27 noviembre 2008

Emotivo homenaje a Labordeta





Jordi Bianciotto
Zaragoza

No es amigo de homenajes ni fastos, pero Labordeta no pudo evitar anoche que sus amigos del mundo de la cultura y la política consumaran su gran conspiración: una noche de poemas, canciones y dedicatorias emotivas brindada a su salud. El punto de partida fue la presentación de un libro, José Antonio Labordeta: creación, compromiso y memoria, y la reedición de su primer disco, Cantar y callar, pero el acto del Teatro Principal, de Zaragoza, desbordó los límites y se convirtió en una declaración de estima colectiva hacia este temperamental cantautor, narrador, poeta, político y comunicador.

El homenaje llevaba semanas maquinándose entre bambalinas, de espaldas al propio Labordeta, y cobró forma en un espectáculo de casi dos horas que abrió la jotera Carmen París con una interpretación a cappella de La albada. Olga Viza intervino como presentadora y dialogando de manera informal con Labordeta, sentado en primera fila como espectador privilegiado. Pilar Bardem recitó el poema Sentado en el viejo sillón, con alusiones al "naufragio de la República", y Rosana recompuso a su manera la canción Banderas rotas antes de lanzar una aplaudida petición al ente público de Radiotelevisión Española: "Que vuelvan a poner el programa de la mochila".

POLÍTICO CON CARÁCTER

La faceta política del homenajeado quedó reflejada en un vídeo de greatest hits y en un parlamento de Uxue Barkos, de Nafarroa Bai, con quien compartió escaño en el Grupo Mixto, que destacó su talento para "mandar a la mierda como nadie". Dos colegas y paisanos, Joaquín Carbonell y Eduardo Paz (La Bullonera), ofrecieron una solemne adaptación de Somos.

Ana Belén y Víctor Manuel evocaron el parlamento de Labordeta en el Congreso con motivo de la implicación de España en la guerra de Irak y recuperaron un poema antibelicista, Mataos, del hermano del cantautor, Miguel Labordeta. Intervenciones breves y ágiles, sin exceso de retórica sentimental. Como la de Luis Pastor, que, junto a Lourdes Guerra, recuperó Si tus labios en una peculiar versión "afromaña".

Miguel Ríos abordó otro poema, Buenos días, y aseguró que Labordeta "representa la dignidad en esta profesión". Le agradeció que, en los años 70, hiciera ver a los rockeros "que era posible mover las caderas y las neuronas al mismo tiempo". Culminando el desfile, Marina Rossell apareció en tándem con Ruper Ordorika, interpretando Ya ves. Rossell le deseó la mayor de las longevidades. "Que visquis 1.000 anys!"

Cuando Labordeta, a quien todos sus allegados conocen como El Abuelo desde tiempos en que aún no tenía edad para serlo, subió al escenario, se encontró con que todo había sido dicho. Así que dio las gracias a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) por su apoyo en la edición del libro. "Y a La Zaragozana, que es una cerveza que me gusta mucho", añadió. Orientó sus breves palabras a la ciudad de Zaragoza, "que ha dejado de ser provinciana y triste". Un Canto a la libertad colectivo selló la noche, con un grito preeminente: "¡Viva El Abuelo!".

Fuente: El Periódico









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