Foto: AFP
Testigo clave. Habría denunciado enterramientos clandestinos.
La doctora Graciela Gatti, una médica forense argentina, de Paranacito, no autorizó el entierro del ex soldado uruguayo Julio Ruperto Ramírez, por el estado de su cuerpo. Por encontrarse de ferias en la vecina República Argentina hasta el 15 de enero, el Poder Judicial demorará unos días la autopsia de Ramírez, que trabajaba en una explotación agropecuaria en la isla del Río Uruguay, El Sauce, frente a Nueva Palmira y fue encontrado con la cara y el pecho destrozados, sin un brazo y con una puñalada en el abdomen, según relataron sus hermanos. La República se contactó ayer con Daniel Gómez, el patrón de Ramírez en la isla, quien dijo que éste hacía unas changas en su explotación agropecuaria. Gómez dijo no saber nada sobre su empleado asesinado y que fue informado por uno de sus hermanos sobre su muerte. A Gómez aún no le han tomado declaración sobre el caso, según dijo a La República y aseguró que en el correr de la semana entrante viajará a Argentina para ponerse a disposición de la Justicia y poder saber algo más sobre las condiciones del asesinato.
Después de haber sido ferozmente asesinado, el cadáver de Ramírez fue tirado al mar. El asesinato se habría producido entre el 12 y el 13 de diciembre pasado y el cuerpo se habría encontrado alrededor del pasado martes 21 de diciembre en aguas del río Uruguay. Sin embargo, la Prefectura argentina, responsable del hallazgo no permitió a los hermanos de Julio Ruperto Ramírez realizar el reconocimiento porque según argumentaron podría "impactarles demasiado". De todas maneras no quedan dudas de que Julio Ruperto Ramírez fue asesinado y según fuentes muy allegadas, la causa es que aportó datos sobre enterramientos de desaparecidos en Uruguay, vinculados a los establecimientos militares en donde trabajó, en los batallones 13 y 14 del Ejército donde se conoce que hubo torturas contra presos políticos y se presume que pueda haber enterramientos. En los próximos días se reiniciarán excavaciones en el Batallón 14 de Toledo donde se estima se encontraría el llamado "Arlington" (un cementerio de desaparecidos). Julio Ruperto Ramírez trabajaba legalmente en el establecimiento de Diego Gómez y su causa se halla actualmente en el juzgado argentino de Paranacito, aunque los familiares fueron llevados hasta Gualeguaychú.
El ex soldado habría portado datos y hasta un croquis que aún se conserva sobre enterramientos de desaparecidos en la cancha de fútbol del Batallón 13, conocido como "el Infierno" (para los presos) o el "300 Carlos" (según la jerga militar).
Hacía pocos días, Ramírez se habría reunido con dos conocidos, uno de los cuales se ubica actualmente en la ciudad de Mercedes, y fue citado para declarar sobre el caso de desaparecidos recientemente encontrados en el departamento de Soriano. Ramírez también prestó servicios como soldado en el Batallón 14 de Toledo, donde hay pistas sobre la existencia de un cementerio clandestino de desaparecidos, llamado "Arlington" y donde próximamente se reanudarán las excavaciones para encontrar cuerpos de desaparecidos.
Víctor Carrato
Fuente: La República
Ya dejaste tu graffiti?
Publicar un comentario