Humor gráfico: Pedro Méndez Suarez
Alex Callinicos*
Al principio muchas figuras del establishment en la Europa continental pensaban que podrían escabullirse de la crisis financiera global. Este era, decían, un problema generado por el libre mercado capitalista “anglosajón” que nada tiene que ver con las tan bien reguladas economías de la euro-zona.
Los dirigentes europeos llegaban al punto de regodearse de la mala situación en EEUU y Gran Bretaña. Pero los líderes de la euro-zona ya no ríen tanto. Resulta que los bancos europeos también eran clientes ansiosos por los préstamos hipotecarios de riesgo juntados en paquetes en forma de oscuros instrumentos financieros que llevaron al boom crediticio de principios del 2000. Así que ahora estamos presenciando una serie de rescates de los bancos europeos por parte de los estados. El Estado alemán está intentando con todos sus fuerzas salvar a la entidad prestamista Hypo Real Estate, arrastrada a la banca rota por las deudas de su filial irlandesa, Depfa.
Lejos de ser inmune a las crisis, la economía de la eurozona se ha estado desacelerando mucho más rápido que la de EEUU. Alemania, el mayor exportador del mundo, es particularmente vulnerable a cualquier contracción del mercado mundial. Además la UE actualmente está peor preparada para responder a la crisis que EEUU. Y eso pasa básicamente por dos razones.
La primera se debe a que la UE no es un estado federal sino una confederación de naciones-estado y cada una de ellas tiene tanto el poder como la disposición de perseguir sus propios intereses. La decisión la semana pasada de Irlanda y Grecia de garantizar todos los depósitos de sus bancos es un claro ejemplo.
Estas son acciones llevadas a cabo por dos estados que económicamente lo han hecho bastante bien cuando estaban fuera de la UE, pero que ahora se ven especialmente expuestos a la crisis. Pero a su vez, estos presionan a los otros estados que tienen garantías bancarias mucho más limitadas.
Gran Bretaña por ejemplo acaba de subir sus depósitos de garantías de 35.000 libras (unos 53.000 euros) por persona y banco hasta 50.000 libras (unos 75.000 euros). Se estima que si al final se adopta esta medida de garantías sin límite y cumplen su promesa de compensar a todos los ahorradores esto costaría 9 trillones de libras, lo cual supone varias veces el tamaño de la economía británica. (En el Estado español Zapatero ya ha anunciado que aumentará los fondos de garantías situados ahora mismo en 20.000 euros como mínimo hasta 40.000. Nota de la trad.)
La preocupación de los bancos británicos es la de no perder clientes frente a sus rivales irlandeses. El economista Willem Buiter se quejaba de que “la garantía irlandesa es la provocación más ratera desde que los ejércitos medievales catapultaban los cuerpos putrefactos con peste bubónica sobre las ciudades que asediaban”. La crisis lejos de unir a la UE está intensificando la rivalidad y competitividad entre sus miembros. No es de extrañar que cuando los líderes de las cuatro principales potencias europeas se reunieron el pasado fin de semana no consiguieron llegar a ningún acuerdo significativo. A su retorno a Berlín, la cancillera alemana, Angela Merkel, rápidamente rompió la unidad de la UE al anunciar garantía ilimitada a todos los depósitos personales de los bancos de su país.
La segunda razón por la que la respuesta de la UE es más débil que la de EEUU es debido a que las instituciones europeas existentes están profundamente marcadas por el dogma de la economía neoliberal. El Acta Única Europea de 1985 hace más difícil para los estados organizar el rescate de las firmas en bancarrota. Con el Tratado de Maastricht, el Banco Central Europeo dejó de tener cualquier tipo de responsabilidad democrática y se concentró en mantener baja la inflación. Por el contrario, su homólogo estadounidense, la Reserva Federal, se debe preocupar también de prevenir un aumento demasiado alto del desempleo.
Finalmente, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de 1996 pone límites al gasto público y a los préstamos del estado. Pero como el economista John Maynard Keynes señaló durante la Gran Depresión de los años 30, cuando la economía se contrae el estado debería incrementar su gasto público y sus préstamos para poder mantener la demanda de bienes y servicios.
Paradójicamente pues, EEUU a pesar de ser la cuna del capitalismo de libre mercado es mucho más flexible cuando se trata de usar el poder del estado para mantener la economía a flote. Estas diferencias pueden significar que EEUU capee mejor la crisis que la UE. Es demasiado pronto para dar por acabado al Imperio Americano.
*Alex Callinicos es profesor de Estudios Europeos en el King's College de Londres y miembro destacado del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha/En lluita en Gran Bretaña
Artículo extraído de Socialist Worker.
Traducción de Manel Ros.
Fuente: Rebelión
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