07 enero 2011

Forjando la Memoria: Luis Eduardo Arigón




Luis Eduardo Arigón Castel nació en Montevideo el 18 de febrero de 1926, casado y padre de dos hijas, fue dirigente de FUECI y miembro activo de PCU.

Fue detenido el 14 de junio de 1977 en su domicilio en presencia de su familia. Es llevado al centro clandestino de detención “La Tablada” donde fue intensamente torturado; dado que se encontraba visiblemente mal, se convocó a un médico que no pudo intervenir por las condiciones de extrema gravedad en que se hallaba. Al finalizar la sesión de torturas cayó moribundo sobre otro detenido y falleció minutos después.

Eduardo Platero declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria:

“… que fue detenido la noche del 13 de junio de 1977 y conducido a La Tablada. En el transcurso de esos 40 días allí, en dos oportunidades murió gente cerca de mí. En una oportunidad estimo que fue en la primera sesión de torturas, que comenzó en la madrugada del 14 y prosiguió, en lo que yo estimo, nueve días, estando colgado, a su lado estaba un hombre que respiraba penosamente; los custodias discutían si aguantaría o no, por sus precarias condiciones. En un momento dejó de respirar y nos bajaron a ambos, chocaron nuestros cuerpos. Se trataba de una persona corpulenta, lo que me hace suponer que puede haber sido Arigón; las otras personas desaparecidas en ese período (Baliñas y Tassino) no responden a las características físicas…”

Juan Ángel Toledo declara:

“… que fue detenido en la madrugada del 14 de junio de 1977 y conducido a La Tablada. Tengo la certeza de que allí estaba Arigón. Oí que una detenida lo llamaba por su seudónimo Ignacio. Estuvo allí 40 días. Cuando estaba esperando que lo trasladaran presenció hechos vinculados con Arigón. Era su voz, era una persona que deliraba, que había sido muy golpeada; era alguien que permanentemente estaba pidiendo comida a cualquier hora; uno veía que estaba desequilibrado y la respuesta que le daban era golpearlo continuamente al punto que un hombre dijo que estaba orinando sangre. Sentí que lo habían trasladado a una pieza que estaba a la derecha del patio donde yo estaba sentado en ese momento. Allí llegó un médico. Pude oír las conversaciones y que dijeron: “Hay que llevarlo rápido que se queda”. Al rato se dejó de sentir la voz, los quejidos de quien supongo era Arigón. Pusieron una camilla prácticamente a mis pies y depositaron allí a una persona. Su cara era irreconocible por la barba, tenía el torso desnudo, como si le hubieran hecho masaje para reanimarlo; estaba rígido. Un guardia dijo: “hay que aflojar la mano; es el tercero que se nos muere en un mes…”

Nueve asesinados por torturas en “La Tablada” siguen desaparecidos, entre ellos, Luis Eduardo Arigón.

Información tomada del libro "A todos ellos" y del diario "La República"

Marys Yic





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