa salida a ver el exterior, quizás a respirar aire puro.

Recuerdo también el borbollón que surgió después, cuando nadie sabía qué había pasado con él. Se produjo un borbollón, ruidos de camionetas, gritos, de todo un poco, por lo cual, en definitiva, nunca supimos qué le había pasado a Nuble. Pero nunca volvió. En ese momento estábamos en el kilómetro catorce de Camino Maldonado...
Cualquiera de ustedes puede darse cuenta de que lo que estoy diciendo no es un discurso político, sino que va mucho más allá de eso, exponiendo la barbarie de esos tiempos como sobrevivientes, porque sin duda lo somos, al igual que nuestros familiares que quedaron afuera. Yo pienso en mi madre fallecida, en ir y volver y en traer niños que van y vienen, en que uno tiene visita y el otro no, en si se la daban o no, en si los desnudaban o no, en los fusileros apuntando contra la visita de niños. Eran condiciones pavorosas. Lo que quería rescatar es que lo que Nuble quiso en ese momento fue vivir. Y la expresión más clara de que quería vivir fue esa: quería salir a jugar al fútbol con los varones, con los hombres del grupo, supuestamente, porque nadie sabía a qué salía. Es todo lo que quería decir.

Sra. IRAZÁBAL: Represento al Grupo Memoria en Libertad, un grupo formado por hombres y mujeres, que fuimos víctimas directas del terrorismo de Estado durante nuestra infancia, ya que éramos niños o adolescentes. Cuando en el país se habla de víctimas, de tortura, prisión, clandestinidad y exilio, se asume que quienes sufrieron fueron adultos. Pero nosotros tenemos algo para decir: estábamos nosotros. Fuimos invisibles para la sociedad. Hoy, más de veinte años después, nos estamos juntando como colectivo para contar nuestras historias. Tenemos algo para decir.

Marys forma parte de este grupo y en esto estamos, en la tarea de testimoniar para las generaciones futuras los hechos que sucedieron en el Uruguay.

No estamos de acuerdo con la teoría de los dos demonios, que fue creada por la derecha y muy funcional a la izquierda. No eran dos demonios; no eran adultos contra adultos. Hubo niños que pasamos innumerables cosas y estamos aquí presentes para acompañar a Marys. En este colectivo todos podemos mirarnos a los ojos porque encontramos a un compañero, quien quizás no pasó exactamente por lo mismo, pero que era un niño que se tuvo que enfrentar a todo esto, ser responsable como adulto y madurar de golpe.

DIPUTADO RODRÍGUEZ: Quiero, en primer lugar, saludarlos. El testimonio de ustedes vuelve a poner presente una realidad que pasó en el país, que aún no ha sido asumida por toda la sociedad y que nos hace ver que todavía tenemos deudas y cuestiones pendientes de resolución.

Como Comisión de Derechos Humanos no hemos tenido un papel de primer orden en este proceso que requiere de una profundización mucho mayor. De cualquier manera, algunos avances ha habido. En este Período, en que nos ha tocado integrar la Comisión, en el país ha habido algunos avances en materia de derechos humanos. La Comisión ha sido parte de un proceso que tiene muchos protagonistas. La presencia de ustedes es protagónica y ayuda a ir construyendo una respuesta a toda esta situación. Y viene bien, más allá de que uno ha podido leer estas cuestiones, estar con las personas que fueron víctimas directas de este asunto. Eso por un lado.

Por otra parte, Marys decía que pasaron por diferentes centros de detención y torturas y señaló a la Casa de Punta Gorda, a la Cárcel del Pueblo, al Batallón de Infantería Nº 13 y al Batallón de Infantería en el kilómetro 14 de Camino Maldonado. ¿A qué lugar se refiere cuando habla de Cárcel del Pueblo?

Sr. GARCÍA: A nosotros nos detienen y nos llevan a Punta Gorda, a una casa que está pegada al Hotel Oceanía hacia el centro, no hacia el este. Después nos llevan a lo que había sido la Cárcel del Pueblo del MLN que en ese momento estaba en manos de las Fuerzas Armadas. Ahí recibimos un tratamiento un poco más leve porque la idea era reponernos físicamente para después seguir dándonos. Pero estábamos vendados, atados, tirados en el suelo, hasta el 2 de noviembre que nos trasladan al 300 Carlos, que en ese momento estaba en manos de las Fuerzas Armadas. Nosotros no estuvimos en lo que fue específicamente la Cárcel del Pueblo sino en la casa de arriba.

DIPUTADO RODRÍGUEZ: Queda claro. Nos dejan varios planteos: que la Justicia llame a declarar a los mandos medios; que se anule la ley de caducidad; que aparezcan, se abran, desarchiven y desclasifiquen todos los archivos de la dictadura; que se mantenga la memoria y se busque la verdad individual y colectiva; que se convierta en ley la reparación integral para todas las víctimas y que se dé una extensa mirada al Día del Nunca Más. Son cuestiones que tenemos pendientes. Hay mucho por avanzar en todo esto. (...)

