01 marzo 2010

Repudio





Nosotras, un grupo de mujeres que hace varios años desde nuestros espacios de actuación pública intentamos poner ante la vista de la sociedad los actos de violencia y de abuso a que suelen ser sometidos las mujeres y los niños, sentímos ahora el deber de manifestar nuestro profundo rechazo ante la inminente presencia del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, en los actos de asunción de nuestro presidente electo, José Mujica.

Nos atrevemos a dar este paso porque afortunadamente la sociedad uruguaya ha tomado conciencia del horror que significa para una mujer —y mucho más para un niño o niña— padecer estos infiiernos.

Ahora, afortunadamente, todos aprendimos que este flagelo es una epidemia cuyo combate nos involucra a todos. Afortunadamente aprendimos que los niños no mienten en esto; aprendimos que hay que romper el silencio y denunciar.

Aprendimos que un ser humano que se aprovecha de la dependencia afectiva y moral de un nlño o niña (que en la inmensa mayoríade los casos es un miembro de su familia) y, por supuesto de la superioridad física, y que además suele amenazar a su víctima con terribles consecuencias si habla, merece nuestro mayor repudio, asco e indignación.

En este caso, el hecho de que Daniel Ortega Saavedra, quien fuera máximo líder de un movimiento revolucionario que derrocó a una de las dictaduras más infames, prolongadas y sangrientas de América Latina, sea quien haya sometido sexual y moralmente a su hijastra —con quien convivía desde que era niña e incluso había llegado a darle su apellido— resulta todavía más repudiable.

Muchas cosas sucedieron en Nicaragua durante el gobierno sandinista y durante los de algunos de sus sucesores pertenecientes a la derecha, pero no nos corresponde juzgarlas hoy. Sin embargo, consideramos oportuno aclarar que este hombre que hoy preside Nicaragua no es ya ni la sombra de aquel lider respetado por su nación y buena parte del continente.

Varios de sus entonces e irreprochables comandantes de la calidad moral de Ernesto Cardenal, Gioconda Belli, Mónica Baltodano, de quien fuera su vicepresidente Sergio Ramírez, de Carlos Fernando Chamorro,por nombrar algunos, hoy son sus victimas y perseguidos.

Incluso el emblemático músico Carlos Mejía Godoy, autor e intérprete de casi todos los himnos sandinistas, prohibió expresamente que en cualquier acto oficial o de apoyo al presidente Ortega se emita su música.

Ortega fue denunciado por su hijastra, Zoilamérica Narváez, en 1998, durante una conferencia de prensa en la que contó el calvario de varios años, cuando era obligada a mantener relaciones sexuales con terceros frente a Ortega, y que debía bañarse en presencia de él, por detallar lo menos agresivo para la sensibilidad de cualquier ser humano bien nacido.

En ese entonces, 1998, el diputado Ortega renunció a su inmunidad para ser juzgado por el caso. La jueza designada fue una ex guerrillera sandinista que se mantuvo junto a Ortega en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, quien lo sobreseyó en 24 horas.

En 2001, Zoilamérica decidió presentar su caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, alegando denegación de justicia en su país.

Cuando el caso ya estaba siendo procesado por la OEA, Ortega hizo una alianza electoral con el ultraderechista hijo de un destacadoprohombre del dictador Somoza, Arnoldo Alemán, él mismo ex presidente de Nicaragua, alianza que le permitió a Ortega alcanzar la presidencia en 2006.

Desde entonces Alemán, convicto desde antes por vaciamiento del Estado (robó más de sesenta millones de dólares de los nicaragüenses) pasó al régimen de reclusión domiciliaria en su hacienda y goza del permiso judicial para ir a Managua cuando lo necesita.

Zoilamérica decidió retirar la denuncia ante la OEA en 2008, siete años después de haber presentado, aunque sin retractarse de nada de lo dicho y sin explicarle los motivos a su abogada.

Zoilamérica tiene hoy 42 años, tres hijos y marido, y ha vivido esos siete años en Managua sufriendo persecución y amenazas más o menos explícitas incluso contra la vida de sus hijos.

Es por todo esto que cada vez que se ha anunciado la presencia de Ortega en un país de Latinoamérica, los grupos de mujeres—independientemente de su condición de oficialistas o no— han levantado su voz para protestar y señalar la inadmisibilidad moral de esa presencia, como por ejemplo en este caso, en un acto tan sagrado para la democracia como la asunción de un nuevo presidente.

Sucedió en Paraguay, en 2008, donde la designada ministra de la mujer del presidente Fernando Lugo, Gloria Rubin, le comunicó al inminente presidente que si Ortega iba a los actos de asunción ella no asumiría como ministra de su gobierno.

Ortega no fue a Paraguay.

Unos meses después, en Honduras, cuando se anunció la presencia de Ortega para la firma del protocolo de adhesión de Honduras a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), las organizaciones de mujeres protestaron en forma muy vehemente. Ortega fue a Honduras, pero una vez firmado el protocolo debió salir por la puerta trasera, al contrario del resto de los presidentes participantes en el acto.

*Hoy, por tanto, porque no podemos dejar de sumarnos a las mujeres de la región que alzaron su voz, las abajo firmantes queremos dejar sentado publicamente nuestro rechazo, repudio y ofensa como ciudadanas que hemos denunciado con vehemencia estas aberraciones, la presencia de Ortega en Uruguay. *

Quien quiera expresar su apoyo a este repudio puede enviar a los correos electrónicos de los legisladores y las legisladores por las que votó que se forman con la inicial de su nombre de pila, su apellido, más @parlamento.gub.uy.

Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual
Margarita Percovich
Beatriz Argimón
Fany Puyesky
Cristina Canoura
Laura Canoura
Ana Lía Piñeyrúa
Teresa Herrera
Pepi Goncalvez
Claudia Mera
Andrea Blanqué
Claudia Amengual
Mónica Bottero
Mercedes Vigil
Roxana Blanco
Natalia Trenchi
Lilián Abrancinskas
Lilián Celiberti
Adriana Peña
Malena Muyala
Ana Prada
Estela Magnone
Rossana Demarco
Isabel Soto
Isabel Villar
Florencia Martinelli
Sara Prusky
Ivette Trochon
Carlos Guida
Rosa Chiachio
Franco Gonzalez Mora
Cristina Erramouspe
Diana Mines
lga Pareja
Beatriz Soulier
Daniela Speranza
Inés Olmedo
Beatriz Jaurena
Soledad Bauza
Silvia Vila
Dina Yael
Vicenta Camuso
Gloria D`älessandro
Ana Aguilera
Brenda Falcon
Estela Garcia
Sara Lovera,
Cristina Antúnez Maciel
Ana Magnabosco .
Soledad González


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