Sr Director,
Qué sorpresa tuve con la carta publicada en vuestra edición del miércoles 25.5.2011, firmada por el coronel Walter Forischi.
Una carta que pretende historiar la vida del ejército uruguayo pero saltándose a la torera -al decir de mi madre- una parte de la historia en la que fué protagonista esencial: en 1972 el coronel que escribe ejercía en el 6º de Caballería y fue quien me detuvo el 21 de junio, en el inicio de un crudo invierno. Tuve allí tres meses de capucha, torturas, plantones, electricidad, simulacros de fusilamiento, submarino (forma eufemística de nombrar la forma en que se mete de cabeza a un detenido encapuchado en un bidón de doscientos litros de agua con vómitos, orina, y el etcétera imaginable). En realidad el submarino lo hacían tanto en piletones para los caballos o en estanques, o en lo que fuera, y si cortaban el agua al cuartel, también una bolsa de nylon bastaba, sólo que en ese caso le llamaban ˝submarino seco˝.
Esta síntesis de los métodos de interrogatorio que este oficial y sus compañeros practicaban en el 6º de caballería podría ampliarse con, por ejemplo, lo que hacían cada vez que algo le sucedía a un militar en el país: se torturaba a todos los detenidos, y no para saber algo, sino ˝pa que aprendan˝.
Durante ese período estuve más de un mes desaparecido para mi familia y cuando finalmente decidieron incluirme en una lista de detenidos y mis padres pudieron enviarme ropa, a cambio recibieron mi muda, con un mes y pico de uso, ensangrentada por los castigos recibidos. Se imaginarán el impacto. Yo tenía 19 años. Eso llevó a mi padre a informar a Zelmar Michelini de la situación, y Zelmar denunció las torturas que yo sufría en el parlamento.
Esa misma noche o a la siguiente, los valientes torturadores del 6º de Caballería, en una de sus sesiones me gritaron :
˝¿Asi que sos amigo de Zelmar?... ese anda hablando de que nosotros te torturamos˝ y dale golpe o patada o lo que fuese. Para la triste historia de este país y aunque pasaron unos cuantos años, hay algo que me quedó grabado para siempre : ˝a tu amigo, decile que es boleta, tarde o temprano se la vamos a dar˝....
Esto sucedió a finales de julio o agosto de 1972..... sí bastante antes del golpe de Estado del año 1973.
¿Será que no se acuerda de nada el actual coronel Walter Forischi ? ¿No se acuerda de sus amigos y colegas torturadores del 6º de caballería ? ¿No se acuerda del capitan Alexis Grajales, del teniente Orlando, de Rodríguez, de Arocena, del teniente Flores, del cabo Ruiz, de Vázquez (quien sigue en el 6º de caballería actualmente, pero preso, ya que el 6º de caballería es hoy la cárcel para militares de Domingo Arena)? ¿No se acuerda del Teniente coronel Goldaracena, jefe de la unidad, que paseaba por las noches con sus perros por las barracas donde nosotros estabamos tirados, encapuchados, mojados, sucios, y él, calmo como propietario de una gran estancia recorriendo sus dominios, pasaba con sus botas brillantes, lo único que yo lograba ver bajo el borde de la capucha....
Ese jefe de cuartel decidió desconocer un fallo cuando la justicia le ordenó liberar a cuatro médicos que eran torturados en esa unidad.
En el 6º de caballería dejaron a algunos detenidos prácticamente como vegetales, violaron compañeras, a mí me torturaron delante de mi compañera, me hicieron firmar la libertad para luego llevarme a los bañados de Carrasco y ˝ejecutarme˝… me pusieron una pistola sobre la cabeza y dispararon. Después de eso el teniente Flores me dijo que él no me iba a interrogar más, que se había convencido de que yo sabía nada, pero al regresar al 6º el alférez Tobi Alvarez me dió una paliza, estando yo atado y encapuchado, para sacarse la bronca...dijo.
¿Porqué será que cuando hablan del Ejército Nacional lo ponen así con mayúscula y negrita, pero se olvidan de ciertos actos de servicio ?
En el 6° desaparecieron a Luis Eduardo González, ¿donde está? ¿Forischi no recuerda donde lo enterraron ?
A propósito de Dalmao: hay quien ha dicho que era un alférez, que no tocaba pito, pero en el 6º varios alférez torturaron, como el alférez ˝Tobi˝ Alvarez, sobrino del Goyo, otro de los que se ensañaban (hace un par de años apareció en un informativo con cara de « yo no fuí », diciendo que no tenía nada que ver con nada....) pero había muchos… Hubo hasta un oficial de reserva que trabajaba en lo civil durante la semana y el fin de semana calzaba las botas y la camperita verde y se venía al 6º a torturar. No me lo contaron...lo contaba él.
Podría mencionar otros ilustres cuarteles de colegas de Forischi, como los del 9º de caballería, donde me ingresaron un período, en los calabozos donde estaban los detenidos recientes. Allí estaban los compañeros del PCR totalmente destruidos por las salvajes torturas vividas en el interior del país (en la Base Santa Bernardina), allí en el calabozo vecino al mío escuché las violaciones a jóvenes que eran detenidas, e incluso una noche salieron ˝a levantar un puta para violarla˝, como me lo comentaron los soldados al dia siguiente....
Yo estuve solamente un año detenido y después de una última sesión de torturas en Inteligencia de la calle Maldonado por miembros del ejército, salí directo del calabozo a un avión que me llevó a España. Un año después nos encontramos con Zelmar en el Tribunal Russell II, y junto a otros compañeros relatamos las ˝prácticas profesionales˝ de nuestros militares. Zelmar desnudó el mecanismo utilizado para montar un sistema de dominación y sometimiento como el que las fuerzas armadas uruguayas comenzaban a instrumentar, y mostró cómo la tortura y el terror eran piedras angulares del mismo.
De eso hablaba Zelmar en 1974 en el Tribunal Russell cuando decía :
“Nuestra obligación en este Tribunal Russell que tanto prestigio tiene a nivel internacional [...] es bregar para encontrar –y aquí es necesario la inteligencia y la imaginación‐ el método y la posibilidad de [...] decirles a los militares uruguayos, brasileros o chilenos, a los hombres que sintiéndose fuertes violan los acuerdos internacionales y el derecho, castigan, torturan, maltratan y matan, que hay posibilidad de una condena con efectiva sanción de tal manera –concluía Michelini‐ que la ley y el derecho internacional no sean letra muerta y que el hombre puede sentirse defendido [...].”
Cuando una sociedad se construye basándose en la impunidad, un torturador bien puede terminar escribiendo sobre Historia en Búsqueda, como lo hizo el coronel Forischi : el festejo del Bicentenario, escribió, ˝debió ser diferente, debió ser una oportunidad de exaltación patriótica pura y exclusivamente del Ejército Nacional, donde los medios de prensa priorizaran con orgullo la efemérides, estimulando en la población el verdadero sentimiento que debe aflorar en los buenos Orientales : el respeto y la ponderación del Ejército Nacional en su Bicentenario˝
Si no fuera para llorar, daría para reírse.
Juan Angel Urruzola
CI 1.326.330-6
Nota de Edición: Las fotografías que acompañan esta nota pertenecen a Juan Ángel Urruzola
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