DIPUTADO FALERO: Este es un tema de extrema sensibilidad y merece un análisis profundo.

Me ha llamado la atención la fecha de la denuncia, que es del 16 de octubre de 2007. Si la razón fue un tema personal, de familia, no tiene por qué aclararlo, pero si fue que tuvo algún impedimento legal o formal por el cual no pudo hacer la denuncia penal con anterioridad, puede comentarlo, si está en su ánimo.

Sra. MARYS YIC: Esa pregunta me la han hecho muchos: "¿Por qué esperaste treinta años?". Fue tan grande el daño que causaron en las personas, fue tan inmenso el terror que nos impusieron, que tapó toda posibilidad de expresión. Cuando vuelve la democracia hice muchas crisis. Una fue cuando salieron todos los presos políticos y mi papá no salía. Recuerdo que la primera vez que fui al grupo Memoria en Libertad, cuando todos empezaron a hablar de las visitas a los penales y me tocó presentarme dije: "Lamento no haber conocido el penal, porque quizás si lo hubiera conocido mi padre hoy estaría vivo; tal vez, porque está muriendo mucha gente a causa de las torturas recibidas".

Es tan, pero tan grande el dolor, que tapa; uno quiere expresar lo que siente pero no puede, realmente no puede. Yo soy la única de la familia que hace esta denuncia. Mi madre y mis hermanas no se están vinculando con esto, porque el dolor les impide nombrarlo y recordar.

A mí me llevó 30 años poder procesar todo esto para empezar a hablarlo. Yo siempre cuento que cuando comencé la investigación para poder armar la historia de mi padre y la mía propia, recién pude contarle a amigas y compañeras de muchos años, cómo había muerto mi papá. Hasta entonces nunca había podido decirlo, porque contar que mi padre había sido un preso político y que había muerto a causa de la tortura implicaba tener que contar toda mi historia, y no tenía la fortaleza suficiente para hacerlo.

Yo no pertenezco a ningún partido político; nunca milité. Solamente milité para la campaña por el plebiscito por el voto verde o amarillo. Cuando ganó el voto amarillo tuve un quebranto de salud tan importante que casi me lleva a la muerte. No lo pude soportar y terminé en un CTI.

Esta denuncia implica mucho más de lo que yo cuento. El desmembramiento fue fatal: una hermana en la clandestinidad; otra, exiliada; un tío exiliado; una prima asesinada y otra, presa; mueren mis dos abuelas. Somos cuatro hermanas y una de las dos menores es discapacitada y termina internada. Cuando murió mi padre, mi madre hizo un intento de autoeliminación, se tiró del puente de la Barra de Santa Lucía y fue recogida por la Prefectura Marítima que luego la deja bajo arresto.

Todo lo que pasó fue muy fuerte como para contarlo. Me llevó 30 años juntar las fuerzas y que llegara un Gobierno que me escuchara, porque los anteriores no nos dieron posibilidad de denunciar. Es más: creo que ocultaban información en vez de darla. Pero llegó este Gobierno y me sentí un poco más respaldada, aunque todavía falta muchísimo por hacer, pero me sentí más respaldada, más fuerte, y le dije a mi papá: "Llegó el momento; es ahora nunca. Es ahora". Por eso pasaron 30 años.

DIPUTADO FALERO: Le agradezco a la señora Yic su respuesta.

Sra. IRAZÁBAL: Cuando éramos niños, en las escuelas públicas se nos señalaba. Entonces, se generaba una negación. Fue la forma de sobrevivir; nos armábamos de un caparazón y hasta de una vida paralela, fuera de la casa, mientras teníamos otra vida dentro. Esa memoria y estos testimonios sirve para que sepan que no solo hubo presos políticos y exiliados, que no hubo solo adultos afectados, sino que también los que éramos niños pasamos infinidad de torturas psicológicas que aún no podemos dimensionar. Por eso es que queremos testimoniar esto para las generaciones futuras. Para que ningún otro niño pase por esto tienen que saber cuáles son los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

En esta tarea estamos. Queremos reparar; queremos sanar y, sobre todo, sanarnos nosotros mismos, porque nos llevó treinta años poder mirarnos con alguien que pasó por lo mismo que nosotros y que sabe del dolor, de las ausencias, de los cumpleaños en los que faltaba alguien, de la discriminación en los colegios y de todo lo que expliqué anteriormente.

Sra. PRESIDENTA: Les agradecemos los valerosos testimonios que han brindado. Como decía el señor Diputado Rodríguez, la Comisión de Derechos Humanos recibe a las delegaciones y posteriormente evalúa y decide qué hacer con respecto a los planteos recibidos. Agradecemos vuestra presencia aquí y la confianza que han tenido al venir a plantear esto a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes.

Sra. MARYS YIC: Muchas gracias por habernos recibido.

A JUNIO DEL AÑO 2010 LA COMISIÓN PARLAMENTARIA NO HA DADO NINGUNA RESPUESTA A ESTA DENUNCIA.

Aporte de Marys Yic





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