El primer ministro griego, Giorgos Papandreou, manifestó su voluntad de seguir con su plan de rigor para sacar a su país de la crisis financiera, pese a que miles de personas desfilaron en las calles de Tesalónica (norte) en contra de su política de ajuste.
Los manifestantes, unos 20.000 según la policía, desfilaron convocados por los principales sindicatos y partidos de izquierda en la segunda ciudad del país, gritando eslóganes como "La crisis, ¡la tiene que pagar el capitalismo!" o "¡Nacionalización de los bancos!".
Pero en su discurso, pronunciado en la Feria Internacional de Tesalónica, el primer ministro llamó a los griegos a "seguir" haciendo "esfuerzos" y "los sacrificios" que han "logrado", a su juicio, "salvar al país de la bancarrota".
"Libro esta batalla sin pensar en el costo político, es una batalla para la supervivencia de Grecia; o la llevamos a cabo juntos, o nos hundimos", afirmó.
Entre las medidas que se deben adoptar rápidamente y que se añaden a la reforma del sistema de pensiones, a la rebaja de los suelos de los funcionarios y el aumento de las tasas ya decididas, Papandreou mencionó la adopción "de un nuevo marco para reglamentar el suministro de los hospitales" para "poner orden en este sector".
También se comprometió con "abrir a la competencia profesiones cerradas, como los camioneros, reestructurar el Organismo Público de Ferrocarriles, muy endeudado, así como otros organismos públicos endeudados y a liberalizar el mercado de la energía", en referencia a la supresión del monopolio de la empresa pública de electricidad (DEI).
Prometió protección "a los desempleados y otros grupos frágiles de la sociedad con una partida de 3.500 millones de euros procedentes sobre todo de los programas europeos" así como "la simplificación de los procedimientos para las empresas destinados a promover las inversiones, el desarrollo verde, la investigación y la innovación".
Sus esfuerzos fueron destacados el viernes por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que liberó el segundo tramo de su préstamo a este país en grave crisis financiera.
Pero para los manifestantes, las consecuencias sociales del drástico plan de reajuste son inaceptables en el día a día.
"Quieren que pague el pueblo, pero son los industriales y los banqueros los que se han llevado el dinero", gritaba Manolis Spathis, de 24 años, recién licenciado en economía, que vino desde Atenas para manifestarse.
"El país no está a salvo de la bancarrota si el pueblo mismo está en bancarrota", declaró por su parte a la AFP Spyros Papaspyron, presidente de la federación de funcionarios Adedy.
Hacia las 20H00 (17H00 GMT), poco después de la llegada del primer ministro al centro de exposiciones donde se expresaba en el marco de la Feria Internacional de Tesalónica, un breve enfrentamiento tuvo lugar entre las fuerzas de seguridad y un grupo de jóvenes que había empujado a la policía, quien respondió con gases lacrimógenos.
Con las nuevas medidas podría crecer el número de descontentos. Los camioneros anunciaron el sábado un huelga ilimitada a partir del lunes.
El mismo día empieza en Atenas una nueva auditoría de las finanzas del país, realizada por la "troika" Banco Central Europeo, Unión Europa y FMI, para analizar si desbloquea en diciembre la tercera parte del préstamo, unos 9.000 millones de euros.
Fuente: RNW
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