06 noviembre 2008

Paul Robeson: perseguido luchador afroamericano





Hijo de un esclavo fugitivo que se convirtió en predicador protestante y logró licenciarse en la universidad de Lincoln. Su madre provenía de una familia de cuáqueros que luchó por la abolición de la esclavitud. Paul Robeson llegó al mundo un 9 de abril de 1898 y creció en un período de segregación, linchamientos y abierto racismo.

En 1910 la familia se trasladó a Somerville, Nueva Jersey, donde Robeson se graduó. Fue jugador de rugby, béisbol y baloncesto en la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey. Era el tercer estudiante negro en la historia de esta Universidad.

De no haber sido por su condición de persona negra, Robeson hubiese constituido el prototipo heroico de la sociedad norteamericana de su época. El estigma era tan grande que llegó al punto de que las demás universidades americanas, en general, se negaban a desarrollar competencias con la de la Universidad de Rutgers, debido a que en su nómina tenía a un jugador negro.

A su ingreso en el Colegio de Abogados de Princeton, una mecanógrafa blanca rechazó escribir al dictado de un abogado negro, y esto le hizo desistir de ser abogado. Es entonces que se vuelca a sus pasiones infantiles: la actuación y el canto.

En 1925 vivió en Gran Bretaña donde tomó conciencia política. Dirigió las primeras campañas en favor de los derechos de los afroamericanos. Cantó blues, canciones contra la explotación y la esclavitud, himnos de los presidiarios, de los remeros del Volga, de los maquis, de las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil Española, marchas rusas de los obreros y fragmentos del Porgy and Bess de George Gershwin, y su pieza emblemática Old Man River. También tradujo el Himno de la Unión Soviética al inglés en 1943. Cantó el poema al dirigente sindical asesinado Joe Hill “I dream i saw Joe Hill last night”, canción que más tarde se hizo famosa en la voz de Joan Baez.

Entre los años 20 y 50 fue uno de los cantantes más famosos de su tiempo y sus conciertos recorrieron los escenarios de Viena, Praga, Budapest, Berlín, Paris, Amsterdam, Londres, Moscú, Nueva York, y Nairobi. Intervino como actor en 11 películas. Fue protagonista en el Otelo de Shakespeare, el musical Showboat y en películas como Jericho y Proud Valley.

A partir de la llegada del nacional-socialismo a Alemania en 1933, Robeson se convirtió en un activo opositor a esta ideología. Participó en la Guerra Civil Española dentro la Brigada Lincoln, compuesta por voluntarios antifascistas estadounidenses. En un mitin antifascista contra el levantamiento de Francisco Franco contra la República en 1936, Robeson dijo: "El artista debe tomar partido. Debe elegir luchar por la libertad o por la esclavitud. Yo he elegido. No tenía otra alternativa".

Hombre de amplia cultura, conocedor de más de 20 idiomas, africanista y comunista, a quien en 1952 la Unión Soviética le concediera el Premio Stalin de la Paz.

Su voz habló en favor de la independencia, la paz y la igualdad de las personas. Fue amigo del cinesta soviético Eisenstein, del líder indio Nehru, del padre de la independencia de Kenia Jomo Kenyatta y de la anarquista Emma Goldman. Aclamado por Ernest Hemingway, James Joyce y por Pablo Neruda, que escribió un poema en su honor en su Canto General. Con Albert Einstein, otro de sus grandes amigos, trabajó por la paz mundial y contra el imperialismo.

Su nombre fué incluido en la lista negra elaborada por el senador fascista MacCarthy. En junio de 1948 fué citado ante la Comisión de Actividades Antinorteamericanas de la Cámara de Representantes, entonces dedicada al exámen de un proyecto de ley sobre "represión de las actividades comunistas" que habían elaborado los legisladores M. Mundt y Nixon. El aclamado artista no se limitó a negarse a declarar si estaba o no afiliado al Partido Comunista. Ante la escandalizada comisión, dijo: "Algunos de los miembros del Partido Comunista han realizado una labor magnífica en Estados Unidos. Diecinueve personalidades norteamericanas han ido a la cárcel por negarse a contestar esa pregunta; si es necesario, me uniré a ellos". Durante un interrogatorio ante el Senado, cuando le preguntaron por qué no se quedaba en la Unión Soviética, contestó: "Porque mi padre era un esclavo, y mi gente murió para construir este país, y voy a permanecer aquí y a tener una parte de él, exactamente igual que Usted. Y ningún fascista importado me sacará de él. ¿Se entera?" Sin embargo, el Comité de Actividades Anti-Americanas acabó declarando que Robeson había intentado construir un estado soviético en el sur americano y le privó de su pasaporte. Cuando sus abogados se interesaron por las razones, les informaron que «sus críticas frecuentes al trato que reciben los negros en los Estados Unidos no deberían airearse en países extranjeros».

Robeson fué censurado más que ningún otro músico norteamericano. 80 de sus conciertos fueron cancelados y, en 1949, dos de sus conciertos en Peekskill, Nueva York, fueron atacados por bandas fascistas con la complicidad de la policía. En esa ocasión, Robeson declaró: "Voy a cantar donde quiera que la gente quiera que cante... y no me asustan las cruces que arden (en alusión al Ku Klux Klan), ni en Peekskill ni en cualquier otro lugar".

El imperio no podía tolerar su arte y su ideología y decidió eliminarlo, como han hecho con Malcolm X, Martin Luther King y tantos otros líderes negros u obreros socialistas, anarquistas y comunistas. En 1947 manipularon su rueda izquierda y casi murió en un choque de automóviles. En 1961 asistió a una fiesta en Moscú donde había acudido a dar conciertos y conferencias, en la que había disidentes anticomunistas pagos por la CIA y su hijo cree que le suministraron un alucinógeno sintético llamado BZ. La CIA quería impedir que Robeson acudiese a Cuba a apoyar la triunfante revolución. Paul sufrió alucinaciones e intentó suicidarse cortándose las venas.

Atacado, vilipendiado y linchado por la prensa norteamericana, trataron de reducirle al silencio, y en sus últimos años lograron arrinconarlo y marginarlo. Murió en Filadelfia el 23 de enero de 1976.










Ya dejaste tu graffiti?