20 julio 2008

“Lutos excéntricos”






Koldo Campos Sagaseta


"Las víctimas siguen haciendo lutos excéntricos con las heridas del pasado" fue la respuesta del obispo Anthony Fisher, coordinador de la Jornada Mundial de la Juventud, ante los cuestionamientos que se le han hecho al primer mandatario de la Iglesia Católica, de visita en Australia, por los muchos casos de abusos sexuales y violaciones en que se ha visto envuelta esa institución, también en ese país.

Mientras Su Santidad mostraba su natural ternura con una cría de cocodrilo, un pequeño oso panda y un simpático canguro, el obispo Fisher no ocultaba su malestar por la presencia en Sidney, entre otras igualmente inoportunas, de un matrimonio católico australiano que lleva diez años reclamando al Papa “una satisfacción moral, que no legal”, por la violación de sus dos hijas. De ahí su exabrupto: "Las víctimas siguen haciendo lutos excéntricos con las heridas del pasado”.

Las “heridas”, en este caso, son dos niñas, Enma y Katie, alumnas de un colegio católico de Melbourne, violadas reiteradamente cuando tenían cinco y ocho años.

Las “víctimas de lutos excéntricos” son un padre y una madre, Anthony y Christina Foster, que denuncian a la Iglesia “por no haber comprendido todavía el impacto de sus actos y el efecto de los ataques sexuales, por no saber cuidar de sus víctimas y llevar años negándoles justicia y paz".

El “pasado” al que se refiere el obispo fue el sacerdote Kevin O'Donnell, muerto en 1997, tras ser condenado a 39 meses de cárcel por abusos a 12 menores.

Pero el pasado, como el luto y las víctimas, sigue estando delante y goza de muy buena salud.

Poco importa que el Papa también en Australia haya vuelto a pedir perdón, porque lo que ni esos lutos excéntricos ni millones de personas en el mundo entienden, es la razón de ser de ese perdón.

¿Por qué pide perdón la Iglesia? ¿Quizás por sus tantos representantes culpables de pedofilia, de violaciones, de abusos sexuales? ¿Tal vez por haber comprado el silencio de quienes padecieron esos mismos horrores y optaron por no acudir a otra justicia que no fuera la divina? ¿Acaso por haber callado con amenazas y coacciones a quienes no aceptaron dinero por su silencio? ¿Por haber archivado sin investigar tantas denuncias y denunciados? ¿Por haberse limitado a trasladar al violador a otro colegio, a otro país? ¿Por encubrir el crimen y exonerar al delincuente? ¿Por qué es que pide perdón la Iglesia?

Fuente: Rebelión



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