Una mezquita, edificios públicos y 15 viviendas de dirigentes de Hamas fueron los blancos más recientes de los bombardeos israelíes contra Gaza, donde se especula hoy sobre una invasión terrestre mientras comenzó el éxodo de extranjeros.
Funcionarios del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) refirieron que una mezquita situada en el campo de refugiados de al-Jabaliya, en el norte del enclave, fue destruida esta madrugada en vísperas de las plegarias musulmanas habituales de los viernes.
Pese a los ataques, cientos de residentes se congregaron hoy en las afueras del recinto religioso islámico y cumplieron con sus rezos, aunque con evidente preocupación por la eventualidad de una andanada de misiles enemigos, según constató Prensa Latina.
La cifra de fallecidos en ese ataque resultan contradictorias, pero datos de fuentes médicas indican que en el séptimo día de la agresión hebrea ya suman más de 420 las víctimas fatales y alrededor de dos mil 100 los heridos palestinos.
Un vocero de la ONU estimó que al menos una cuarta parte de los muertos son civiles, de ellos un elevado número de niños y mujeres.
Asimismo, las casas de 15 líderes islamistas fueron bombardeadas en lo que parece convertirse en nueva modalidad después de que el jueves el ataque a la residencia del dirigente Nizar Rayyan causó la muerte de éste, sus esposas y al menos tres hijos pequeños.
Mientras los israelíes mantienen los ataques por aire y mar contra inmuebles estatales, zonas residenciales y supuestas fábricas de cohetes artesanales, los hospitales siguen abarrotados de heridos y son cada vez más escasos medicinas, material curativo y equipamiento.
Los milicianos islámicos dispararon en las últimas horas una veintena de cohetes contra el sur de Israel, en tanto a lo largo de la frontera con Gaza están concentrados vehículos y unos 11 mil soldados en preparación de una ofensiva terrestre que parece inminente.
Al amanecer de este viernes los tanques y otros blindados hebreos realizaban maniobras de comprobación luego que el ejército inició el jueves la remoción de minas terrestres en la zona limítrofe.
De hecho, el gobierno israelí intensificó lo que algunos aquí llaman guerra psicológica con exhortaciones a la población a evacuar sus casas ante una posible agresión, pero muchos residentes sienten que no existe lugar seguro en una urbe tan densamente poblada.
A la vez, las autoridades judías permitieron hoy la salida a través del cruce de Erez de unos 440 extranjeros y palestinos con pasaportes foráneos residentes aquí. Otras familias conseguían regresar tras permitírseles el paso por Rafah desde Egipto, a pesar de los ataques.
Observadores creen que Israel mantendrá por el momento su declarado propósito de destruir lo que llama infraestructura de Hamas, aunque también consideran poco realista pretender aniquilar al movimiento islamista y apuestan a que se impondrá una nueva tregua.
Fuente: PL
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