09 setiembre 2010

Forjando la Memoria: Raúl Borelli




Raúl Edgardo Borelli Cattáneo, "El Petiso", nació en Montevideo, tenía 23 años de edad, estudiante de Medicina y profesor de Física y Cosmografía en enseñanza secundaria. Abandonó Uruguay para radicarse en Argentina en el año 1975. Era militante de los GAU. Desapareció el 22 de diciembre de 1977 de su domicilio.

Un amigo uruguayo, Edgardo Pampín, relata lo siguiente:
"... En Argentina vivíamos con Raúl Gámbaro (también desaparecido) en el mismo barrio, allí también, a 200 metros, vivía un amigo uruguayo, su nombre Raúl Borelli. El 22 de diciembre a las 9:15 horas, llega una vecina a mi casa contando que había llegado un grupo de personas de particular con autos y camionetas identificándose como de la Policía Federal, tomaron todas las casas de la cuadra y en especial allanaron la de Borelli, donde se encontraba él a punto de irse a trabajar. Se trataba de un número importante de hombres fuertemente armados, aparentemente de la Policía, aunque había uruguayos por los modismos idiomáticos usados en el operativo. También participó personal de la Comisaría de la zona, reconocidos éstos por un empleado de la panadería que fue presionado para que diera direcciones de "uruguayos". En una de las camionetas, tirados en el piso, los vecinos vieron unas cuatro o cinco personas con los ojos vendados y atadas. Su casa fue saqueada, llevaban sus cosas envueltas en frazadas".

Julo Gámbaro escribe a Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos:
"...Me acuerdo de la pasión de un joven, yo era un niño, pero por primera vez, un amigo de mi padre me pareció joven, no por la diferencia de edad entre ellos, sino precisamente por su entusiasmo. Una noche tórrida, mi hermano y yo en religioso silencio, sentados en la orilla de una calle argentina, mi padre de pie observando también con interés, mientras aquel chico de nombre Raúl Borelli nos enseñaba las estrellas con mágico transporte".

Carlos Borelli, hermano de Raúl escribe:
"El alba del 22 de diciembre de 1977, encontró a Raúl, guardando su telescopio, luego de haber observado con la misma pasión de siempre a Venus, última luz de la noche; presagio de un nuevo amanecer. Sintió un escalofrío al ver su cuaderno de notas, (que solía acompañarlo en sus noches en vela escudriñando el infinito), permanecía en el suelo, en el mismo lugar en el que lo había puesto al sentarse en la madrugada. Ese conjunto de hojas, lleno de anotaciones de muchas interrogantes que los cielos del sur de la provincia de Buenos Aires le brindaban, era un mudo testigo de la diferencia de esa noche con las anteriores. Raúl, siguiendo su disciplinado ritual, lo había dispuesto todo como siempre. No obstante, esa noche, el científico apasionado e inquieto, había cedido lugar al hombre preocupado y apesadumbrado"

Aquella noche, Raúl, mirando el cielo como tantas veces, no lo estudió. Apenas pudo contemplar en aquella inmensidad de allá arriba, el abismo que le preocupaba aquí abajo. Sabía que Ronald, el marido de mi hermana Graciela, había estado siendo salvajemente torturado en el FUSNA (Fusileros Navales). Sabía asimismo, que su hermana menor, también había hecho su pasantía por la misma dependencia, manos contra la pared, piernas abiertas, los días con sus noches. Sólo la tibia orina que se deslizaba por las mismas, suavizaba el dolor de aquellos hinchados miembros, de aquellos tobillos desdibujados. (Los gritos de dolor y de terror, quedaban amortiguados por el agotamiento) (...)

(...) La historia, ese "trascendido" que tiene diferente signo y significado según quien la cuente, pareció darme la razón, durante cinco lustros. Sin embargo, quizás, juguete también yo de los macro acontecimientos, tenga que retractarme de aquellas palabras. Quizás, tan sólo un cuarto de siglo después, su desaparición, junto a la de otros cien mil latinoamericanos, haya servido. Tal vez tú, mi hijo -y por extensión toda tu generación- lleguen a comprender el significado y el alcance de la Doctrina de la Seguridad Nacional, enseñada en la Escuela de las Américas, en los EUA. Tal vez, el horror y el terror de una década y media de tiranías en Latinoamérica, pueda verse desde una perspectiva histórica diferente, sobre esa gran ciudad de desaparecidos. Tal vez, los civiles que ayudaron –y aún desde los más altos cargos del gobierno dijeron desconocer el Plan Cóndor, de coordinación entre dictaduras- sean también vistos desde este incontrovertible punto de verdad. Tal vez, la condena de la sociedad toda al Terrorismo de Estado, contribuya al "nunca más"

"Pocos minutos después de que el sol arrancara los primeros reflejos a los parabrisas, cuatro Ford Falcon rodearon la humilde vivienda que mi hermano pensaba abandonar pocas horas después. Aquellas órdenes de guerra gritadas en medio de un barrio obrero que aún estaba despertando, hicieron que muchos argentinos se arremolinaran detrás de las ventanas que daban a la calle, para presenciar esa escena tantas veces escuchada, pero nunca vivida. ¡Finalmente era verdad que esas cosas sucedían! La angustia inicial, se convirtió en pavor y luego en terror, cuando vieron que sacaban del suelo de uno de los autos, a dos muchachos muy jóvenes, encharcados en sangre y eran salvajemente enlatados en el baúl del mismo. Un rato más tarde, casi irreconocible por la desfiguración y la sangre, adivinaron que era el de Raúl aquél cuerpo que caía sobre los otros dos en el mismo baúl. Los secuestradores, no demoraron demasiado en acomodar en los asientos traseros todos los objetos de algún valor que había en aquella vivienda. Excepto el telescopio, que sobresalía por fuera de una de las ventanas traseras de uno de los Falcon, el resto de las cosas ya habían sido cuidadosamente embaladas por el dueño de casa. Fácil fue la captura del "botín de guerra".

"Aquel medio día, era claro y caluroso en Montevideo. Una llamada telefónica recibida por mamá, la puso al tanto de lo que estaba sucediendo. Todos expresamos nuestro dolor de diferente manera. Mamá, nos lo fue diciendo a cada uno a medida que nos iba encontrando por la casa, preguntándonos si teníamos idea de donde estaría preso.

Papá puso tres cosas en un portafolio y salió para el aeropuerto, rumbo a Buenos Aires, sin saber a dónde tenía que ir, puesto que todos ignorábamos la dirección de Raúl..."

Existen indicios que permiten suponer que podría haber estado detenido en los centros clandestinos de detención Pozos de Quilmes y Banfield y que habría sido "trasladado" con destino final desconocido, junto a otros uruguayos detenidos el día 16 de mayo de 1978 en el marco del "Plan Cóndor". Algunos de los responsables de estos traslados ya están procesados pero aún queda mucho por hacer.

(Información tomada del libro "A TODOS ELLOS" y de la prensa local

MARYS YIC





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