Un estudiante de bachillerato nocturno en la Escuela Nacional de Comercio de Bogotá ofrecía dos boletos para asistir al estadio Nemesio Camacho “El Campín” a presenciar el juego de fútbol entre los equipos Millonarios y Santafé. La condición para ganar el premio y disfrutar del clásico deportivo en la capital colombiana, era responder acertadamente a la siguiente pregunta: “¿Quién es el ganador del Premio Casa de las Américas con la novela La canción de nosotros?”.
Dos días después Alberto Rodríguez, estudiante y trabajador en la librería Bedout, entregaba los boletos al ganador en el café “Automático”, mientras verificaban en un ejemplar del diario El Espectador que Eduardo Germán Hughes Galeano, nacido en Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay, narrador de crónicas en el semanario Marcha, era el “campeón” de las letras en nuestra América, aquel inolvidable año de 1975, cuando cumplía 35 años y combatía con su pluma desde el exilio argentino y español a la dictadura militar que mancillaba su patria.
En aquellos años, el autor de Las venas abiertas de América Latina, analizaba sucesos políticos y culturales del mundo. Reseñaba el final del general Francisco Franco, dictador español, fallecido en octubre de 1975; hacía votos por la paz de Líbano; recopilaba noticias del avance revolucionario en Vietnam del Sur; observaba la lucha de las mujeres en un año que la Organización de Naciones Unidas, les dedicó y celebraba la publicación de El otoño del patriarca, novela escrita por el colombiano Gabriel García Márquez.
“Yo no soy sociólogo, ni historiador, ni economista, ni nada. Mi trabajo como periodista y ensayista se ha limitado a la divulgación masiva de ideas ajenas y de datos que el sistema esconde al público no especializado. Al servicio de esta tarea, oficio militante de denuncia y contra-información, he puesto una cierta habilidad para narrar, aprendida en los fogones de Paysandú y en las mesas de los viejos cafés de Montevideo. Y eso es todo”. Con estas palabras respondía Galeano a un editor mexicano que lo invitaba a escribir sobre el fascismo en América Latina, en el año 1974, cuando el también autor de Días y noches de amor y guerra, se encontraba en Buenos Aires.
El narrador uruguayo que en este mes de septiembre cumple 70 años ha realizado aportes a la sociología, a la historia, a la economía y al deporte, concretamente al fútbol. Tuvo el privilegio de trabajar con Carlos Quijano, prestigioso patriota, periodista y político uruguayo en el semanario Marcha. Allí aprendió que se puede escribir sin venderse ni alquilarse. Allí valoró el oficio de periodista, frecuentemente despreciado por los grandes literatos y “sabios”.
Eduardo Galeano ha sido un crítico permanente, un hombre comprometido con las transformaciones sociales. Sus denuncias comenzaron a través de caricaturas que se reproducían en el periódico El Sol de la capital uruguaya, cuando apenas tenía 14 años de edad. El Sol era una publicación socialista. Desde entonces ha estado vinculado con grandes diarios y revistas de América y Europa. Ha sido colaborador asiduo en años recientes en La Jornada de México y Brecha, semanario de Uruguay.
Las obras de Galeano han sido disfrutadas por estudiantes, lectores y libreros de Iberoamérica. El estudiante bogotano Alberto Rodríguez, recomendaba en los años setenta a quienes visitaban la librería Bedout, situada en la céntrica Avenida Jiménez de Quesada de la urbe colombiana, la lectura del libro Los días siguientes que Eduardo Germán publicó en Montevideo en el ya lejano 1963. Su paisano, Mario Benedetti, consideró que la novela Los días siguientes, demostró que en los años sesenta, del pasado siglo XX, Galeano “era quizá, entre los narradores más jóvenes, el que estaba más cerca de conseguir un lenguaje propio y un estilo de indudable calidad literaria”.
El campeón de las letras, premiado en dos ocasiones por Casa de las Américas, institución cubana, que lleva más de 50 años estimulando a ensayistas, narradores y poetas del continente, sigue haciendo crónicas y reportajes para el presente y para la historia futura. Apasionado del fútbol, expresó: “Todos los uruguayos nacemos gritando gol y por eso hay tanto ruido en las maternidades”.
“Ciudadano Ilustre de MERCOSUR” es uno de los tantos nombramientos que este uruguayo internacionalista ha recibido. Solidario con los pueblos, promotor de la cultura y la paz, se preguntó en 2003 ante la invasión imperialista a la República Árabe de Irak: “¿Creerá George W. Bush que la civilización nació en Texas y que sus compatriotas inventaron la escritura?”.
Al cumplirse los 70 años de Eduardo Galeano, los lectores de La Jornada en México y de Brecha en Uruguay, también se preguntan: “¿Es verdad que los defensores del capitalismo salvaje y su versión neoliberal, ayudan a consolidar la primera Independencia que con esfuerzo y coraje empezaron a lograr desde hace 200 años varios pueblos de la América nuestra?”.
Fernando Acosta Riveros*
fernandoacosta_44171@yahoo.com
(*) colaborador de Aporrea.Org desde Guadalajara, Jalisco
Fuente: Aporrea
1 graffiti:
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