13 agosto 2010

Chaval, no te mueras nunca


Foto: Silvio Rodríguez


Querido Comandante:

Te escribo esta carta mientras estoy celebrando el cumpleaños de mi hermana Yolanda, nacida el 11 de agosto de 1950, orgullosa de ser Leo, como tú, y de llevar el nombre de una canción eternamente cubana.

Estos párrafos son para mostrarte nuevamente, con ocasión de tu 84 aniversario, mi afecto y admiración ante tu figura, tu valentía y tu precisa visión de la historia reciente. Me hace gracia que te odien los ricachones y millonarios del mundo (eso es buena señal), porque siempre es asombroso que ratificaras con tu ejemplo lo que un día aseguró Georges Orwell: "En estos tiempos de impostura universal, decir la verdad constituye un acto revolucionario".

Y lo mismo te digo de algunos artistas, cantantes y actores, poetas , actrices y teatreras, que firman contra la Revolución, callando y mirando hacia otro lado cuando se les señala su doble moral, su cobardía almodovariana. Son como aquellos que definió el escritor norteamericano Upton Sinclair: "El artista que triunfa en una época suele ser alguien que simpatiza con las clases dominantes de ese tiempo, cuyos intereses defiende y cuyos ideales interpreta, identificándose con ellos". El brillante autor de La Jungla, que comenzara escribiendo en un diario socialista, estaría hoy encantado al lado de Oliver Stone, Sean Penn, o acompañando la caravana solidaria de Pastores por la Paz.

Aquí en la España de Tortura y Pandereta, donde se pasea impunemente un genocida como José María Aznar o su hermano de leche, Javier Solana (ambos responsables del asesinato de miles de civiles inocentes), es complicado y arduo el trabajo de echaros una mano en lo que fuera, pero ahí andamos: en la lucha. Ya sabes lo que decía el gallego Valle Inclán: "España es una deformación grotesca de la civilización europea". A veces, Don Ramón parecía un valiente de verdad. Como Manuel Azaña, cuando aseguró que "La lucidez y el coraje suelen provocar una reacción visceral de antipatía y rechazo". Qué razón tenía aquel republicano.

Los monárquicos son otra cosa. A ellos no les importa que el paro aumente. Esta democracia borbónica tiene dinero, tanto como en Miami, para alimentar vagos y mercenarios batistianos que se trae el mamporrero Moratinos, canciller de Zapatero en plan Cantinflas (perdón, Don Mario), para mostrarles en la prensa como "disidentes" liberados de las cárceles castristas. Hasta mi vecina Lola, que es conservadora pero honesta, dice: "Este tipo de chorizo cubano no me gusta nada".

Cuando era adolescente leí que habías entrado en La Habana, que los barbudos ganaron la democracia para Cuba, y vi en un reportaje cómo una paloma blanca se posó en tu hombro, cuando pronunciabas un discurso emocionante ante centenares de miles de compatriotas, que lloraban de alegría. Por la noche, mi madre me leyó una frase de Bertrand Russell, que era un furibundo anticomunista, pero la sentencia escondía una sutil reverencia hacia personas como tú: "La gente teme el pensamiento original más que a nada en el mundo, más que a la ruina, más que a la propia muerte".

Ya sabes más acerca del por qué cuando se dice: Fidel, parte del personal (aquí decimos eso para definir a un grupo de gente) pone cara de pocos amigos, mientras otros sonríen malévolamente con ojos pícaros. Otros nos tronchamos de risa con la cara de los peperos y los socialistas blandos, cuya ideología posee la solidez estructural de un edificio de crema y nata.

Pero siempre hay que mantener el tipo, imaginando, como Aldous Huxley, que "Aunque soy muy pesimista sobre la humanidad en su conjunto, siento un profundo optimismo motivado por determinados individuos y minorías marginadas". Ahora que el Nobel de la Guerra incluye a Cuba en la lista de países que apoyan el terrorismo, es hora de despreciar tan aberrante estupidez y saber que es hermoso que los asesinos continúen mintiendo.

Las horas bajas del capitalismo traen este tipo de espasmo que ya imaginaste hace muchos años. Cuando un animal rabioso sabe que está rodeado, su estrategia es desplegar la violencia en todos los sentidos, desde todos los ángulos, desde todas las plataformas. Como se dice en buen cubano : "Que les chingue un pez a esos comemierdas".

Y te lo digo así, con énfasis familiar y campechano, porque has sido y eres, al frente de tu admirable pueblo revolucionario, el único Jefe de Estado que ha tenido la gallardía y el valor de no arrodillarse ante el Imperio.

Cuando subiste con tu joven guerrilla a las montañas, lomas y forestas de la Sierra Maestra, os acompañaban para combatir a la dictadura unas cuantas armas y muchos libros de poesía. Ya sabías de sobra que las batallas deben estar al lado de aquellos versos que escribiera en 1905 el nicaragüense Rubén Darío, modernista pero romántico, cuando dejó para la posteridad esta profecía:

Eres los Estados Unidos,

eres el futuro invasor

de la América ingenua

que tiene sangre indígena,

que aún reza a Jesucristo

y aún habla en español.


No nos fiemos mucho de las preces y rezos (alegrémonos sin embargo de que los creyentes en la paz y la armonía lo hagan), pero hagamos oídos sordos a las alharacas histéricas de Obamas, Berlusconis, Uribes y demás apóstoles de la masacre universal.

Querido Comandante: Hoy cumples 84 años y estás de nuevo dando la vara, activo y más que lúcido. Felicidades, chaval. Que se jodan los gusanos, porque tú no vas a morir nunca. De eso estoy seguro.

Carlos Tena

Fuente: kaosenlared





1 graffiti:

Carmela

Emocionante entrada!!!
Me sumo al homenaje de Tena .
Fidel sigue dando la vara, mostrando al mundo su perfil activo , lúcido e imprescindible.
Majestuoso en su dignidad y permanente sabiduría.
Trepándose al piolín de nuestra esperanza.
No morirá nunca.
Hoy todos los que lo amamos cumplimos años con él.