Vladimir Ilich Ulianov (Lenin era su seudónimo en la clandestinidad), fundador de la fracción mayoritaria (bolchevique, en ruso) del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y de la Unión Soviética, dejó como legado un cuerpo de ideas revolucionarias que no pierden vigencia sino que -por el contrario- el desenvolvimiento, auge y caída del capitalismo los ratifica día tras día.
Este miércoles se cumplieron 85 años de la desaparición física de Lenin; sin embargo, sus teorías político-económicas y su lucha en pro de la justicia social siguen tan vigentes como cuando en 1917 planteó su concepción del auténtico gobierno socialista en el ensayo Estado y Revolución, una de sus más importantes aportes a la teoría marxista, en la que aboga por la necesidad de la “dictadura del proletariado” como elemento de superación del Estado basado en la dominación de unas clases por otras.
Antes de eso, cuando estalla la Primer Guerra Mundial en 1914, Lenin se opuso a la intervención de Rusia en ese conflicto alegando que supondría una lucha fratricida entre los obreros de toda Europa en beneficio de la burguesía y alentó a los socialistas de todo el mundo a “transformar la guerra imperialista en una guerra civil” que permitiera liberar a los pueblos de la opresión imperialista.
Distintos líderes progresistas de todo el mundo a diario enarbolan el pensamiento leninista cuando reiteran que el imperialismo es la última fase del capitalismo y anuncia el tránsito a la sociedad socialista.
“El imperialismo, en cierto sentido, es la etapa de transición del capitalismo al socialismo. Es el capitalismo agonizante, pero no muerto”, afirmó.
Fuente: ABN
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É preciso sonhar, mas com a condição de crer em nosso sonho, de observar com atenção a vida real, de confrontar a observação com nosso sonho, de realizar escrupulosamente nossas fantasias. Sonhos: acredite neles. (Lenin)
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