17 enero 2009

La milonga sigue viuda







“El cantor empezó a recitar los versos de Guitarra Negra ante varios obreros que no tenían idea de lo que hablaba. Durante los primeros diez segundos la gente se miraba, yo también estaba un poco sorprendido. Al tercer verso quedé petrificado. ¿De donde salió este marciano?, pensé. Así hasta que acabó. Nunca vi nada más emocionante en la vida. Desde entonces lo amo”. Joaquín Sabina




20 años atrás, en una madrugada como la de hoy, la milonga se quedó viuda. Un profundo silencio recorrió el paisito; las guitarras enmudecieron y la milonga lloró desconsolada.

Nosotros simplemente no podíamos creerlo………. no queríamos creerlo. La vieja puta y fría nos había asestado otro golpe, uno muy bajo y demasiado duro. Sin previo aviso nos dejaba guachos, nos arrebataba a la voz de la clase obrera y de los humildes, al amigo, al compañero, al camarada……

Don Carlos Molina habló por todos cuando aquel día te dijo: “Flaco, entrañable Flaco, te digo que esta sí no me gusta nada. La que me gustó fué aquélla, cuando vos llegaste, cuando nuestro pueblo emergía con una esperanza que no han podido derrotar nunca y que indudable, insoslayablemente se va a concretar un día en realidad victoriosa.”




Con la incredulidad a flor de piel y como pudimos, fuimos a tu encuentro; no podíamos, no queríamos dejarte solo. Llegábamos de todas partes, por miles. Nadie mejor que nosotros, tu pueblo, para acompañar tus últimos pasos. Sabés porqué Flaco??? Porque vos no cantaste “para el pueblo” sino “desde el pueblo” y eso crea lazos muy profundos, indisolubles, eternos.






El querido Atahualpa del Cioppo dijo también aquel día: “A lo mejor cree Alfredo que ha entrado en el silencio y el olvido, pero eso no lo va a lograr jamás, porque el pueblo a quien él cantó hizo suya su poesía, su prédica y su afán de liberación. Ese pueblo tiene memoria histórica y no lo va a olvidar jamás, porque además tiene un gran talento en su corazón.”

Fue por eso que hicimos lo único que cabía hacer: te ubicamos justo en el centro del corazón del pueblo, levantamos tus viejas y tan queridas banderas y luchamos, como mejor podemos, para que no caigan y para hacer realidad tu sueño de una sociedad de hombres dignos de ser hombres entre los hombres.

No nos está resultando fácil, pero en eso estamos, y aunque han pasado 20 años, la milonga sigue viuda y a nosotros nos seguís haciendo falta.

Brujita




“Lo que queremos es una humanidad justa, una sociedad de hombres dignos de ser hombres entre los hombres. Es decir, en la que haya auténtica justicia, igualdad, incluso en el sentido cristiano; yo pienso en eso. La revolución es un acto de amor a la justicia, de amor al hombre, a la verdad, a la sociedad humana.” Alfredo Zitarrosa en Revista Éxodo. Guadalajara, Jalisco, México, 10 de mayo de 1979.






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