24 julio 2008

PAR condena la Directiva del Retorno





La Red de Periodistas de Argentina por una comunicación no sexista (PAR) adhirió a la Movilización mundial contra la llamada ''Directiva del retorno'' aprobada por el Parlamento Europeo (PE). A través de un comunicado de prensa, la red convocó además a la concentración de condena que se realizará el próximo 28 de agosto a las 12 en Buenos Aires, frente a la Fuente del Monumento a los Dos Congresos.



Comunicado de prensa


PAR entiende que esta Directiva, también llamada con justicia ''Directiva de la vergüenza'', supone un grave retroceso de los derechos fundamentales, y un paso más en el endurecimiento de las políticas migratorias europeas, totalmente contrario al espíritu de construcción de un verdadero espacio común de democracia, libertad y justicia.

Lo que en realidad ha sancionado el PE, es nada más y nada menos que un instrumento de represión contra las y los casi 8 millones de inmigrantes indocumentados/as presentes en territorio europeo, con una lógica policial que derrumba los mismos principios de la Carta Magna de la Unión, ya que condena a personas que no han cometido ningún delito a la privación de libertad, la vulnerabilidad, la exclusión y el destierro, por el mero hecho de haber querido buscar una vida más digna lejos de su país de origen.

No escapa a la Red PAR que este peligroso extravío xenófobo de las políticas comunitarias disfrazado de ''control de flujos migratorios'', afectará con mayor gravedad a las mujeres migrantes. El número de ellas es prácticamente igual al de los varones, pero tienen menor visibilidad, ya que quienes se encuentran en situación de irregularidad, están dedicadas a trabajos o tareas de fácil ocultación y de máxima reserva, y casi siempre con sujeción a funciones domésticas o al cuidado de menores y personas ancianas.

Muchas están llegando a los países receptores no como parte de su entidad familiar, sino como personas con plena autonomía, dejando a marido e hijos e hijas en el país de origen, hasta ser ellas la pieza de la subsistencia común, como avanzada de un proceso -o de un deseo- que se inicia con la esperanza de una nueva y mejor vida colectiva.

Estas mujeres inmigrantes que envían recursos a los suyos y muchas veces son el elemento fundamental para la compra de la vivienda, para el establecimiento de un negocio o para el sostenimiento familiar, son víctimas de malos tratos que trascienden menos que en el resto de las mujeres, por el miedo y la inseguridad que genera su situación.

Ello es particularmente comprobable en los casos de violencia machista, ya que las inmigrantes sin papeles no pueden ser atendidas en los servicios de apoyo de la Administración europea. Esto, unido a la incapacidad para contar con abogado/a de oficio o justicia gratuita, pone trabas casi insuperables a la denuncia contra hombres maltratadores. Peor aún, presentar denuncias ante la policía se convertirá en un riesgo que difícilmente nadie estará dispuesta a correr a partir de la criminalización que la Directiva del retorno propone.

Ante esta regresión de alcance incalculable de los valores que están -en teoría- en la base de la construcción europea, manifestamos nuestra condena y reclamamos enérgicamente la mayor presión internacional para la derogación de tal Directiva, escandalosa en cuanto al incumplimiento de los derechos fundamentales y la dignidad de las personas en migración.

Fuente: Artemisa



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