El diario El País de Montevideo (bien apodado por la revista guambia como Diario "El Pís") , vocero de la dictadura fascista en Uruguay, seguramente por añoranzas de épocas pasadas y a 23 años de restaurada la democracia, sigue vomitando mentiras desde sus páginas editoriales.
Al respecto, reproduzco a continuación un artículo del periodista Julio Guillot, publicado en La República.
Brujita
Mitos y realidades
Tomé prestado el título de un editorial de El País del martes 23 de los corrientes. Siempre me gusta leer las opiniones y reflexiones que el matutino decano de la prensa nacional vierte en su página editorial, iluminando a las mentes obnubiladas por la machacona prédica totalitaria de la colcha de retazos bolchevique que nos gobierna. En el mencionado editorial el escriba se dedica a desenterrar y reputar como válida una versión sobre la muerte de Salvador Allende. El presidente chileno ni murió en combate ni se suicidó: fue ejecutado por un cubano miembro de su guardia personal para evitar que se rindiera; lo ametralló y luego le puso un fusil entre sus manos para hacer creer que había sucumbido en combate.
¡Mirá vos de lo que son capaces los comunistas! Y todo para dejar mal parado al bueno de Pinochet y al Departamento de Estado. Menos mal que está El País para abrirnos los ojos, destruir los mitos y rescatar las realidades.
Pero lo bueno viene después, después de convencernos de que Allende era un cobarde y que su heroísmo es un mito. Cito textualmente: Por esa misma época en Uruguay, "un gobierno de facto con todos los excesos inherentes a una dictadura militar ponía fin a un largo período de acciones subversivas de tupamaros y afines. También entre nosotros iba a nacer un mito: el de que los insurgentes marxistas luchaban contra fuerzas golpistas. (...) Por ende, los muertos y desaparecidos en esa lucha se transformaron en víctimas de una represión y se visualizaron en retratos que se siguen exhibiendo, y no, como muchos fueron, autores de acciones criminales. (...) ¿Qué dirían esas farisaicas víctimas si lo que ellas hicieron ayer lo hicieran hoy los opositores al gobierno democrático que nos rige?".
Confieso, amigo lector, que me cuesta seguir escribiendo esta nota con la impronta irónica o humorística que me había propuesto, porque lo que afirma el editorialista es realmente muy fuerte. A ver. La tesis sigue siendo la de los dos demonios: los golpistas nos salvaron del marxismo y derrotaron a los tupamaros; y si cometieron algunos "excesos inherentes a una dictadura militar", debemos perdonárselos, ¿verdad? Esto último no está dicho expresamente, pero está suficientemente sugerido.
Menos mal que El País me saca de un error: yo creía que la guerrilla había sido derrotada un año antes del golpe, pero no fue así sino que fue gracias al golpe que se acabó la sedición. Gracias a la dictadura pudimos librarnos de connotados marxistas de extrema peligrosidad como Zelmar Michelini y el Toba Gutiérrez; gracias al régimen de facto logramos neutralizar y encarcelar a temibles guerrilleros comunistas como José Luis Massera o Hugo Sacchi; y gracias a Dios desaparecieron Julio Castro y unos cuantos violentistas de su laya. Pagaron la osadía de sublevarse contra un gobierno bondadoso que había disuelto el Parlamento sólo por salvarnos de las garras del terrorismo internacional. Todas víctimas farisaicas, ¿no es así, señor editorialista?
Digo yo: ¡hay que tener tupé! ¿No?
1 graffiti:
Pase por acá a conocer tu blog y como argentino - uruguayo me suscribo, voy a poner un enlace al mío.
Gustavo (de Corresponsales del pueblo)
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