02 marzo 2009

Las armas secretas de Julio Cortázar: in memoriam, a 25 años de su fallecimiento



Foto: Pierre Boulat


Existía la leyenda de que Julio Cortázar era inmortal, no fue así, pero a 25 años de su muerte, conserva aún hoy en día la frescura, la juventud y la originalidad de esa flor amarilla que recreó en su cuento para beneficio de sus lectores, señaló Hernán Lara Zavala, al participar en el homenaje al escritor argentino, que se le rindió en el Palacio de Bellas Artes de México.

En este homenaje, denominado "Las armas secretas de Julio Cortázar: in memoriam, a 25 años de su fallecimiento", participaron también los escritores Eduardo Casar, Mario González Suárez, Ignacio Solares y Emmanuel Carballo.

En una repleta Sala Manuel M. Ponce, Hernán Lara Zavala señaló que Cortázar logró inventar su propio tipo de cuento gracias a varios escritores.

"Pero él, el gran prestidigitador, juega con las palabras para transportarlas de una realidad a otra".

"Muchas veces sus protagonistas tienen ese doble que amenaza, los perturba, los doblega e incluso los mata, pero en sus cuentos siempre existe ese otro, a veces un tanto abstracto, a veces amenazante, absurdo, humorístico, conmovedor que nos hace conscientes de nuestra estatura humana y que nos permite identificar nuestros temores, dudas, regocijos y amores", expresó.

Eduardo Casar consideró que toda la difusión que se haga de la obra de Cortázar en los medios de comunicación es una invitación a la lectura, porque nada sustituye a la experiencia personal, privada, interna de cada uno de los lectores.

"Si yo no hubiera conocido la literatura de Cortázar hubiera sido economista. Yo iba a estudiar esa carrera pero cuando me cayó en las manos Rayuela, cambié esa decisión por una carrera de literatura. Sin Cortázar no hubiera sido un profesor de literatura en la UNAM y la Sogem y creo que mi vida sería un poco más pobre".

Casar conoció a Cortázar cuando éste vino a México a dar una conferencia, poco antes de su muerte. "Fui el chofer que se encargó de recogerlo de un bar donde se encontraba para llevarlo a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM", refirió.

Era un tipo muy alto y lo recogió en un Volkswagen, así que lo tuvo que doblar en varias partes para que entrara y simplemente le dije que sin su literatura yo sería muy distinto, y él gradeció que se lo hubiera dicho, rememoró.

El crítico literario Emmanuel Carballo indicó, por su parte, que la gran virtud de Cortázar era su capacidad de innovar, de no escribir dos veces el mismo libro, de ensayar nuevos procedimientos.

"Su defecto más grande fue el haberse muerto y no durar 20 años más para darnos otras cosas de su literatura; quizá su paso por la política nos robó algunos libros que pudieron ser importantes", dijo.

Mario González Suárez recordó que su generación fue educada en el realismo de la Revolución Mexicana, de tal modo que Cortázar fue un hallazgo que no fue de fácil acceso y comprensión por lo diverso de su obra.

Hacer una literatura fantástica no tiene que ver con hablar de cosas sobrenaturales y en ese sentido el verdadero acierto de Cortázar, en cuanto al fenómeno de lo fantástico, está en su capacidad para penetrar en más de una dimensión a la vez, el poder percibir al mismo tiempo diversos planos de la realidad.

Fuente: Notimex / La Jornada






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