06 junio 2009

Con OEA o sin OEA Latinoamérica sigue dando la pelea





Orlando Balbás

La reciente decisión de los diplomáticos reunidos en Honduras, durante el encuentro de la Organización de Estados Americanos, demostró un nuevo enfoque histórico en las discusiones donde la gran potencia mundial sufrió una nueva derrota en la política internacional. No es cuestión de apasionamientos o de ver un rival en la contienda, se trata de un ejemplo incuestionable del gran viraje epocal. La geopolítica del mundo ha dado otro salto cualitativo en el escenario donde décadas atrás solo se escuchaba la voz del gigante imperial ordenando a sus neocolonias todo lo que iban a hacer en función de mantener el dominio y predominio sobre lo que se consideró, y aún siguen considerando los más conservadores del gobierno de los Estados Unidos, su patio trasero.

El voto mayoritario en contra de la resolución que expulsó a la República de Cuba de la OEA en 1962, indica sin lugar a dudas que estamos frente a un fenómeno mundial que se llama Lucha por la Independencia. ¿Les suena a Pasado? Si piensan en positivo están bastante alejados de lo real, pues ciertamente en Latinoamérica se está gestando la segunda independencia, esta vez es contra el neoimperialismo y contra el neocolonialismo, para construir naciones soberanas con solidez política, económica y fundamentalmente unidas. Cuba ha sido sometida a lo largo de estos cincuenta años de su Revolución a los más atroces actos de desestabilización, descalificativos, demonización, bloqueo económico, la invasión en Playa Girón donde salió derrotada la CIA y el Pentágono, los asesinatos como el del avión cubano y el barco La Coubre y todas las barbaridades que se le hayan ocurrido a un país varias veces mas grande que la isla cubana y con una fuerza militar de la más poderosa del mundo. Hoy Cuba reconoce la actitud honesta, simbólica y valiente de los Cancilleres de las Repúblicas que en la OEA insistieron y persistieron para allanar el camino del regreso de la isla caribeña a su puesto den ese organismo hemisférico. Pero Cuba a su vez mantiene la palabra de no regresar a la Organización de Estados Americanos, por considerar que ya perdió su vigencia y sentido en la búsqueda de la unidad de la América. Indiscutiblemente que la ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de América), fue el factor influyente en la decisión, lo que vislumbra un nuevo modo de organización entre estos países con la fundamentación política de la creación de un bloque regional de poder para enfrentar a la ya débil unipolaridad que empezó a desaparecer con la iniciativa del gobierno bolivariano de Venezuela y su comandante Hugo Chávez en el desarrollo de una estrategia que alcanzara en principio la solidaridad con nuestros hermanos del Caribe y Suramérica, la aplicación de convenios petroleros y tecnológicos con los países árabes, China, Vietnam, entre otros, para romper el monopolio y a su vez el mito del infalible Tio Sam que todo lo puede.

La valentía del pueblo cubano y su dirección revolucionaria permite hoy decir que la negación a entrar en la OEA, es indicio de un fortalecimiento inimaginable de nuestros territorios y el alejamiento de la tutela del imperio norteamericano que fue creando de manera sistemática, toda una estructura política, ideológica y de cancillería muy eficaz para dominar todo el conglomerado del mundo. Esta etapa de redención de los pueblos del Sur, implica la superación del temor a ser juzgados y condenados por apoyar a un país opuesto a Estados Unidos como parte de la acción liberadora e independentista en este siglo o tercer milenio. Esto supone la propuesta obligada de una alternativa ante la economía capitalista, que es el socialismo del siglo XXI como contraposición a los males que azotan África, Asia y América. Los avances transformadores están a la vista, una nueva era está en marcha, los oprimidos insurgen para crear otro orden mundial.

Fuente: Aporrea

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