Gracias al impulso de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Asamblea Mundial de la Salud abrió un proceso para favorecer la investigación y producción de medicamentos contra enfermedades olvidadas que afectan especialmente a los pobres del mundo.
La Asamblea, el cuerpo supremo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), resolvió en su sesión anual, entre otros asuntos, promover el debate sobre mecanismos multilaterales para asegurar el acceso de esas poblaciones a los fármacos fundamentales.
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que en el caso de las enfermedades desatendidas, las que predominan en los países pobres, tanto los medicamentos como los diagnósticos y las vacunas necesarias para tratar a los pacientes no se encuentran disponibles, no resultan apropiadas o tienen precios inalcanzables.
Ese fenómeno es consecuencia del sistema de investigación y desarrollo existente, que se basa en intereses de mercado, no en las necesidades sanitarias y depende del esquema de patentes para recuperar los costos invertidos, para lo cual impone precios altísimos, sostiene MSF.
La iniciativa aprobada por la Asamblea al finalizar sus sesiones realizadas la semana pasada en Ginebra fue propiciada por delegaciones de la Unasur, conformada por los 12 países de América del Sur, que debieron vencer la férrea oposición hasta último momento de Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, Suiza y otros países del Norte.
La controversia giró en torno a un informe presentado a comienzos de este año a la OMS por el Grupo Consultivo de Expertos en Investigación y Desarrollo: Financiación y Coordinación, integrado principalmente por personalidades independientes de las esferas de la medicina, farmacología y derecho de propiedad intelectual.
Dos puntos del informe desataron la disputa. Uno es el que recomienda la negociación de un acuerdo vinculante sobre actividades de investigación y desarrollo de medicamentos que responda a las necesidades de los países del Sur. La segunda recomendación más cuestionada del informe de los expertos por parte de los países industrializados es la que se pronuncia por la desvinculación de los costos de investigación y desarrollo respecto de los precios de los medicamentos. De esa manera no sería necesario establecer valores altos para recuperar los costos. Los expertos sugieren fórmulas para financiar esos costos, que incluyen contribuciones obligatorias para los países conforme al principio de una justa distribución de esa carga.
Las delegaciones ante la Asamblea Mundial de la Salud de las naciones industrializadas, que son sede de los principales laboratorios farmacéuticos transnacionales, propusieron que el informe de los expertos sea sometido a un análisis profundo y que las conclusiones se presentaran en la próxima sesión del año que viene.
A su vez, la representación de Kenia exhortó a la Asamblea a encomendar a la directora general de la OMS, Margaret Chan, que convoque de inmediato una negociación que redacte y negocie un convenio de la organización sobre financiación y coordinación de la investigación y el desarrollo.
La iniciativa de la Unasur pedía a la directora que convocara a un proceso abierto a todos los estados miembros de la OMS para detallar y profundizar los mecanismos propuestos por el grupo de expertos. También mencionaba la posibilidad de una convención vinculante.
Luego de ásperas y prolongadas discusiones, se resolvió un texto final que recoge la idea de la Unasur de convocar a un proceso abierto e informar de sus resultados a la próxima Asamblea.
La resolución adoptada por la Asamblea abre un proceso gubernamental para considerar las recomendaciones del informe de los expertos, indicó el jurista argentino Carlos Correa, asesor del Centro Sur, una institución intergubernamental con sede en Ginebra.
Correa señaló a IPS que una de las recomendaciones del informe que se discutirá en el nuevo proceso, la principal, es la de entablar una negociación de una convención obligatoria en materia de investigación y desarrollo.
Eso es auspicioso porque significa que, si bien los miembros de la OMS mantienen diferencias respecto de la naturaleza que podría tener ese instrumento, esta decisión abre la posibilidad de que haya un estudio pormenorizado de las conclusiones del grupo, dijo Correa, miembro a su vez del grupo de expertos.
En síntesis, si bien no se logró una decisión que inicie más rápido este proceso negociador, sí se ha establecido un mecanismo intergubernamental y formal que puede conducir a que esa posibilidad se materialice, agregó.
En consecuencia, los países en desarrollo ven la decisión como un logro, indicó.
Correa sostuvo, además, que el modelo de innovación intrafarmacéutica está en profunda crisis. "Nuestra perspectiva es que debe generarse un modelo alternativo basado en la generación de bienes públicos, de productos medicinales y otros que atiendan a las necesidades de salud pública reales y no a las conveniencias del mercado.
Las propuestas del grupo de expertos, retomadas por las naciones del Sur, brindan una base para trabajar en esa dirección, sostuvo el académico.
La directora de políticas de MSF, Michelle Childs, se manifestó decepcionada por el hecho de que "no haya habido una decisión inmediata" de avanzar hacia una convención sobre investigación y desarrollo.
Sin embargo, los países miembros de la OMS convinieron en establecer un proceso formal para considerar las recomendaciones de los expertos y volverán a discutir el tema en enero 2013, dijo.
La también experta Judit Rius Sanjuan, representante de MSF en América, resaltó que el liderazgo y la unidad de los países latinoamericanos han sido clave en la Asamblea" de la OMS.
La Unasur presentó una visión unida en defensa de la innovación y del acceso a los medicamentos, así como de una solución sostenible en la forma de una convención global vinculante, comentó a IPS.
Correa confirmó que el bloque sudamericano tuvo un papel protagónico en la Asamblea y fue, al final, su enfoque el que prevaleció en la Asamblea.
La Unasur, integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela, cuenta con un grupo dedicado a los temas de salud, que en este período es coordinado por Asunción.
Gustavo Capdevila
Fuente: IPS
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