Montevideo, Jueves 19 de agosto de 2010.
Sr. Ministro Eduardo Bonomi / Ministerio del Interior /Sres. De Suprema Corte de Justicia
Presente
En el día de la fecha estuve en el Juzgado Letrado de 1era Instancia en lo Civil (2º turno) de la calle San José 1132 donde se llevó a cabo una audiencia contra el Estado por omisión de investigación y búsqueda de mi hijo Simón, durante los años en que permaneció secuestrado.
En esta instancia estaban citadas a declarar 2 ex presas políticas con las que compartí el cautiverio en Buenos Aires y Montevideo, también estaban citados 3 de los reos ya procesados por otras causas: José Gavazzo, Jorge Silveira, José Ricardo Arab.
Motiva esta misiva, hacerle conocer las circunstancias en las que se desarrolla la estadía de los testigos presos en el Juzgado.
Ante la sorpresa de los que estábamos en el corredor de espera para pasar a la audiencia (Abogados del Ministerio de Defensa, ex presas, mi abogado), bajan de los 2 ascensores los reos con custodia policial sin esposas, permaneciendo de esta forma durante todo el tiempo de espera en medio del pasaje de funcionarios judiciales y otras personas. Al terminar la audiencia me encuentro en el hall de entrada - lugar de mayor trasiego de público - a los reos que esperaban sentados sin esposas la llegada de la camioneta que los trasladaría.
No es la primera vez que en las instancias judiciales se encuentran violadores de los DDHH con sus víctimas. Pero lo grave de esta situación es que en el mismo reducido espacio físico, permanezcan víctimas y victimarios viéndolos además en situaciones de privilegio en relación a otros presos.
¿Cómo se les puede facilitar a hombres cuya carrera han sido las armas, estar en esas condiciones de libertad en un recinto público?
¿Hasta cuándo no se tendrá en cuenta lo que significa para quienes han padecido tortura por estos seres compartir obligadamente un mismo espacio de espera con ellos?
Sara Méndez
1.010.231-5
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